Apenas cae la noche, miro por el balcón la luna que brilla con intensidad, mi cuerpo siente el poder recorriendo cada fibra de mi ser, es una sensación increíble, cierro los ojos y puedo escuchar con mayor claridad todo lo que me rodea, incluso escucho la suave respiración de Ginebra seguido de sus pies descalzos chocando con el suelo, se está preparando para dormir, a la distancia escucho la voz de Silva que habla con una de sus doncellas sobre esta noche y que irá a pasear por el bosque, decido volver adentro y darme una ducha.

Apenas termino de bañarme me arregló y me acuesto a dormir o al menos esa era mi intención hasta que escucho unos pequeños gemidos ahogados, abrí los ojos de par en par, mi corazón empezó a latir con fiereza al igual que aquella noche donde mi enlace llegó a sus días fértiles. Como siempre sucede en las noches de luna llena, mi cuerpo actúa por su cuenta y empiezo a tomar mi forma de hombre lobo, siento como mis huesos se rompen y se reacomodan, escucharlos c