Obedecí y me senté en el comedor, eran las diez de la noche y mi hambre estaba feroz, no dejaba de pensar en lo bien que olía el estofado de carne. Cogí de nuevo las cartas y las barajé para distraerme. Pasaron diez minutos, y Nathan se unió conmigo en la mesa, con los dos platos, la jarra de jugo y nuestros vasos.—De verdad estoy sorprendida con lo que estoy viendo. Todo huele muy rico —dije al observar el estofado de carne en mi plato como si se tratara de un plato a la carta. Sofisticado y elegante.—Espero sea de su agrado —añadió Nathan.No dije nada, no quise darle importancia a sus esfuerzos o de seguro se le subía a la cabeza. El primer bocado estuvo delicioso, realmente sabía cómo cocinar y enamorar con sus dotes culinarios. Lo miré otra vez, y traté de pensar en otra cosa. La cena estuvo con cierta sorna, pero cómoda, sin la presencia de Jaime y Lupe, teníamos tiempo para nosotros dos. No podía evitar en recordar a Carlos y a Alex, sobre todo a Carlos, cuyos padres siempre
—¿Dónde estoy? —pregunté mientras recuperaba la conciencia.—Estás de vuelta, gracias a Dios —dijo Jaime más calmado y preocupado.—¿Desde cuándo tiene la herida? —preguntó el doctor.—Desde ayer —respondió Nathan.—Esta herida no parece de ayer, está demasiado infectada y los huesos no pudieron romperse así nomás.—Mi hija cayó sobre su brazo cuando saltó de su ventana —dijo Jaime. ¿Cómo sabía esos detalles? Solo había una persona y esa era…Nathan.—Tengo que entregarle un reporte diario…&m
Luis, Carlos, Alex y Emmanuel se reunieron en la sala. Los resultados habían llegado, Alex por su parte estaba nervioso y atento a cuál fuese el resultado, esperaba con ansias que eso les pudiera ayudar con mi rescate.—Efectivamente, las balas no coincidieron con las nuestras, por lo que están investigando el tipo a las que corresponden, es más que probable que pertenezcan a una de las armas de los cómplices de Jaime —dijo Luis.—¿Con eso podríamos llegar con su paradero? —preguntó Alex.—Sí, nos acercaría bastante a nuestro objetivo, al menos que haya un infiltrado y arruine todos nuestros planes —añadió Luis.—No creo que suceda, considero que estamos con los correctos —dijo C
¡Porqué quiso! Fue la respuesta más inteligente que pudo darme, sabía que algo escondía, pero no quería decírmelo, ¿era posible que le gustara? No, es imposible que ocurriera algo así, solo soy una especie de cliente y el más problemático de todos; y probablemente algunos dirían que es al revés, pero era él quien me protegía a mí y mi padrastro fue quien lo contrató. Si Jaime se enterara de esto, su vida estaría en peligro, ¿quería eso para él? Preferiría estar en su lugar y escapar en cualquier momento que tuviera la oportunidad. —¿Señorita Adriana se encuentra bien?—Sí.—Debemos entrar antes de que su padrastro comience a preocuparse.—Deja de decir padrastro, solo di Jaime —hice un mal gesto que lo incomodó. Creo que no fue justo que me desquitara con él.—Está bien, lo llamaré por su nombre cuando esté con usted.—Nathan…—¿Le duele el brazo?—No.—Entonces si todo marcha bien no tendrá que hacer terapia.—¿Es dolorosa?—No, y es para eso, para que se sienta mucho mejor.—¿Reci
Me arrodillé frente a él para estar a su misma altura, su mirada seguía perdida mirando a todos lados en busca de una respuesta. Los minutos pasaron y el olor de la sangre me comenzaba a marear.—¿Cuánto tiempo ha pasado? —preguntó Nathan.—Una hora, necesito que te cambies, no soporto el olor.—Lo lamento, es solo que…—No entiendo —lo interrumpí y me miró sorprendido—. Me refiero a tu comportamiento, mencionaste que ya habías hecho esto antes, pero actúas como si fuera tu primera vez y como si tuvieras una especie de remordimiento.—Porque nunca he sido un asesino como Jaime. Mis primera veces fueron mucho peor y él se reía.—¿Cómo puede?—Estaba en todo su derecho porque yo sabía en que me estaba metiendo cuando empecé a trabajar para él, y lo que se esperaba era que estuviera a su altura.—¿Y luego de las primeras veces te comenzó a gustar?—Sí.—También me comenzó a pasar…—¿Qué? —se acercó e intentó cogerme de las manos, pero me separé de él—. No sabía que estaba pasando por lo
Regresé a la cama con miedo, aunque Jaime lucía tranquilo, su afán por tenerme a su lado todo el tiempo me desconcertaba, ¿a qué jugaba? Recibió una llamada a su celular lo que me permitió ir a su baño. Nada había cambiado, seguía siendo la misma casa, los mismo cuartos, y el mismo baño lujoso de su cuarto. Durante los primeros días, pocas veces me escapaba de mi cuarto que ahora es el de Lupe, y me escondía en su baño hasta que él se calmara, nunca estuvo acostumbrado a que yo le desobedeciera o llevara la contraria, pero no lo soportaba y por dicho comportamiento mi cuello tiene ahora marcas. Una parte de mí quiso creer que no lo hizo a propósito, pero otra parte me decía que su temperamento lo bloqueaba para ser un hombre consciente.—¿Hija? —preguntó Jaime.—Salgo en un momento.—Nathan ya trajo el canguil.—Un momento.Me miré en el espejo y vi mi reflejo de hace seis años minutos antes de que sucediera todo. Era un reflejo distinto, estaba muy asustada, nerviosa y tenía ganas de
Terminamos de comer y nos dirigimos al cine. Había una fila gigantesca mientras esperábamos, intenté ver de reojo que película se estaba estrenando, y vi el nombre de Asesino sin memoria por Liam Neeson, me pareció interesante por la portada y halé del brazo de Nathan.—¿Podemos verla? —pregunté.—¿Estás segura? ¿no prefieres ver Jurassic World?—No, quiero ver la de Neeson.—Está bien, esa será.—¿Jaime no se…?—No diga su nombre.Lo miré enojada, era imposible que me pidiera tal cosa, había muchos Jaime en la ciudad y cómo sabrían que justamente hablo del asesino y secuestrador de mi padrastro. Evité su mirada y esperé hasta que comprara la entrada. Luego entramos e hicimos otra fila para la comida, él pidió el combo más grande, realmente quería que la pasara bien a su lado. Pagó la comida e ingresamos a la sala, la cual estaba repleta, pero aún así los rostros no eran fáciles de ver en la oscuridad. La publicidad comenzó y esperamos hasta que la película iniciara. Cuando empezó hub
Llegó la noche y Carlos, Emmanuel, Alex y sus guardaespaldas estaban esperando que Luis trajera los resultados de los reportes al estudio. Todos estaban nerviosos, estaban seguros de que ellos fueron los padrastros de Jaime, pero cuando Luis dijo que el nombre real de Jaime era otro, perdieron las esperanzas. Tomó al menos media hora más de lo imprevisto hasta que Luis se unió a ellos en el estudio. Colocó un sobre gigante sobre la mesa y miró a todos.—¿Los resultados son buenos? —preguntó Alex.—Sí, si son los padrastros de Jaime, lo que no comprendemos es porque los mató.—De pronto algún secreto… —dijo Emmanuel—Eran sus padrastros, saben todo de él, de seguro fueron amenazados para que no hablaran, y no lo hicieron, pero aún así ¿por qué los mataría? —preguntó Carlos.—Probablemente por la edad ya no le pareció útiles… —dijo Alex fríamente. Todos se lo quedaron mirando.—Es una posibilidad —dijo Luis al notar que nadie más decía algo—. Debe haber otra razón.—¿Cree que Adriana te