Alicia se sentía en las nubes, los invitados de la boda se retiraron para ir a la recepción que sería en la hacienda de Araceli.
Cuando Axel y Alicia estuvieron solos ellos caminaron un poco donde estaban el pastisaje Alicia giró como lo había hecho en aquella noche y cómo había ocurrido esa noche las luciérnagas salieron con su brillo. Eran hermosas Axel la abrazó.— Quería volver a ver esto nuevamente. Lo hermosa que te ves en esas luces.—¿Por eso el collar?Ella por fin habia caído en cuenta del significado del collar.
— Así es, he pensado en este momento desde hace muchísimo tiempo.Alicia tomó la mano de Axel caminó hacia aquel enorme árbol su vista se fijó en sus iniciales que estaba grabadas en el tronco de ese árbol ella extendió la mano a Axel que sabía que era lo que pedía, Axel metió su mano dentro de su pantalón sacando la llave de un auto, ella lo tomó y añadió.—¿En serio? ¿Vas a seguir molesta? Axel cuestionó a Alicia que le daba la espalda mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho. —Alicia ¿Por qué no me contestas? La paciencia de Axel en ocasiones se esfumaba cuando se trataba de los caprichos de Alicia. — Es que...Tu a veces me... Por fin Alicia dirigió unas palabras a Axel aúnque aún no lo miraba. —Me ¿Qué? —Desagradas. Él suspiró y apretó el puente de su nariz con sus dedos. — En ocasiones tu me desesperas eres muy terca. Soltó Axel. El sollozo de Alicia estrujo su corazón y se acercó a ella y la abrazó por la espalda. — Disculpame ¿Si? Ella giró hacia el rostro de Axel, sus lágrimas caían por sus mejillas, hundió su cabeza en el pecho de Axel. —Disculpame tu a mi, yo no puedo controlarme, no entiendo porqué tengo cambios de humor. Axel acarició la cabeza de Alicia, ella levantó su mirad
Las horas pasaron y las contracciones de Alicia eran algo fuertes, Celeste estaba junto a ellos ayudando a respirar a Alicia. —Mamá mañana recogería a Abril. Alicia buscaba cómo distraerse del dolor y eso era conversardo con Celeste. —No te preocupes ya hable con Gabriel me dijó que no te preocupes que él y Carmen la cuidaran también me mandó a decirte que te desea mucha suerte. Alicia sonrió, en el ultino año Gabriel se había mudado con su novia Carmen , era una mujer muy guapa, pero sobre todo muy educada y linda, siempre mostraba simpatía con Alicia y sobre todo con Abril, Alicia se sentía feliz que apesar del.pasado él hubiera encontrado alguien sincera a quien amar . —Ok mamá gracias , también Gema se quedará con su mamá estos días. Las horas siguieron transcurriendo y Alicia ya no soportaba el dolor las contracciones eran cada dos minutos y no la dejaban descansar entr
Alicia despertó de su cama por primera vez sola desde que se había casado con aquel hombre que conoció en la escuela del cual se enamoró profundamente. Había conocido a Gabriel en la escuela cuando estudiaban juntos la preparatoria, él era un chico muy simpático, era el más sociable del lugar, media 1.80 de estatura, su cabello era obscuro al igual que sus ojos, era atractivo se llevaba con todos en la escuela, en cambio, Alicia, era la más callada y tímida del lugar. A veces ella se preguntaba por qué habían terminado casados por 10 años, siendo que eran tan diferentes. Alicia se levantó de la cama, vio el reloj de mesa que se encontraba a lado de su cama, eran las 7:00 de la mañana, ya se le estaba haciendo tarde, se levantó y recorrió la pequeña casa que tenía, finalmente tocó una de las habitaciones. —Es hora de levantarse, ya despierta, es tarde. Alicia dijo para después abrir la puerta de la habitación, ahí estaba recostada en la cama tapada de pies a cabeza una niña de 7 año
Después de llorar por casi una hora, Alicia se levantó, limpió sus lágrimas y comenzó a hacer el almuerzo; cuando Gabriel y ella se casaron él prometió que siempre se haría un espacio para almorzar con ella, por años lo cumplió, pero hacía 6 meses siempre decía que tenía alguna reunión de trabajo, aun así ella pensó que iría a almorzar ese día por qué talvez se había arrepentido de lo de la noche anterior, aún mantenía la esperanza, cuando, terminó de preparar el almuerzo esperó a que él llegará, pero él nunca lo hizo, ella terminó almorzando sola. Cuando terminó levantó los platos para después dirigirse a su habitación y recostarse en la cama a esperar a que fuera hora de ir por su hija a la escuela. Perdida en sus recuerdos, le vino uno de su esposo — ¿Te quieres casar conmigo? Le preguntó Gabriel a Alicia con una gran sonrisa en su rostro. — ¡Si amor claro que sí! Gabriel colocó el anillo en el dedo de Alicia, el compromiso lo sellaron con un beso. — Nos casaremos lo más p
El teléfono sonó, Alicia despertó e inmediatamente recordó todo lo de la noche anterior, sacudió su cabeza y contestó un poco desanimada. —¿Bueno? — ¿Hija? Ya llevé a la escuela a la niña. Era Celeste quien llamaba, Alicia vio el reloj extrañado de la hora y vio que eran las 11:00 de la mañana. —¡Ah Mamá!, ok muchas gracias. Respondió Alicia todavía adormitada. —Hija... Hoy habló conmigo Gabriel, me dijo lo del divorcio, que es un hecho. Celeste comenzó a escuchar del otro lado del teléfono sollozos. — Mamá, me dejó, me dejó yo que lo amo tanto, ¿Qué hice mal? Lloraba Alicia inconsolable. — Hija, no llores, él es mi hijo, lo amó demasiado, pero es un tonto en dejarte ir. — Mamá, ¿Qué haré ahora?, ya no soy nada. Respondió Alicia entre lágrimas —¡Alicia!, ¡cálmate!, no digas tonterías, eres una mujer hermosa, no sé qué pasa en la cabeza de mi hijo, él no mencionó nada más que lo del divorcio, talvez está confundido y estresado. Al escuchar esto, Alicia pensó que no era así
Alicia despertó a las 6:00 am, antes de que el reloj sonara; había dormido muy poco a causa de los nervios, se levantó de la cama, se duchó al salir de la ducha buscó un atuendo para la entrevista, no sabía cómo vestir así que tomó una falda negra y una blusa blanca manga larga, buscó unos zapatos encontrando unos que casi no usaba estos eran negros con un poco de tacón, secó su cabello para posteriormente cepillarlo, buscó también entre sus cosas un poco de maquillaje y suspiro al solo encontrar un rubor, un delineador y un labial rojo quemado, sin pensarlo más se lo colocó. Alicia no le gustaba maquillarse, no acostumbraba hacerlo, por eso la escasez de productos, finalmente terminó de arreglarse a eso de las 7:30, se miró en el espejo, no agradándole mucho lo que veía, más cuando esas palabras resonaban en su cabeza "Has cambiado" Bajó su mirada un poco decepcionada. --No puedo hacer nada, así soy. Susurró un poco Tomó el currículum que estaba sobre la mesa de noche, le echó un
Era miércoles por la mañana, esta era una mañana soleada que pintaba ser agradable; Axel se despertó muy temprano como de costumbre, se duchó tranquilamente y al finalizar dicha ducha, se puso el traje negro que había elegido para esa mañana con la corbata color vino, después de estar listo, bajó a desayunar como era su costumbre antes de ir a la oficina, tomó su maletín y salió de aquella casa, suspiró un poco cansado al subirse a su coche pensando que sería un día nuevamente largo y cansado, ya que una tarde antes había despedido a su nueva secretaria, el motivo del despido para cualquiera era simple y quizás sin importancia, pero para él no lo era, ella había tirado su pluma esa tarde con la intención de agacharse ante él, mientras su busto salía a relucir, no negaba que estos era súmante atrayentes, pero la acción le colmó la paciencia, por qué sabía que lo había hecho a propósito y ya con ella llevaba 10 secretarías, que por una u otra razón no cumplían con sus expectativas; en es
Alicia miró su reloj para después caminar hacia la parada del autobús, donde después de esperar un tiempo a que este llegara, se subió para irse directo a la casa de su suegra; al llegar a esta, tocó la puerta, sutilmente, al abrir, su suegra, sonrió al ver que era ella. –¡Hija! Pasa. — Mamá, ¿Cómo estás? Alicia abrazó a celeste efusivamente. —Bien, hija, pero a ti no te veo bien, te veo un poco pálida, ¿Acaso no estás durmiendo bien? ¿Estás comiendo verdad, hija? — Si mamá, si estoy durmiendo y si estoy comiendo no te preocupes. En ese momento las lágrimas brotaron de sus ojos, no podía contenerlas detestaba seguir llorando, pero no podía parar, el dolor siempre sobrepasaba su voluntad. —Hija, no llores me rompes el corazón, ese hijo mío verá ahora que venga como es posible que haga llorar a esos ojos tan bellos, no lo puedo permitir voy a hablar con él me va a tener que explicar qué está pasando. — No mamá, no te preocupes, no le digas nada, él tomó su decisión, yo ya no soy