Alejandro se me acercó y dijo de forma seria –No responda Srta. Valeria, ya sé la respuesta, en realidad me sorprende, pero está bien, veo poco ético desvirgarla en una oficina tan sucia como esta, por lo que le propongo tener una comida conmigo para así poder charlar más si gusta –Su rudeza para decir las cosas me hace sentir incomoda, pero agradezco que se haya calmado un poco y me dé tiempo para ver si de verdad pasará algo más, con la cara todavía caliente me acomodo la falda del vestido –Srta. Valeria –Antes de que Alejandro pudiera continuar le hice una seña colocando mi dedo índice sobre mis labios en señal de silencio, él se quedó un momento a la espera de una razón y yo hablé negando con la cabeza al iniciar –Por favor no me diga “Srta.” Me hace sentir extraña, solo “Valeria” si es tan amable –Alejandro sonrió de forma pícara por mi comentario –Está bien Valeria, espero que en esa comida podamos hablar más sobre las fotos –solté una risita incomoda nuevamente y me di la vuelta para salir de la oficina y de repente sonó el teléfono de Alejandro, él me hizo una seña de que me adelantara y contestó, después de todo es el dueño de una empresa, deben ser negocios.
Me encontraba bajando las escaleras con toda la flojera y paciencia que me permitía mi cuerpo, cuando mi tacón rosó el borde de un escalón y por ende perdí el equilibrio cayendo de rodillas unos tres escalones más abajo, casi se me escapa un pequeño grito, pero lo contuve y solo me concentré en sobarme la espinilla a la cual ya se le estaba formando un hematoma, algunas lágrimas se me escaparon y trataba de respirar profundo para calmarme, aparentemente no fue nada grave, pero sí me duele mucho -¡VALERIA! –Escuché exclamar a Alejandro desde unos escalones más arriba, yo volteé a verlo y antes de poder decir que estaba bien él me carga como si fuera una niña y me lleva al primer piso, Ana fue la primera en verme y enseguida se apresuró hacia nosotros -¿Qué sucedió? No me digan que se pusieron muy creativos –Me puse como tomate –Ana por favor, no seas imprudente –dije avergonzada por la insinuación de Ana, ella sonrió al ver que me encontraba relativamente bien y también tal vez por suponer que si hubo actividad sexual entre Alejandro y yo, algunas personas alrededor me vieron y se preocuparon y Ana buscó calmarlos, tomó el micrófono y anunció lo sucedido –Estimadas damas y caballeros. Lamentablemente, me encuentro en la desafortunada posición de informarles que la Srta. Valeria Núñez ha sufrido un pequeño percance. Les pedimos encarecidamente que mantengan la calma y aprovechen para disfrutar de nuestro exquisito bufet mientras Valeria es atendida por el personal paramédico. Agradecemos su comprensión y paciencia en estos momentos, y les mantendremos informados sobre su estado tan pronto como sea posible –Mucho escandalo a mi parecer, pero es mejor hablar y no preocupar a los invitados con la desinformación.
Luego de que me revisara la paramédico, por fin pude levantarme aunque caminaba con dificultad, igual podría dar el discurso de forma normal. Quería otro trago, pero esta vez algo un poco más fuerte, me encaminé a la barra y pedí un Whisky Old Fashioned, es lo ideal en este momento, me lo tomé y ya por fin siento que se me aclaran las ideas. Después de un rato me dirigí a la zona de los baños, cuando estaba a punto de entrar al tocador de mujeres, una mano me toma del brazo y me jala sin previo aviso, al mirar cara a cara a la persona que me atrajo hacia él de forma forzada, me sorprendo al ver que era Daniel, el cual tenía una ropa bastante informal para la ocasión, pero luego de pensar un poco en quien es, me alarmé y busqué de escondernos más, lo llevé a un cuartito de servicio que estaba cerca de los baños, el espacio era bastante reducido, pero quedábamos a buena distancia para hablar de forma normal -¿Qué rayos haces aquí? –Pregunté exaltada casi en forma de regaño, este puso cara como de puchero -¿Qué tiene de malo, tanto te molesta verme? –a pesar de todo me sentí un poco mal y reformulando mis palabras dije ya más calmada –No, no es eso, es que no me avisaste que vendrías o si acaso que querías venir, resaltas demasiado ¿Esos son shorts tukis? –Pregunté sin nada de tacto, pero es que luce como que fuera a atracar a alguien –Perdón princesa, no tengo más ropa, por si no lo sabes no soy precisamente millonario… Aún –No puedo evitar pensar que un arma de fuego es más costosa que un pantalón sencillo, pero bueno ¿Qué puedo hacer? agito mis manos desesperada antes de hablar –Ok, lo siento, pero yo… -De pronto se me prendió el foco y lo agarré de la mano para salir deprisa por la puerta de servicio a una tienda que estaba cerca –Oye, ¿No deberías estar presente en tu propia galería? –, -Tiene sentido, pero no dejaré que te vean mal y tampoco quiero correrte -¿Qué estoy haciendo? Casi ni lo conozco, las únicas platicas que he tenido con Daniel han sido súper incomodas y raras, bueno, creo que a pesar de todo me cae algo bien al menos por el momento. Él no se niega y yo decido que le compraré buena ropa, elegí una camisa de algodón de alta calidad en un tono azul claro. La camisa tiene un corte entallado que ofrece un ajuste elegante sin ser demasiado ajustada. Los detalles son discretos pero sofisticados, como los botones de nácar y un ligero ribete en los puños. El color azul claro es fresco y versátil, adecuado para un evento de arte sin ser demasiado llamativo, Daniel se la prueba y le queda excelente. Para complementar la camisa, seleccioné un pantalón chino en color gris carbón. Los pantalones chinos son una excelente opción para ocasiones semiformales porque combinan comodidad y estilo. El corte recto y la tela de buena calidad aseguran que el pantalón luzca presentable y moderno, algo ideal para un chico sencillo como él –Valeria, me siento raro con esta ropa –Yo concentrada en elegir los zapatos solo le dije –Shh, si quieres acompañarme en la galería hazme caso y ya –En su rostro se dibuja una sonrisa ante mi comentario. Opté por unos mocasines de cuero marrón oscuro. Los mocasines son una elección perfecta para mantener un equilibrio entre lo formal y lo casual. Son cómodos, fáciles de usar y añaden un toque de elegancia sin llegar a ser demasiado formales. Además, el color marrón oscuro añade un contraste sutil y sofisticado al conjunto ES PERFECTO pensé.
Al verlo con esa ropa tan elegante pensé que se veía muy atractivo, pero de pronto mire su cabeza y… No recordaba su corte de cabello con un símbolo de dólar AY, POR QUÉ SE HACEN ESAS COSAS bueno, no puedo hacer mucho con eso y no hay tiempo tampoco, así que solo le peiné el poco cabello que tiene con las manos y nuevamente lo tomé del brazo para correr como pude aguantando el dolor a la galería. Cuando llegamos me intersectó Ana preocupada y yo me sobresalté -¿Dónde rayos estabas Valeria? Llevo un buen rato buscándote –Ella desvía su mirada hacia Daniel y después vuelve sus ojos a mí -¿Quién es él? –yo algo nerviosa respondí –AH, él… Es un amigo de la familia que no sabía cómo llegar y yo fui a buscarlo a la plaza, pero perdimos la noción del tiempo al hablar un rato –Ana pone una cara de que no cree al cien por ciento lo que digo, pero lo toma –Ok, pero no desaparezcas sin avisar, ve a dar tu discurso, Johibert te está esperando para ayudarte con el micrófono –como niña regañada asentí con la cabeza y antes de retirarme le di un beso en la mejilla a Daniel en forma de despedida, este se tensó ligeramente y le susurré al oído –Busca a mi mamá, ella te ayudará –él capta el mensaje y me devuelve el beso, pero más cerca de mi boca ESE HIJO DE… Bueno, no me alteraré por el momento, voy hacía la tarima y Johibert me recibe con una sonrisa antes de preguntas -¿Dónde estabas Valeria? –Me entrega el micrófono y ajusta unos cables –Lo siento, tuve un percance, gracias por preguntar –
Luego de ajustar todo, subo con toda la elegancia que mi dolor en la pierna me permite, puedo sentir mi corazón en la garganta, como si nunca antes hubiera hecho esto, pero supongo que es normal, después de inhalar profundamente me dispongo a dar el discurso que tanto practiqué –Buenas noches, distinguidos invitados, amigos y colegas. Es para mí un honor darles la bienvenida esta noche a la inauguración de mi exposición. Su presencia aquí me llena de gratitud y emoción, y no puedo dejar de sentirme profundamente conmovida por el apoyo y la calidez que todos ustedes me brindan. Hace algunos años, emprendí un viaje que me llevó a los rincones más remotos y salvajes del mundo, con la esperanza de capturar la esencia indómita de la naturaleza. A través de mi lente, he intentado revelar la belleza oculta en lo cotidiano, en los pequeños detalles que a menudo pasan desapercibidos. Cada fotografía que ven aquí es más que una simple imagen; es una historia, una experiencia, una parte de mi alma. Esta noche, no solo celebramos el arte de la fotografía, sino también la conexión entre el ser humano y la naturaleza, una relación que es esencial para nuestro bienestar y nuestro futuro. Espero que estas imágenes les inspiren a mirar más allá de lo evidente, a encontrar la belleza en las cosas simples y a valorar el mundo natural que nos rodea. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a todas las personas que han hecho posible esta exposición. A mi familia y amigos, por su inquebrantable apoyo y amor; a los organizadores y patrocinadores, por creer en mi trabajo y brindarme esta oportunidad; y a todos ustedes, por estar aquí esta noche y compartir este momento conmigo. Finalmente, me gustaría invitarles a disfrutar del resto de la velada, explorar las fotografías y, por supuesto, no duden en acercarse si tienen alguna pregunta o simplemente desean conversar. Gracias de nuevo por acompañarme en esta ocasión tan especial. Que tengan una excelente noche –Mientras hablaba mi mirada se encontró con la de aquel hombre de la imagen del colibrí y me dio un escalofrío extraño, pero agradable Que raro aun así proseguí de forma normal, con el discurso ya terminado, los aplausos se hicieron notar y yo me incliné para finalizar, le entregué el micrófono a Johibert –Lo hiciste bien –sonreí –Gracias –bajé y Ana me abrazó fuertemente felicitándome, Alejandro se acercó y me estrechó la mano formalmente, después de la locura del segundo piso, prefiero que sea así por ahora ADEMÁS, HAY QUE DISIMULAR al pensar eso en mi cara se dibujó una sonrisa y pude sentir el calor en mi cara.
Después de saludar a varias personas, se me acerca el hombre del colibrí y algo nervioso me saluda con un apretón de manos –Hola, me gustaría una audiencia contigo –me generó mucha más curiosidad de la que pensé que mi cuerpo podía sentir ¿En torno a qué girará la conversación, es por mi trabajo o es algo más? Ahora, mi mente se pierde en un cataclismo de emociones, con este hombre como el epicentro, desencadenando cada estremecimiento en mi ser.
Mirándolo directamente a los ojos le pregunté -¿Una audiencia? –Él asiente con la cabeza y cuando está a punto de decirme algo, llega Daniel casi arrastrando a mi madre, esta última tiene cara de incomodidad Diablos ¿ENSERIO TE PONDRÁS CELOSO AHORA DANIEL? Daniel me abraza de forma forzada y casi gritando dice –Lo hiciste muy bien preciosa –cuando volteé hacia el hombre del colibrí este tenía una expresión de pérdida y diría que hasta triste, se dio la vuelta y se dirigió al bufet -¿Qué rayos fue eso? –Daniel voltea los ojos –Solo estoy marcando territorio –mi estado de ánimo cambió a rabia velozmente, y ya estando con una expresión de que mataría a alguien le dije –Yo no tengo dueño, y si te vas a comportar cómo un niño imprudente puedes irte –Creo que mi mirada lo asustó mucho porque retrocedió ligeramente, miré a un costado y Alejandro estaba cerca con cara de sorpresa Escuchó nuestra conversación indignada me dirigí a buscar al hombre del colibrí Debo dejar de pensar en é
Absorta en la muy grata conversación con Sebastián, de pronto mi teléfono sonó y lo saqué de un bolsillo secreto de mi vestido, al ver tenía un mensaje de Ana {¿Cómo vas, ya hicieron cositas? No tardes mucho que en un rato daremos el cierre} es cierto, por mucho que quiera permanecer horas aquí debemos volver en unos minutos -¿Debes volver ya? –Preguntó Sebastián algo desilusionado –No… sí, pero aún tengo algo de tiempo –él me mira fijamente y toma mis manos llevándolas cerca de su pecho –En realidad, sí me gustaste Valeria, desde el primer momento que te vi y cuando te vi dar tu discurso mi interés en ti se intensificó, pero esa no era la verdadera razón por la que te pedí una audiencia privada –mi interés aumentó en un instante y él continuó –Realmente quería pedirte un favor -¿Un favor, a qué se referirá? –No entiendo ¿Cómo así, en qué podría ayudarte yo? –Le pregunté casualmente confundida –Te quiero como mi musa, te necesito para mi siguiente galería –¿Otra oferta? Aunqu
-Uy… por fin llegamos madre –Le dije a mi mamá con todo el cansancio y la flojera acompañando cada palabra –Por lo menos ya saliste de la galería y todo salió bien, ya es un peso menos –Dijo Daniel de forma seria, pero agradable mientras mi madre abría la puerta. Al entrar solo me deje caer boca abajo sobre el sofá de la sala en señal de agotamiento, esta mañana la he sentido muy larga y estresante, después de todo estar parada por horas sonriendo, saludando invitados, viendo que todo salga bien y aparte de eso, está el hecho de que tuve que lidiar con tres hombres muy diferentes entre sí, cabe destacar que cada uno mostró interés en mí, puede que no precisamente de forma romántica, pero lo que sí sé, es que cada uno de ellos me produjo curiosidad, además, de la pregunta… ¿por qué se fijan en mí? Si es exactamente de forma sexual o romántica, no es que yo sea específicamente fea, pero… ¿por qué yo?, ¿por qué tres pretendientes casi al mismo tiempo? Ni en el extranjero que yo era “exóti
Comimos juntos hablando de frivolidades y cosas cotidianas, de un momento a otro me quedé viendo fijamente un punto en la nada y no escuché lo último que dijeron, pero hice como que sí escuché y creo que no se dieron cuenta. Después de reposar unos minutos la comida, me levanté para lavar los platos –Deja esos corotos ahí Valeria, yo los frego –dijo mi madre y yo solo le di un beso en la frente –Ya tú hiciste toda la comida, déjame al menos lavar los platos –ella me miró sabiendo que no lograría hacerme cambiar de opinión de ninguna forma posible, por lo que se resignó –Está bien, entonces me iré a acostar. Daniel ¿Tú qué harás horita? –Daniel me miró solo para hacer un gesto como diciendo “Yo qué sé” para luego volver la vista a mi madre como esperando que ella respondiera por él –Por lo que intervine –Déjalo que se quede un rato, yo hablo con él antes de que tenga que salir en la tarde –Mi madre asintió con la cabeza y se retiró a su habitación.-Oh, ¿qué quiere la Srta. Va
Desperté, que flojera tengo, no quisiera salir, pero Alejandro técnicamente me insistió mucho y supuestamente me prometió que no pasaría nada raro, pero yo no le creo. Bueno, ¿ya qué? Tal vez y sí la pase agradable. Me quedé un rato viendo al techo antes de levantarme, permanecí algunos minutos embobada observando, el sol de la tarde se filtraba a través de las cortinas, llenando la habitación con una cálida luz dorada. Las sombras de los árboles afuera creaban patrones cambiantes en las paredes, como si fueran pinceladas de un artista invisible. Me sentía atrapada en un limbo entre el sueño y la vigilia, donde los pensamientos y recuerdos fluían libremente. Imaginé que el techo era un vasto lienzo en blanco, esperando ser llenado con las imágenes de mis sueños y las historias que aún no había contado. Cada pequeño detalle en el techo, desde las texturas hasta las sombras, parecía cobrar vida, transformándose en figuras abstractas que narraban cuentos silenciosos. Cerré los oj
-Me alegra que te guste –Dijo Alejandro rompiendo el silencio que llevaba apenas unos segundos, suavemente y de forma relajada abrí mis ojos -¿A dónde iremos Alejandro? –Él sonrió mientras sus manos firmemente sujetaban el volante. El motor del Shelby GT500 rugía suavemente bajo nosotros, como un felino satisfecho. El interior del auto, con su tapicería de cuero y el suave aroma a lujo, nos envolvía en una burbuja de exclusividad y sofisticación.-A un lugar especial. –Respondió, sus ojos destellando con un brillo misterioso -Quiero que sea una sorpresa –Miré por la ventana, observando cómo las luces de la ciudad pasaban rápidamente, transformándose en trazos de color en la noche. La melodía de una canción melancólica y electrizante llenaba el espacio, resonando con el pulso de nuestros corazones.-Cuando dijiste especial, realmente lo es –Murmuré, más para mí misma que para él. Alejandro soltó una risa suave y continuó conduciendo. La ciudad nos rodeaba con su vibrante energ
Me quedé un momento observando el suelo buscando respuestas, pero rápidamente solo comencé a caminar tratando de perderle el paso. El nerviosismo y la tensión en el aire eran palpables. Alejandro me seguía de cerca, tratando desesperadamente de reparar lo que había roto con sus palabras.-Valeria, por favor, déjame explicarte... —intentó nuevamente, pero yo me giré, cortándole de inmediato.-Alejandro, ¿no entiendes que no quiero hablar ahora? —mi voz se alzó con una mezcla de rabia y frustración. Suspiré profundamente, intentando calmarme un poco. La noche había comenzado con expectativas de conocer a alguien nuevo y especial, pero había terminado siendo un desastre. Al mirar alrededor, vi que el joven que había intervenido seguía observándonos desde la distancia. Me sentí un poco más segura sabiendo que alguien estaba pendiente por si necesitaba ayuda.-Escucha, solo quiero entender por qué esas fotos son tan importantes para ti —continué, mi tono algo más suave pero lleno
No puede ser, cada minuto que pasa llueve con más fuerza. No me gusta, nunca me ha gustado el ruido espantoso de las gotas fuertemente golpeando el techo, pero debo mantener la compostura. Al ver que Alejandro no regresaba, me empecé a impacientar y la curiosidad me invadió velozmente. ¿Qué estará haciendo? Con mucha cautela de no ser vista para no parecer chismosa, me acerqué a la habitación a la que entró Alejandro. Al llegar a la puerta, me detuve un momento, dudando si debía entrar o no. Finalmente, la curiosidad ganó la batalla y empujé la puerta lentamente. Al cruzar el umbral, me encontré con una escena que no esperaba. Alejandro estaba parado en medio de la habitación, mojado y desnudo. El agua goteaba de su cabello y su piel brillaba bajo la luz tenue de la lámpara y mi visión fue directo a su miembro viril por accidente. Me quedé paralizada por un instante, sin saber cómo reaccionar. Mi rostro se puso rojo como un tomate y rápidamente me di la vuelta, cubriendo mis