Desperté temprano el día de hoy, a pesar de que ayer me acosté tarde, por mi caminata loca y mi encuentro con aquel chico ahora que lo pienso, nunca supe su nombre La luz del sol se filtraba por las cortinas de mi habitación, anunciando el inicio de una jornada que había estado esperado con ansias y nervios. Me levanté con energía, impulsada solamente por la emoción y el nerviosismo que me acompañaban desde mi llegada a La Victoria. Al llegar a la cocina mi madre se encontraba ya despierta –Buenos días mamá ¿Pero qué haces despierta? A penas son las 4:00 –Ella me sonrió con mucha energía mientras sacaba los huevos fritos de la estufa y me dijo –Quería prepararte el desayuno antes de tu gran día, sé que es muy importante para ti y es lo menos que puedo hacer –su comentario me llenó de ternura y me hizo sentir muy alegre, nada mejor para empezar este maravilloso día, acariciando su cabeza le dije –Gracias mamá, no sabes lo que significa para mí, pero el simple hecho de que estés conmigo y me apoyes ya es suficiente –ella sonríe y termina de servir la comida, nos sentamos y desayunamos juntas hablando de mil y un cosas, extrañaba la sazón de mi madre, la comida de una madre no tiene comparación. Después de un desayuno muy afable, me tomé un rato para repasar mis notas, estaba lista para enfrentarme, pero a la vez ansiosa para uno de los momentos más importantes de mi carrera: Mi primera exposición fotográfica en Venezuela.
Para liberar un poco la tensión de la exposición inminente, me dirigí a la ducha para tomar un baño y aclarar mis ideas, luego de desvestirme me miré un momento en el espejo del cuarto, mi figura es reloj de arena, un poco definida en realidad no he hecho tanto ejercicio como me gustaría, tengo la piel un poco más bronceada que de costumbre, pero no llega a trigueña, mi cabello me llega a la cintura, liso, es color cobrizo avellana y mis ojos son hazel, ¿Cuándo fue que me crecieron tanto los pechos y las caderas? Mejor dejo de mirarme desnuda al espejo o pareceré narcisista.
Me metí a la ducha y me sobresalté un poco al sentir el agua fría en contacto con mi piel, no me esperaba que estuviera tan fría, pero bueno, son como las 4:50 más o menos, así que es normal que esté a esta temperatura helada, después de darme un buen baño de esponja y lavar mi cabello, salí del baño con mi corta toalla y algo empapada, cuando noto que la puerta del cuarto está abierta ligeramente, me parece algo extraño, no escuché que mi madre me llamara para nada, un sentimiento extraño me invadió y me dispuse a salir hacia la sala, algo nerviosa cruzo la puerta y en la sala no hay nadie, tampoco escucho nada, me dirigí a la cocina y allí estaba mi madre, la cual se sorprendió al verme, me alivié un poco hasta que de pronto de una esquina salió el chico del día de ayer y me miró directamente al cuerpo mojado cubierto a penas por una corta toalla, me tensé horriblemente sonrojándome, pero a pesar de esto el no hizo esfuerzo alguno en dejar de verme, se sonrojó ligeramente, pero ni una sola palabra de disculpas salió de su boca.
Al ver en ese instante que no llegaríamos a nada, me cubrí rápidamente quedando de espalda a ellos con una pared entre nosotros, me hiperventilé un poco y rápidamente exclamé -¿Qué hace él aquí a estas horas? –mi madre sin más remedio contestó –Me dijo que quería verte y lo dejé pasar y le ofrecí algo de comer como de costumbre mientras esperaba, entré a tu cuarto y aún estabas en la ducha, no pensé que saldrías en toalla –Ante el comentario de mi madre comprendí todo, pero no he quedado satisfecha, necesito justicia, aunque creo que no será justo ahora –Iré a vestirme entonces –Dije antes de retirarme a mi habitación con cautela. Al estar en mi cuarto recordé su mirada lasciva al verme semi desnuda y cuando me miré en el espejo parecía tomate, ahora que lo pienso es la primera vez que un hombre me ve así, aunque él es apenas un niño ¿Por qué tiene esa mirada tan perversa hacia mí? Mi mente estaba al borde del colapso, pero decidí calmarme y hacer como que nada pasó, así que me vestí comúnmente y salí.
Cuando por fin abandoné la habitación estaba el chico mirándome nuevamente con una sonrisa pícara y cuando voltee hacia los lados no vi a mi madre –¿Y mi mamá? –Pregunté mirando a los lados, él sonrió aún más y me dijo –No está, salió un rato, dijo que iba a la panadería –No puede ser ¡MAMÁ! ¿CÓMO ME DEJASTE SOLA CON ESTE HOMBRE AQUÍ? Ay, y ahora qué hago, sin pensarlo dos veces y con algo de miedo pregunté –¿Traes tu pistola? –Él echó una risa como con un resoplido y mirándome fijamente a los ojos me dijo -¿Cuál de las dos? –Me sobresalté un segundo y ya en un estado más enojada exclamé –NO SEAS RIDÍCULO, SABES A QUE ME REFIERO –él entre risas sacó su pistola y la colocó en la mesa levantando las manos en muestra de que ya estaba desarmado, yo un poco más calmada respiré aunque igual me encontraba alerta por si acaso.
-Bueno, mi madre dijo que me buscabas ¿En qué puedo ayudarte? –
-Nada, solo vi este cartel por ahí y me dio curiosidad –en su mano estaba uno de los carteles anunciando la apertura de mi galería.
Mi expresión cambió rápidamente y él me dijo –No sabía que tenías una galería de fotografía –en eso de pronto se comienza a acercar a mí y yo nerviosa retroceso, pero de pronto ¡ZAS! mi espalda queda contra la pared y él coloca una mano en la misma, nuevamente nuestras caras están tan cerca que unos centímetros más y nos damos un beso, yo respiraba nerviosa –Te ves tan linda cuando te sonrojas –Dijo con una sonrisa en su rostro y yo me tensé mucho –SÍ NO RETROCEDES EN ESTE INSTANTE, VOY A GRITAR –exclamé con el nerviosismo en mis entrecortadas palabras, él puso una cara de sorpresa y se alejó un poco.
-¿Qué sucede, crees que voy a matarte? –Preguntó con un tono algo ofendido aunque sinceramente con cómo va la cosa, esperaría más una violación que un homicidio.
-No, pero no estoy acostumbrada a que invadan con tanta confianza mi espacio personal, no quiero ofenderte, solo te pido un poco de espacio –Afirmé de forma seria, pero a la espera de cualquier cosa.
-Lo siento, no quise asustarte, solo pensé que esto era lo que le gustaba a las mujeres –¿Era un experimento de ligue? Ya no sé qué pensar.
-Tal vez, pero ni siquiera sé tu nombre y no soy tan fácil así –él se sorprendió ante mi comentario.
-Ok, soy Daniel, y que sepas que nunca quise insinuar que fueras fácil, pero –Se acerca nuevamente a mí arrinconándome contra la pared –Que sepas también que no te dejaré escapar tan fácilmente –al estar así se dirigió hacia mi cara y yo por los nervios solo cerré los ojos, de pronto sentí un beso en mi mejilla, su respiración tan cerca de mi oreja me dio escalofríos y podía sentir litros de sangre acumulada en mi cara, mi corazón se iba a salir si no poníamos fin a esto, al abrir mis ojos Daniel estaba muy cerca y mirándome a los ojos me dijo –Buena niña –después se comenzó a reír y se separó, quería decirle mil cosas, pero por casualidad miré la hora y ya era un poco tarde -¡YA ES TARDE! –Grité y rápidamente tomé mi cartera y me dirigí corriendo a la puerta M****a, Daniel aún está aquí escucho los pasos de mi madre acercándose y es como un ángel caído del cielo, al girarme Daniel esconde velozmente su pistola y deduje Mi madre no lo sabe, con razón pero sin hacerle mucha cabeza me fui.
Al llegar al centro cultural, fui recibida por Ana, la coordinadora del evento, quien ya estaba en pleno apogeo de los preparativos. La galería estaba cobrando vida con las últimas decoraciones y ajustes de iluminación.
-Valeria, ¡buenos días! —Exclamó Ana con una sonrisa -Todo está listo. Las fotografías lucen espectaculares-
—Gracias, Ana. Estoy un poco nerviosa, pero todo se ve increíble. No podría haberlo hecho sin tu ayuda —respondí devolviéndole la sonrisa.
—Tienes talento, Valeria. Estoy segura de que será un éxito. Ahora, relájate y disfruta del evento —dijo Ana, dándome un suave apretón en el hombro. Esto es relajante después de todo lo sucedido en torno a Daniel.
Me tomé un momento para observar la sala. Las fotografías, susurran recuerdos y aventuras de mis viajes, estaban perfectamente enmarcadas y alineadas en las paredes blancas de la galería. Cada imagen capturaba un instante único, un fragmento de naturaleza que había logrado inmortalizar con mi cámara. Los colores vibrantes y las composiciones detalladas narraban historias de lugares remotos y criaturas exóticas que había conocido a lo largo de los años.
El tiempo pasó rápidamente, y antes de que me diera cuenta, los primeros invitados empezaron a llegar. Sentí una oleada de adrenalina mientras observaba cómo la galería se llenaba de personas que venían a admirar mi trabajo. A pesar de que ya he hecho galerías antes, jamás se me quita el nerviosismo ante ellas, luego de un rato llegó mi madre ya arreglada para la ocasión, se acercó a mí y nos dimos un abrazo fuerte, es bueno que ella esté aquí apoyándome –Te ves hermosa madre, pareces una obra de arte para exhibir en mi galería –Mi madre sonríe y me dice –No seas tan exagerada, aquí la obra de arte pareces tú mi niña, luces como una modelo de pasarela –La abracé una vez más –Gracias madre –Nos separamos y ella me indicó que iría a explorar para ver todas mis fotografías, yo me dirigí al mini bar y pedí una copa de champaña para saciar mi sed, después de todo casi vine corriendo y no había bebido nada.
Al estar allí noté que un hombre de traje muy elegante a lo lejos me estaba observando mucho de forma extraña, por lo que me sentí incomoda y traté de perderme en la multitud, después llegó Ana a presentarme con algunas personas, luego de hablar un rato de temas un tanto pomposos sobre contratos, fama y dinero, me sentí un poco fuera de lugar –Disculpen, fue un placer, pero debo ir al tocador –me dirigí al baño solo a respirar un momento, luego de que pudiera calmar mi ansiedad, salí nuevamente y seguí paseando por la galería. De pronto entre los invitados vi a un hombre que estaba observando mis fotografías con una expresión interesante en su rostro, tenía algo que me llamaba la atención, aunque no logro saber que es.
Este hombre observaba mis fotografías cuando de pronto se detuvo frente a una fotografía de un colibrí en pleno vuelo, la imagen estaba bastante nítida y en realidad incluso a mí me sorprende el haberla tomado de forma tan profesional. Él puso una expresión como si mi imagen lo hubiera conmovido profundamente, despertando en él una mezcla de admiración y asombro, con esa misma expresión caminó lentamente hacia la fotografía, perdiéndose en los detalles.-Es impresionante, ¿verdad? –dije y él se sobresaltó un poco, pero al verme por un momento sonrió.-Sí, ciertamente es muy impresionante. Admiraba los detalles de las alas del colibrí, sus plumas irisadas reflejando la luz en un caleidoscopio de colores. Me pregunto quién será la persona capaz de capturar tal momento con tanta perfección –Su comentario me hizo bastante gracia, pero la contuve, sin embargo, aunque quiera seguir con la conversación, no puedo, realmente me produce mucha curiosidad, pero Ana comenzó a hacerme señ
Alejandro se me acercó y dijo de forma seria –No responda Srta. Valeria, ya sé la respuesta, en realidad me sorprende, pero está bien, veo poco ético desvirgarla en una oficina tan sucia como esta, por lo que le propongo tener una comida conmigo para así poder charlar más si gusta –Su rudeza para decir las cosas me hace sentir incomoda, pero agradezco que se haya calmado un poco y me dé tiempo para ver si de verdad pasará algo más, con la cara todavía caliente me acomodo la falda del vestido –Srta. Valeria –Antes de que Alejandro pudiera continuar le hice una seña colocando mi dedo índice sobre mis labios en señal de silencio, él se quedó un momento a la espera de una razón y yo hablé negando con la cabeza al iniciar –Por favor no me diga “Srta.” Me hace sentir extraña, solo “Valeria” si es tan amable –Alejandro sonrió de forma pícara por mi comentario –Está bien Valeria, espero que en esa comida podamos hablar más sobre las fotos –solté una risita incomoda nuevamente y me di
Mirándolo directamente a los ojos le pregunté -¿Una audiencia? –Él asiente con la cabeza y cuando está a punto de decirme algo, llega Daniel casi arrastrando a mi madre, esta última tiene cara de incomodidad Diablos ¿ENSERIO TE PONDRÁS CELOSO AHORA DANIEL? Daniel me abraza de forma forzada y casi gritando dice –Lo hiciste muy bien preciosa –cuando volteé hacia el hombre del colibrí este tenía una expresión de pérdida y diría que hasta triste, se dio la vuelta y se dirigió al bufet -¿Qué rayos fue eso? –Daniel voltea los ojos –Solo estoy marcando territorio –mi estado de ánimo cambió a rabia velozmente, y ya estando con una expresión de que mataría a alguien le dije –Yo no tengo dueño, y si te vas a comportar cómo un niño imprudente puedes irte –Creo que mi mirada lo asustó mucho porque retrocedió ligeramente, miré a un costado y Alejandro estaba cerca con cara de sorpresa Escuchó nuestra conversación indignada me dirigí a buscar al hombre del colibrí Debo dejar de pensar en é
Absorta en la muy grata conversación con Sebastián, de pronto mi teléfono sonó y lo saqué de un bolsillo secreto de mi vestido, al ver tenía un mensaje de Ana {¿Cómo vas, ya hicieron cositas? No tardes mucho que en un rato daremos el cierre} es cierto, por mucho que quiera permanecer horas aquí debemos volver en unos minutos -¿Debes volver ya? –Preguntó Sebastián algo desilusionado –No… sí, pero aún tengo algo de tiempo –él me mira fijamente y toma mis manos llevándolas cerca de su pecho –En realidad, sí me gustaste Valeria, desde el primer momento que te vi y cuando te vi dar tu discurso mi interés en ti se intensificó, pero esa no era la verdadera razón por la que te pedí una audiencia privada –mi interés aumentó en un instante y él continuó –Realmente quería pedirte un favor -¿Un favor, a qué se referirá? –No entiendo ¿Cómo así, en qué podría ayudarte yo? –Le pregunté casualmente confundida –Te quiero como mi musa, te necesito para mi siguiente galería –¿Otra oferta? Aunqu
-Uy… por fin llegamos madre –Le dije a mi mamá con todo el cansancio y la flojera acompañando cada palabra –Por lo menos ya saliste de la galería y todo salió bien, ya es un peso menos –Dijo Daniel de forma seria, pero agradable mientras mi madre abría la puerta. Al entrar solo me deje caer boca abajo sobre el sofá de la sala en señal de agotamiento, esta mañana la he sentido muy larga y estresante, después de todo estar parada por horas sonriendo, saludando invitados, viendo que todo salga bien y aparte de eso, está el hecho de que tuve que lidiar con tres hombres muy diferentes entre sí, cabe destacar que cada uno mostró interés en mí, puede que no precisamente de forma romántica, pero lo que sí sé, es que cada uno de ellos me produjo curiosidad, además, de la pregunta… ¿por qué se fijan en mí? Si es exactamente de forma sexual o romántica, no es que yo sea específicamente fea, pero… ¿por qué yo?, ¿por qué tres pretendientes casi al mismo tiempo? Ni en el extranjero que yo era “exóti
Comimos juntos hablando de frivolidades y cosas cotidianas, de un momento a otro me quedé viendo fijamente un punto en la nada y no escuché lo último que dijeron, pero hice como que sí escuché y creo que no se dieron cuenta. Después de reposar unos minutos la comida, me levanté para lavar los platos –Deja esos corotos ahí Valeria, yo los frego –dijo mi madre y yo solo le di un beso en la frente –Ya tú hiciste toda la comida, déjame al menos lavar los platos –ella me miró sabiendo que no lograría hacerme cambiar de opinión de ninguna forma posible, por lo que se resignó –Está bien, entonces me iré a acostar. Daniel ¿Tú qué harás horita? –Daniel me miró solo para hacer un gesto como diciendo “Yo qué sé” para luego volver la vista a mi madre como esperando que ella respondiera por él –Por lo que intervine –Déjalo que se quede un rato, yo hablo con él antes de que tenga que salir en la tarde –Mi madre asintió con la cabeza y se retiró a su habitación.-Oh, ¿qué quiere la Srta. Va
Desperté, que flojera tengo, no quisiera salir, pero Alejandro técnicamente me insistió mucho y supuestamente me prometió que no pasaría nada raro, pero yo no le creo. Bueno, ¿ya qué? Tal vez y sí la pase agradable. Me quedé un rato viendo al techo antes de levantarme, permanecí algunos minutos embobada observando, el sol de la tarde se filtraba a través de las cortinas, llenando la habitación con una cálida luz dorada. Las sombras de los árboles afuera creaban patrones cambiantes en las paredes, como si fueran pinceladas de un artista invisible. Me sentía atrapada en un limbo entre el sueño y la vigilia, donde los pensamientos y recuerdos fluían libremente. Imaginé que el techo era un vasto lienzo en blanco, esperando ser llenado con las imágenes de mis sueños y las historias que aún no había contado. Cada pequeño detalle en el techo, desde las texturas hasta las sombras, parecía cobrar vida, transformándose en figuras abstractas que narraban cuentos silenciosos. Cerré los oj
-Me alegra que te guste –Dijo Alejandro rompiendo el silencio que llevaba apenas unos segundos, suavemente y de forma relajada abrí mis ojos -¿A dónde iremos Alejandro? –Él sonrió mientras sus manos firmemente sujetaban el volante. El motor del Shelby GT500 rugía suavemente bajo nosotros, como un felino satisfecho. El interior del auto, con su tapicería de cuero y el suave aroma a lujo, nos envolvía en una burbuja de exclusividad y sofisticación.-A un lugar especial. –Respondió, sus ojos destellando con un brillo misterioso -Quiero que sea una sorpresa –Miré por la ventana, observando cómo las luces de la ciudad pasaban rápidamente, transformándose en trazos de color en la noche. La melodía de una canción melancólica y electrizante llenaba el espacio, resonando con el pulso de nuestros corazones.-Cuando dijiste especial, realmente lo es –Murmuré, más para mí misma que para él. Alejandro soltó una risa suave y continuó conduciendo. La ciudad nos rodeaba con su vibrante energ