11.

Gruño al escuchar pisadas. Aunque no quiera, salgo de la habitación y cierro la puerta detrás de mí. Me quito la ropa, impregnada de su olor, y la tiro al suelo. Me pongo algo que encuentro en la lavandería, solo un pantalón. Antes de que toquen la puerta, yo les abro.

—Hey. ¿Quieres ir a tomar unas cervezas?

—No, gracias. Tengo que ponerme al día con el trabajo, no hice nada en estos días libres —imito a mi humano.

—Vamos, no te hagas rogar —insiste e intenta entrar, pero me coloco frente a él. Ambos nos quedamos mirando, él confundido y yo serio.

—Ya déjalo... Si no quiere, está bien, pero sabes que le diremos a Kurt lo raro que estás —aunque suene como una amenaza, sé que no lo es. Solo intenta que vaya con ellos. Eso siempre les funciona con Marcus, a los tres nos gusta beber en el pueblo.

—Di lo que quieras, Anton —apenas lo digo, me arrepiento. No sonó nada parecido a mi humano. Lástima que ahora está durmiendo y me dejó el control a mí.

—Mejor nos vamos. Seguro ya va a entrar e
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP