—Listo, Cristal, con esto que te puse en el pie todo va a estar bien. Solo tienes que tener mucho cuidado a la hora de caminar —dijo Sebastián dándole una sonrisa a su amiga. Ella realmente no lucía igual. —Muchas gracias, Sebastián —dijo Cristal mirando su pie recién vendado. — ¿Cristal? —llamó su atención Sebastián. El momento de preguntar lo que había querido desde siempre había llegado. — ¿Sí? — ¿Quién te hizo esto? Cristal sonrió queriendo ocultar todo. —Yo, yo misma. Estaba limpiando y se me cayó ese adorno —señaló el suelo. La verdad era que en la mente de Sebastián estaba la idea de que ella hubiera sufrido violencia domestica por parte de la persona que decía ser su esposo. — ¿Estás segura de eso? —preguntó Sebastián no muy convencido de las palabras de su amiga y paciente. Él sabía cuánto ella había luchado para llegar hasta ese punto y ahora no iba a permitir que de un momento a otro, un hombre viniera a hacerle la vida imposible. —Cristal, te acabas de casar e inclu
Limpiándose de manera brusca las lágrimas, harta de que en tan solo dos días él hubiera pasado sobre ella como pasaba sobre cualquiera de los tapetes puestas en aquella casa llena de lujos, fue detrás de él. Tenía que escucharle, tenía que dejar las cosas en claro porque ella también era un ser humano, una persona que necesitaba ser tratada como tal. Había reglas en esa casa, ella no iba a luchar contra eso porque al final, Brandon tenía razón, su matrimonio solo era un maldito contrato que ella firmó sin que tuviera el tiempo de hacer preguntas porque para su abuelo, ella no había sido más que un maldito objeto, una maldita herramienta que él podía manejar a su antojo y obviamente, a su conveniencia.—Brandon, Brandon —llamó Cristal yendo detrás de él.Y él, sin detenerse continuó hasta la hab
Tan pronto como su esposo salió de ahí, ella finalmente pudo sacar el aire que estaba reteniendo su interior. No era que le tuviera miedo a su esposo, era que no sabía cuánto tiempo más iba a soportar la misma situación que sabía, se iba a repetir por mucho tiempo más.Tantas palabras al aire, tantos significados que ella pudo darle a todo lo que él decía pero al final, ella no había leído ese contrato. No había manera de interpretar aquellas palabras cuando a ella no le habían dado el tiempo para leer o para preguntar. Ella había sido humillada y seguramente lo seguiría siendo.Una cuantas lágrimas salieron de sus ojos al momento de ver el vestido que él le había escogido. Ni siquiera le gustaba pero más allá de eso, ¿qué había de la herida en su pie? Si al él no le importaba lo que ella tu
En un mundo de apariencias, había solo una cosa que se podía hacer y eso era, fingir, fingir como todos en esa fiesta debían de estar haciendo. Porque solo bastaba ver la familiaridad más falsa con la que la gente de ahí, se trataba, solo bastaba ver la sonrisas y las miradas falsas pero al mismo tiempo, siendo aquellas miradas las que declararan todo lo que ellos realmente estaban sintiendo.No era que Cristal no hubiera crecido en aquel ambiente, rodeada de aquella gente que solo sabía estar ahí por beneficio y no porque realmente lo deseara. Y aunque no había nada fuera del mundo de Cristal, ella era diferente, ella siempre queriendo ser tratada con honestidad, ella siempre queriendo casarse porque así lo decidiera su corazón y no alguien o simplemente, algún documento que la habían obligado a firmar.La puerta frente a ellos se abrió al momento que ella se quedaba en si
Sintiéndose un poco más mareada a cada minuto, sintiendo que era su vista la que ya no respondía de la misma manera haciendo de esa manera que no pudiera enfocar bien lo que pasaba a su alrededor, se apartó un poco de la gente queriéndose dar tiempo ella misma para poder resistir un poco más la noche. No quería siquiera imaginar lo que pasaría si ella decidiera ir a la casa donde al final, todo lo que estaría esperando por ella era el final del contrato, contrato que ella no conocía.Ese era su objetivo en ese momento, soportar un poco más.Wyatt, sonriendo como siempre lo hacía, no muy diferente a como lo hacía Brandon cuando se trataba de mujeres, miró a Cristal muy apartada de aquella celebración que era más de ella y del abuelo de Cristal que de Brandon.Con ese caminar lleno de seguridad, con una copa de licor en la mano derecha y con aquella sonr
Sin entender la razón de su propio actuar, Brandon cerró las manos en puños como si de esa manera pudiera soportar lo que estaba sintiendo al ver a Cristal ser tratada de esa manera. No era que Wyatt le estuviera haciendo daño, era que él realmente se mostraba interesado en ella.Wyatt era un hombre que poco insistía, sabía que el mundo estaba lleno de mujeres, sabía que solo necesitaba un poco de poder y sonreír de la manera en que él lo hacía para tener a las mujeres que quisiera ante él. Aunque la realidad para ese momento se estaba tornando un poco más complicada. ¿Por qué tenía que insistirle tanto a esa mujer que encima, estaba casada?A Wyatt le debía de importar poco si estaba casada por compromiso o porque realmente lo amaba, al final era un matrimonio, y ella era una mujer casada que él debía de respetar.—Señ
Trayendo de vuelta esos momentos donde más segura él la había hecho sentir, se enfocó en esos recuerdos.La exposición de los nuevos productos que la compañía iba a implementar, había sido un éxito. Era increíble de lo que Tábata era capaz con tan solo disponer de unas cuantas horas. Todo había salido bien y si la firma de aquellos inversionistas había sucedido era solo por una razón. Tábata era la responsable. — ¡Ya te lo dije, Tábata! Eres la mejor en todo esto —dijo Brandon mientras se sentaba en su lugar frente al escritorio. La felicidad con la que lo decía era capaz de hacer sentir al corazón de Tábata tan ligero hasta el grado de no sentir su palpitar. En el corazón de Tábata se encendió la emoción. Ellos habían estudiado j
¿Qué había de aquellos inviernos en donde, por todo lo que Cristal se tenía que preocupar era por no pescar una gripe? ¿Qué había de aquellas primaveras en donde solo esperaba usar sus vestidos largos y floreados? ¿Qué había de los otoños, de los veranos y de todas esas temporadas en las que esperaba pacientemente porque llegara el día en que viera jugar a aquel del que se enamoró de la manera más genuina?La verdad es que no quedaba nada de aquellas temporadas, no quedaba nada de aquellos días en los que su pequeño corazón no podía ser más feliz con tan solo ver jugar al pequeño Brandon, verlo correr de un lado a otro, verlo adueñarse del campo, verlo seguir adelante sin que su vida pareciera una competencia.Por primera vez la pelota de beisbol cayó donde estaba destinada a ser encontrada por aquella ni&nt