¿Qué piensan? ¿Creen que Rasine pueda lograr lo que quiere? ¿Qué piensan que Marcus hará? Mañana publicare otro capítulo.
Veo cómo la chica empaca la quinta bolsa de ropa. Cuando voy hacia la caja para que él me siga y deje de comprar, me doy cuenta de que se aleja de mí. Espero paciente, hasta que me doy cuenta de que solo está agarrando más ropa. Me acerco, pero retrocedo al ver el tipo de ropa que es. Cuando él voltea su rostro hacia mí, la vista se me empieza a nublar.«No quiero hacer esto, no estoy lista.»—No es lo que piensas —él agarra mi muñeca en un descuido—. Necesitas este tipo de ropa, la utilizas todos los días y no hemos comprado ninguna.—Yo... yo las elijo —murmuro sin mirarlo.Él me suelta y se va al frente del mostrador. Yo comienzo a agarrar la más barata, pero al menos una cantidad considerable para que no venga él a escoger más. Cuando toca la parte de arriba, dudo. Utilizo telas para sostenerlas, son grandes y odio eso. Nada me queda bien, todo me hace ver vulgar.—¿Necesita ayuda? — la chica está parada a mi lado.—No sé qué talla... la que compré en esta tienda no me quedó.—Si
Esta es la noche más larga de mi vida. Por cuarta vez paso por la cabaña y no sé si es que me estoy volviendo paranoico o ya se dieron cuenta de que no estoy enfocado, aunque los muchachos estén en sus posiciones y no se muevan al menos que les toque hacerlo puedo sentir que algunos lo saben. Las manos me sudan, no me he querido transformar, no sé si cuando la atrape sea la mejor que este en cuatro patas, si ya me tiene miedo en mi forma humana podría asustarla más y hacer que grite si la persigo.— ¿Crees que ya es momento de hablar con Kurt?—Desde que llegó debimos hacerlo, pero no sé si ella esté lista, se ve tan frágil, no sabemos nada de ella y ella no quiere hablar... — él camina de un lado a otro en mi mente.—Dilo.—La Líder la interrogará, ya sabes que no desea aceptar más pícaros desde que esa hembra atacó a otra.Hace menos de medio año llegó una hembra suplicando alojo, una pícara, como teníamos por costumbre le dimos alojo sin hacer muchas preguntas, siempre vigilando, pe
— El doctor ya viene.Esta vez es la voz de Zah, sus ojos vuelven a ser verdes o al menos lo suficiente para que no parezcan negros. Me preocupa que aun sigo viendo borroso, pero sigo intentando mirarlo.— Lo…mmm… si…Mi mandíbula no se mueve, no soporto, no logro mantener la calma y las lágrimas comienzan a caer, la poca vision que tenía desaparece ya que no dejo de llorar, apenas distingo manchas de colores. —Shhh— él acaricia mi rostro— no te muevas, ya viene el doctor.«¿Por qué son tan buenos conmigo?»No lo merezco. Intenté huir, me peleé con otra mujer o mejor dicho la asuste e hice que me golpeara. No es un secreto que los pícaros no son bienvenidos en las manadas. Seguro tendrá problemas por mi culpa.— ¡No! — gruñe —No tienes permitido dormirte, debes esperar al doctor…Escucho un ruido a lo lejos, él deja de tocar mi cara, siento un olor extraño, de un hombre. Alguien agarra mi cabeza y me coloca algo en el cuello que me impide mover mi cabeza. Escucho que les preguntan cos
Ella se hace pequeña, casi en posición fetal. A ninguno de los dos nos gusta hablarle en este tono duro y cortante, pero no puedo dejarlo pasar como las otras veces, ella tiene que entender la gravedad de lo que hizo. —Voy a vestirte.—Yo... pue...do— murmura sin mirarme.—No, no puedes. Ni siquiera logras formar una oración.—No seas tan duro con ella— me gruñe Zah.—Si le seguimos perdonando todo, va a seguir escapando, cada vez que lo hace queda herida. Está vez pudo morir.—Si sigues siendo rudo te voy a quitar el control, ni siquiera tú tienes el derecho de hablarse así a mi Zanahoria.Me enseña sus colmillos, está demás decir que me gruñe.Yo agarro el bolso que pedí a medianoche, un omega de mi confianza trajo algo de ropa de la que compramos. Ella solo tiene una bata que no le cubre nada y esta abierta en la parte de atrás.—Voy a quitar tu intravenosa.Ella me mira insegura, con cuidado lo hago. Es algo básico que aprendí hace tiempo para poder salir del hospital.Quito su
Un beta desdichado, sin que nadie lo sepa, envidia a todo aquel que posee lo que a él tanto le falta. Anhela ese amor que solo un compañero puede dar. Ya ha olvidado la cálida sensación de ser querido, de ser amado o simplemente apreciado por una pareja.No tiene a nadie más que a su Alfa y la familia de este. No posee una gran fortuna ni proviene de un linaje de líderes, lo que significa que sus antepasados no le heredaron ningún cargo. Si no fuera por su Alfa, seguiría siendo ese macho roger o pícaro —como deseen llamarlo— que merodeaba de bosque en bosque, entrando esporádicamente a los pueblos y saqueando para saciar sus necesidades.Para él, ese tiempo parece tan lejano, aunque la verdad es que ocurrió hace menos de una década. Se acostumbró con facilidad a la vida de un macho con un grupo al cual pertenecer.Cada noche, cuando está solo, la tristeza lo embarga. Trata de luchar contra la depresión que todos aseguran es normal, que desaparecerá cuando llegue ella, su compañera. Pe
Me sacudo la tierra antes de entrar a mi casa. Desgraciadamente fue un día normal, sin acción, sin nada que me obligue a estar unas horas más afuera. Nunca pensé que extrañaría los días en que no había personal suficiente para cubrir todos los puestos de vigilancia.No puedo seguir visitando a Kurt; sería muy sospechoso. No deseo preocupar a la Líder y mucho menos quitarle tiempo valioso que pueden dedicarle a mi sobrino, aunque nada me impide raptarlo mañana, obviamente con el permiso de su madre. Aún me duele la oreja por la primera vez que lo hice sin su consentimiento; pensé que me iba a torturar antes de dejarme ir.«Ella es aterradora».En esos momentos me arrepiento de haber entrenado tanto con ella, ya sabe mis movimientos y los usa en mi contra; una mujer muy astuta.Me transformo; la brisa se hace de inmediato notable al no tener pelo cubriendo mi piel desnuda. Sin darle importancia, subo las escaleras para buscar una herramienta. Hoy terminaré de tallar el marco de la puert
Tengo cuidado de no dañar mi cámara mientras salto de un pequeño acantilado de tres metros. El camino para llegar aquí se me hizo eterno, aunque no debería quejarme; Alemania es hermosa, los paisajes y las estructuras son dignas de admirar, e incluso las personas. Saqué fotos increíbles que seguro me ayudarán a ganar algo de dinero; agradezco haber nacido en una época con tanta tecnología.Sigo caminando sin apuro, mirando cada árbol. Este bosque es muy frondoso; algunos árboles tienen formas extrañas que, de seguro, harán mis fotos más llamativas. El sol se comienza a ocultar y empiezo a correr para salir del bosque; este es un territorio sin dueño, en otras palabras, un lugar infestado de pícaros y vampiros. No sería bueno que me encontrara con uno.Al llegar a la carretera, dejo de correr. Normalmente, ellos no se acercan, tratan de mantenerse lejos de los humanos, pero sé ocultar mi olor; no sabrán que estoy por aquí mientras no haga tanto ruido.Decido no dormir; faltan pocos kil
Miro hacia donde proviene ese olor tan atrayente y luego hacia donde debe haber ido mi sobrino. Maldita sea, no entiendo por qué ese olor me hace dudar; cada vez es menos fuerte.—Vamos por el cachorro y después seguimos ese aroma —dice Zah, mi puma, no muy contento.Decido hacerle caso. Él no habla mucho, por no decir que en realidad casi nunca lo hace. Me dejo llevar por mi olfato; ese pequeño está aprendiendo a esconder su olor, aunque por suerte no logra hacerlo por mucho tiempo. Tiro el helado a la basura y camino rápido entre las tiendas que más le gustan. No me atrevo a preguntar a nadie si lo han visto; hay muchos de la manada trabajando en las tiendas del pueblo, y si el chisme de que perdí al futuro Alfa llega a los oídos de la Líder, estoy muerto.Empiezo a sudar al no encontrarlo. Comienzo a hacer pequeños sonidos con la garganta, imitando los llamados de una madre a sus crías. Algunos miembros de la manada que me escuchan me miran como si estuviera loco, pero prefiero eso