-Me alegra que te guste –Dijo Alejandro rompiendo el silencio que llevaba apenas unos segundos, suavemente y de forma relajada abrí mis ojos -¿A dónde iremos Alejandro? –Él sonrió mientras sus manos firmemente sujetaban el volante. El motor del Shelby GT500 rugía suavemente bajo nosotros, como un felino satisfecho. El interior del auto, con su tapicería de cuero y el suave aroma a lujo, nos envolvía en una burbuja de exclusividad y sofisticación.-A un lugar especial. –Respondió, sus ojos destellando con un brillo misterioso -Quiero que sea una sorpresa –Miré por la ventana, observando cómo las luces de la ciudad pasaban rápidamente, transformándose en trazos de color en la noche. La melodía de una canción melancólica y electrizante llenaba el espacio, resonando con el pulso de nuestros corazones.-Cuando dijiste especial, realmente lo es –Murmuré, más para mí misma que para él. Alejandro soltó una risa suave y continuó conduciendo. La ciudad nos rodeaba con su vibrante energ
Me quedé un momento observando el suelo buscando respuestas, pero rápidamente solo comencé a caminar tratando de perderle el paso. El nerviosismo y la tensión en el aire eran palpables. Alejandro me seguía de cerca, tratando desesperadamente de reparar lo que había roto con sus palabras.-Valeria, por favor, déjame explicarte... —intentó nuevamente, pero yo me giré, cortándole de inmediato.-Alejandro, ¿no entiendes que no quiero hablar ahora? —mi voz se alzó con una mezcla de rabia y frustración. Suspiré profundamente, intentando calmarme un poco. La noche había comenzado con expectativas de conocer a alguien nuevo y especial, pero había terminado siendo un desastre. Al mirar alrededor, vi que el joven que había intervenido seguía observándonos desde la distancia. Me sentí un poco más segura sabiendo que alguien estaba pendiente por si necesitaba ayuda.-Escucha, solo quiero entender por qué esas fotos son tan importantes para ti —continué, mi tono algo más suave pero lleno
No puede ser, cada minuto que pasa llueve con más fuerza. No me gusta, nunca me ha gustado el ruido espantoso de las gotas fuertemente golpeando el techo, pero debo mantener la compostura. Al ver que Alejandro no regresaba, me empecé a impacientar y la curiosidad me invadió velozmente. ¿Qué estará haciendo? Con mucha cautela de no ser vista para no parecer chismosa, me acerqué a la habitación a la que entró Alejandro. Al llegar a la puerta, me detuve un momento, dudando si debía entrar o no. Finalmente, la curiosidad ganó la batalla y empujé la puerta lentamente. Al cruzar el umbral, me encontré con una escena que no esperaba. Alejandro estaba parado en medio de la habitación, mojado y desnudo. El agua goteaba de su cabello y su piel brillaba bajo la luz tenue de la lámpara y mi visión fue directo a su miembro viril por accidente. Me quedé paralizada por un instante, sin saber cómo reaccionar. Mi rostro se puso rojo como un tomate y rápidamente me di la vuelta, cubriendo mis
Me desperté en la cama de Alejandro, usando una de sus camisas de botones de color celeste, me queda algo corta y debajo no traigo nada, no me gusta mucho, mis pechos son muy grandes y aunque están firmes, eso no quiere decir que no pesen sin brasier, pero no lo veo por ningún lado. Decido levantarme y caminando descalza me fui hasta llegar a la cocina, allí estaba Alejandro sirviendo en dos platos una comida que había ordenado a domicilio. Él me miró y me sonrió Me desperté en la cama de Alejandro, usando una de sus camisas de botones de color celeste. Me queda algo corta y, debajo, no traigo nada. No me gusta mucho, mis pechos son muy grandes y, aunque están firmes, eso no quiere decir que no pesen sin brasier. Decidí levantarme y, caminando descalza, me fui hasta la cocina. Allí estaba Alejandro sirviendo en dos platos una comida que había ordenado a domicilio. Él me miró y me sonrió.-Buenos días, dormilona —dijo con una sonrisa cálida -Espero que tengas hambre –su manera
Rayos ¿Por qué hace tanto calor, será que volverá a llover en la tarde? Justo antes de llover, el aire se siente sofocante y pesado. Todo se debe al calor y la humedad que suben, formando las nubes de tormenta. La presión baja, y el sol sigue calentando el suelo hasta que la lluvia finalmente trae alivio. Parece que hay una tormenta pasando por la costa, aquí en esta zona de Aragua, recibimos pequeños síntomas o coletazos de las tormentas y huracanes. Por lo que he escuchado, hay una tormenta fuerte pasando por la costa. En esta región de Aragua, aunque no recibimos el impacto directo de las tormentas y huracanes, sí experimentamos sus efectos secundarios. Estos “coletazos” pueden incluir fuertes vientos, lluvias intensas y un aumento en la humedad. Es interesante cómo las tormentas en alta mar pueden influir en el clima aquí, trayendo consigo cambios significativos en cuestión de horas. Es una clara demostración de la interconexión de los sistemas meteorológicos. Me
La Victoria despertaba bajo el manto de un amanecer en tonos de coral y dorado, como si el cielo mismo celebrara el retorno de Valeria a su tierra natal. Tras años de recorrer selvas inexploradas y capturar con su cámara la esencia indómita de la naturaleza, Valeria sentía una mezcla de emociones al pisar nuevamente las calles empedradas de su infancia. Los aromas familiares de la ciudad la envolvieron, cada rincón y cada esquina evocando recuerdos de tiempos más simples y despreocupados. Había algo en La Victoria que siempre le había parecido mágico, una cualidad intangible que hacía de esta ciudad un lugar especial. El bullicio del mercado central, los colores vibrantes de los puestos de frutas, el murmullo constante de la vida cotidiana; todo parecía más intenso aquí. Sin embargo, tras años de ausencia, Valeria no podía evitar sentir una punzada de incertidumbre. ¿Se habría mantenido intacta la esencia de su hogar, o el tiempo habría erosionado lo que una vez co
El amanecer en La Victoria pintaba el cielo con tonos de coral y dorado, mientras yo observaba el paisaje desde la ventanilla del autobús. El camino serpenteaba a través de campos de caña de azúcar y plantaciones de cacao, reminiscencias de un pasado que nunca había olvidado. Cada kilómetro que me acercaba a mi destino hacía que mi corazón latiera con más fuerza, una mezcla de emoción y nerviosismo llenando mi pecho. Tras varios años viviendo en el extranjero, recorriendo selvas inexploradas y capturando con mi cámara la esencia indómita de la naturaleza, regresaba a mi ciudad natal. La idea de volver a pisar las calles empedradas de mi infancia me provocaba un torrente de emociones. Las caras conocidas, los aromas y los sonidos familiares de la ciudad habían habitado en mis recuerdos, anclados en un tiempo que ahora me parecía lejano. El autobús finalmente llegó a su destino, y me bajé con una mochila al hombro y mi cámara colgando del cuello, como una e
Desperté temprano el día de hoy, a pesar de que ayer me acosté tarde, por mi caminata loca y mi encuentro con aquel chico ahora que lo pienso, nunca supe su nombre La luz del sol se filtraba por las cortinas de mi habitación, anunciando el inicio de una jornada que había estado esperado con ansias y nervios. Me levanté con energía, impulsada solamente por la emoción y el nerviosismo que me acompañaban desde mi llegada a La Victoria. Al llegar a la cocina mi madre se encontraba ya despierta –Buenos días mamá ¿Pero qué haces despierta? A penas son las 4:00 –Ella me sonrió con mucha energía mientras sacaba los huevos fritos de la estufa y me dijo –Quería prepararte el desayuno antes de tu gran día, sé que es muy importante para ti y es lo menos que puedo hacer –su comentario me llenó de ternura y me hizo sentir muy alegre, nada mejor para empezar este maravilloso día, acariciando su cabeza le dije –Gracias mamá, no sabes lo que significa para mí, pero el simple hecho de que est