En la mente de Wyatt no podía haber otra cosa más que aquella idea que involucraba a la mujer con la que bailaba de la manera más tranquila jamás antes conocida. Aquellas olas, aquellas vibraciones, aquellas emociones que él sentía a Cristal emanar mientras bailaban eran difíciles de expresar por palabras.
En la mente de Wyatt, ¿cómo Brandon pudo casarse con ella? No exactamente hablando de su belleza sino, de aquello que ella era por naturaleza. ¿Cuánto más hasta que en la mente le entrara la idea de que ella era la esposa de Brandon Lambert?
— ¿Lo disfrutas? —preguntó Wyatt al verla sonreír.
Prontamente la sonrisa desapareció de su rostro. Si él se había dado cuenta de eso, seguro la gente a su alrededor también, ¿qué iba a decir de ver a una mujer casada disfrutando con otra persona?
—Lo sigo pensando, no creí que Brandon se casaría con una mujer como tú.
— ¿De qué me hablas?
— ¿Viste aquella foto en tu habitación?
El corazón de Cristal paró al mismo tiempo que sus pasos se mostraron torpes. Aquel hombre conocía más de lo que ella misma pensó.
— ¿Qué tiene aquella foto? —preguntó Cristal queriendo saber contra qué peleaba.
Las palabras de parte de Wyatt cesaron al momento que vio que Brandon los miraba de lejos. Conocía bien a Brandon y si él no se alejaba antes de ella, las consecuencias serían peores.
— ¡Dime, ¿qué significa la foto?! —insistió Cristal.
Con una sonrisa en el rostro, Wyatt detuvo su danzar. —Un gusto bailar con usted, le deseo lo mejor en esta etapa que comienza, señora de Lambert. — Se permitió decir Wyatt al momento que besaba la mano de Cristal para después, irse al ver a Brandon acercarse.
Quedando mil ideas en la mente de Cristal, solo supo ver a Wyatt marcharse. Él sabía más de lo que ella misma quería saber. Y de pronto, del brazo fue tomada por aquella persona que la había estado viendo bailar con él.
— ¿Bailamos? —preguntó Brandon sin darle tiempo a que contestara.
La pesada aura que emanaba Brandon era lo menos que ella necesitaba para sobrellevar aquel matrimonio a base de un contrato. La fuerza de las emociones de Brandon sobre ella la obligaron a bajar la mirada.
— ¿Desde cuándo conoces a Wyatt? —preguntó queriendo usar un tono de voz común.
Los ojos de Cristal se abrieron sorpresivamente. — ¿Wyatt?
—Sí, aquel hombre con el que bailabas.
Hasta ese momento Cristal se daba cuenta lo perdida que había estado en aquel hombre que ni su hombre había entrado en su cabeza.
—Te lo advierto, querida amada mía —rió al decirlo —no tienes permitido de andar de aquí para allá con cuántos hombres desees. Eso está estipulado en el contrato, me debes respeto por el simple hecho de haber dicho aquellos votos frente a todos. Al final, somos la pareja del año, ¿no crees? —Volvió a reír.
—Solo bailaba con él. No me tomes por quien no soy.
—Yo no he dicho nada, solo te advierto lo que puede pasar si tú no te sabes comportar a la altura.
—Ya te lo dije, solo bailaba con él.
—Eso espero, eso espero realmente. No vengas con escenas de la esposa afectada cuando no te queda porque simplemente, no te puedes enamorar de un hombre que solo has visto tres veces en toda tu vida, en un solo día. Ya te lo dije y no me voy a cansar hasta que lo comprendas y entre en tu cabeza. Esto es un contrato, Cristal, los dos ganamos haciendo esto, nunca se te vaya a olvidar. Nunca —dijo Brandon soltando un suspiro al mismo tiempo que plantaba un dulce beso en la frente de Cristal.
Un dulce beso que la hizo pensar en aquellos día en los que ellos eran solo unos adolescentes, y ella una niña tonta que se enamoró de él sin saber absolutamente nada de la vida, sin saber que ese sería el final al amor más puro que ella había sentido.
Imaginando lo que pudo haber pasado con Brandon al encontrar una conexión con la foto sobre la cama y las palabras que ahora le decía, sintió mal, mal por él, mal por las cosas que él tuvo que haber pasado para convertirse en la persona que ella veía ahora.
—Es tiempo de que nos vayamos.
— ¿Qué? Pero, Brandon, acabamos de llegar.
—Exacto, solo tenía que hablar de un par de cosas y presentarte como si esposa, está hecho, no tenemos nada que hacer aquí.
Y tan pronto como la canción terminó, Brandon volvió a ser la persona que era. Había pasado por mucho, Brandon debió de haber pasado por mucho para encontrarse en ese punto de su vida. Él no era más la persona dulce que recordaba de su infancia, él no era más la persona de la que ella se había enamorado de la manera más genuina y sincera posible deseado que él viera sus sentimientos. Ella solo fue una niña tonta que no sabía qué iba a suceder al final.
Tan pronto como ellos se despidieron de la gente que estaba ahí y lograron salir de aquel salón donde la celebración se llevó a cabo y a donde Brandon con su esposa había asistido para arreglar unos asuntos aunque no lo pareciera, Brandon cambió completamente su actitud estando afuera. Justo donde ya nadie podía verlos.
No siendo menos caballeroso, la ayudó a subir a su auto sin decir una sola palabra. Ese solo era el principio y todo lo que ella podía hacer era aprender de él y de todo a su alrededor hasta llegar el punto en que pudiera enterrar en su mente las imágenes de aquel hombre generoso que ella recordaba.
Brandon ahora no era más que un hombre que veía por sus intereses, no era más que un hombre que haría lo que fuera para saciar la ambición quemando en el alma y eso respondía a haber firmado aquel documento.
Tan pronto como Brandon encendió el auto, Cristal volteó a la ventana para así, no tener que lidiar con la persona que ahora era su esposo.
Solo bastó aquella mirada para dar con la persona que ella menos hubiera esperado. Aquel de nombre Wyatt saliendo del salón de la celebración con una mujer. Los dos sonreían, sonreían más que nunca.
Y es que al final de todo, aquella escena solo podía tener una sola explicación. Aquel hombre no era más, eso, un hombre más que la había salvado de la vergüenza. Aquel hombre no podía ser nadie más que lo que llamaría el mundo, un playboy. Aquel hombre era solo una farsa como el hombre a su lado y toda su vida.
Y de pronto, su delicado cuerpo saltó como si de un movimiento involuntario se tratara. Poco a poco, segundo a segundo, sintiéndose despertar en el nuevo día, sintiendo que ese no era su lugar aunque sí, sus pequeños grandes ojos se fueron abriendo poco a poco.A su mente comenzaron a llegar momentos de la noche anterior. Ni siquiera ella podía reconocer el lugar a simple vista porque aquel techo, aquellas decoraciones en las paredes, aquellos cuadros y todo lo que hacía a esa habitación ser, no tuvieron espacio en su mente para ser comparados. La verdad es que se sentía una invitada, una mujer que había dormido en una casa ajena solo por una noche.Sin sentir el tiempo pasar, después de haberse frotado los ojos por un breve momento, Cristal se sentó en la cama al mismo tiempo que se recargaba en la cabecera. Entonces fue cuando se dio cuenta que su vestido, el mismo que había llevado una noche anterior estaba sobre el suelo. De esa manera, por fin logró recordar todo de aquella noch
Aquellos sueños, aquellas ilusiones que algún día tuvo, aquellos sueños con los que se iba a la cama cada noche por cada vez que sentía acercarse a su meta, hoy no era más que trozos de una vida que nunca vio la luz, que simplemente se quedó queriendo ser eso, una vida. La vida que ya no era de ella porque ahora le pertenecía a las personas que la había casado con la persona de la que ella se enamoró siendo apenas una niña. No quedaba nada, no quedaba nada de aquella vida que ella comenzaba a construir y que solo quedó en planes. De sus bellos ojos, las lágrimas salieron al momento de haber entendido quien era ella. El dolor en la planta de su pie y un poco más arriba, la hizo detener casi al momento de querer levantarse del suelo. No sabía si lo que le dolía más eran los cortes en sus pies o la manera en la que aquel niño que ya no era más un niño la había tratado. Como un objeto más, como aquella caja de cristal, como aquellos vidrios rotos que inundaban el suelo, era ella. No más
—Listo, Cristal, con esto que te puse en el pie todo va a estar bien. Solo tienes que tener mucho cuidado a la hora de caminar —dijo Sebastián dándole una sonrisa a su amiga. Ella realmente no lucía igual. —Muchas gracias, Sebastián —dijo Cristal mirando su pie recién vendado. — ¿Cristal? —llamó su atención Sebastián. El momento de preguntar lo que había querido desde siempre había llegado. — ¿Sí? — ¿Quién te hizo esto? Cristal sonrió queriendo ocultar todo. —Yo, yo misma. Estaba limpiando y se me cayó ese adorno —señaló el suelo. La verdad era que en la mente de Sebastián estaba la idea de que ella hubiera sufrido violencia domestica por parte de la persona que decía ser su esposo. — ¿Estás segura de eso? —preguntó Sebastián no muy convencido de las palabras de su amiga y paciente. Él sabía cuánto ella había luchado para llegar hasta ese punto y ahora no iba a permitir que de un momento a otro, un hombre viniera a hacerle la vida imposible. —Cristal, te acabas de casar e inclu
Limpiándose de manera brusca las lágrimas, harta de que en tan solo dos días él hubiera pasado sobre ella como pasaba sobre cualquiera de los tapetes puestas en aquella casa llena de lujos, fue detrás de él. Tenía que escucharle, tenía que dejar las cosas en claro porque ella también era un ser humano, una persona que necesitaba ser tratada como tal. Había reglas en esa casa, ella no iba a luchar contra eso porque al final, Brandon tenía razón, su matrimonio solo era un maldito contrato que ella firmó sin que tuviera el tiempo de hacer preguntas porque para su abuelo, ella no había sido más que un maldito objeto, una maldita herramienta que él podía manejar a su antojo y obviamente, a su conveniencia.—Brandon, Brandon —llamó Cristal yendo detrás de él.Y él, sin detenerse continuó hasta la hab
Tan pronto como su esposo salió de ahí, ella finalmente pudo sacar el aire que estaba reteniendo su interior. No era que le tuviera miedo a su esposo, era que no sabía cuánto tiempo más iba a soportar la misma situación que sabía, se iba a repetir por mucho tiempo más.Tantas palabras al aire, tantos significados que ella pudo darle a todo lo que él decía pero al final, ella no había leído ese contrato. No había manera de interpretar aquellas palabras cuando a ella no le habían dado el tiempo para leer o para preguntar. Ella había sido humillada y seguramente lo seguiría siendo.Una cuantas lágrimas salieron de sus ojos al momento de ver el vestido que él le había escogido. Ni siquiera le gustaba pero más allá de eso, ¿qué había de la herida en su pie? Si al él no le importaba lo que ella tu
En un mundo de apariencias, había solo una cosa que se podía hacer y eso era, fingir, fingir como todos en esa fiesta debían de estar haciendo. Porque solo bastaba ver la familiaridad más falsa con la que la gente de ahí, se trataba, solo bastaba ver la sonrisas y las miradas falsas pero al mismo tiempo, siendo aquellas miradas las que declararan todo lo que ellos realmente estaban sintiendo.No era que Cristal no hubiera crecido en aquel ambiente, rodeada de aquella gente que solo sabía estar ahí por beneficio y no porque realmente lo deseara. Y aunque no había nada fuera del mundo de Cristal, ella era diferente, ella siempre queriendo ser tratada con honestidad, ella siempre queriendo casarse porque así lo decidiera su corazón y no alguien o simplemente, algún documento que la habían obligado a firmar.La puerta frente a ellos se abrió al momento que ella se quedaba en si
Sintiéndose un poco más mareada a cada minuto, sintiendo que era su vista la que ya no respondía de la misma manera haciendo de esa manera que no pudiera enfocar bien lo que pasaba a su alrededor, se apartó un poco de la gente queriéndose dar tiempo ella misma para poder resistir un poco más la noche. No quería siquiera imaginar lo que pasaría si ella decidiera ir a la casa donde al final, todo lo que estaría esperando por ella era el final del contrato, contrato que ella no conocía.Ese era su objetivo en ese momento, soportar un poco más.Wyatt, sonriendo como siempre lo hacía, no muy diferente a como lo hacía Brandon cuando se trataba de mujeres, miró a Cristal muy apartada de aquella celebración que era más de ella y del abuelo de Cristal que de Brandon.Con ese caminar lleno de seguridad, con una copa de licor en la mano derecha y con aquella sonr
Sin entender la razón de su propio actuar, Brandon cerró las manos en puños como si de esa manera pudiera soportar lo que estaba sintiendo al ver a Cristal ser tratada de esa manera. No era que Wyatt le estuviera haciendo daño, era que él realmente se mostraba interesado en ella.Wyatt era un hombre que poco insistía, sabía que el mundo estaba lleno de mujeres, sabía que solo necesitaba un poco de poder y sonreír de la manera en que él lo hacía para tener a las mujeres que quisiera ante él. Aunque la realidad para ese momento se estaba tornando un poco más complicada. ¿Por qué tenía que insistirle tanto a esa mujer que encima, estaba casada?A Wyatt le debía de importar poco si estaba casada por compromiso o porque realmente lo amaba, al final era un matrimonio, y ella era una mujer casada que él debía de respetar.—Señ