Capítulo 84

Durante el desayuno Ginebra está entretenida atendiendo a Alexander, la forma en como convive con su madre es muy cálida, tienen un lazo bastante estrecho y me alegra mucho, al notar mi mirada, ella se gira en mi dirección y me dedica una hermosa sonrisa, preguntándome si necesitaba algo.

—Sí, necesito....

Mi oración se queda a medias cuando una criada se ha acercado y me ha dicho que Daimaris quiere hablar conmigo luego de comer, asentí levemente con la cabeza y le dije que se retirara, la mujer hizo una breve reverencia y se fue. Apenas volvimos a estar solos, me giré nuevamente hacia mi amada y estoy por hablar cuando ella se levanta de su asiento, toma a nuestro hijo entre sus brazos y se va sin decir nada.

Viendo esto, ahora entiendo a la perfección sus palabras, Ginebra sigue creyendo que yo siento algo por Daimaris y no es así, no la amo y nunca crecieron sentimientos de amor por ella, simplemente la hice mi amante porque me gustaba su físico nada más y sé que a ella le molesta
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