(34)–¿Padre?–Liza trata de captar la atención de su padre.–¡Para con esto!– Nos pide mientras nos ve enojada. Supongo que no es la mejor escena después de un reencuentro de tantos años.Austin solo se retira del lugar echando humo por los oídos, mientras yo me quedo ahí pasmada por lo que me acaba de decir. ¿Será que él me quitará a mi hijo? Así que asustada, yo también huyo del lugar, metiéndome a mi auto sin siquiera despedirme de Liza. Así que muy asustada, conduzco seis horas de regreso a mi pequeño pueblo pesquero, donde al menos me encontraré algo segura, lejos de él.Al llegar a mi casa, subo a mi hijo a nuestra habitación, mientras puedo notar que mi madre no se encuentra en casa. Mientras acuesto a Austin, le voy quitando la ropa, y al quitarle su chaqueta, algo cae al suelo, yo ignoro todo para tapar bien a mi hijo, que sufre siempre de gripes en esta temporada. Después preparó comida para salir de aquel trance tan duro. No quiero que Dante me quite a mi hijo, y menos quier
(35)Prepare mis maletas con rapidez, mientras estoy escuchando a mi madre gritar con todas sus fuerzas.–¿Qué es lo que pretendes hacer? ¿Crees que él te querrá aun así? ¿Aun cuando lo rechazaste?–En mi mente pasaban miles de inseguridades, supongo que ella tiene un poco de razón, pero no dejo de hacer mis maletas. Tomo a mi hijo y lo llevo al auto.–No te vayas, Jane.–Me ruega mientras agarra la puerta del auto con fuerza.–Él te rechazará y si ahora él te quiere, es porque tienen a su hijo, no lo confundas con amor.–Estaba a punto de hacerle caso a mi madre, tal vez ella tenga razón, he tenido estos problemas desde que lo conocí, él es una persona que no se puede amar al instante, pero al mirar a mi hijo, me doy cuenta que todos merecen una segunda oportunidad.–Lo lamento pero si no lo intento, quién sabe qué pasará mañana.–Subo a mi auto y sin dejar rastros, deje Staithes. Aún recuerdo los gritos de mi madre, recordándome que Dante nunca me amara, pero si no me ama a mí, amará a n
(36)A la mañana siguiente.*Despierto fielmente feliz, mis ojos están pasmados en una figura de espalda ancha, mientras paso mis manos por su piel tersa. Él besa mi cuello con pasión mientras puedo oler su piel.–Dímelo una vez más.–Le pido mientras me mofo de él, sé que no quiere ser malo conmigo, así que hace todo lo que le pido, mientras me hace creer que en verdad me va a amar toda la vida.–¿Tengo que hacerlo?–Me pregunta mientras alza una de sus gruesas cejas.–Sí.–Le respondo mientras me muevo entre las sábanas feliz.–Esta bien.–Pasa su mano por su cara, mientras aclara su voz.–Te amo, Jane.–Ahora lo dice con pesadez, mientras yo doy un grito, que invade toda la habitación. Su casa es tan grande y limpia, que supongo que su cama tan fina me hace sentir como una reina, pero no puedo evitar ver que yo le doy vida a su cuarto.–¡Dios, amo que lo digas!–Le dije pasando mis manos una vez más por su espalda.–Te amo, Dante.–Le afirmo mientras beso sus labios irritados. Supongo que b
(1)Mi primer día en Londres fue bastante friolento para poder olvidarlo. El clima era horrible, mientras que mis piernas temblaban como un par de fideos.Las cosas en Londres son tan diferentes a mi pueblo natal. Todos están de arriba a abajo y nadie se queda quieto, mientras qué hay tantas luces alrededor de la ciudad, que a veces soy cegada por ellas.Antes de este cambio en mi vida, yo vivía en un pueblo llamado Bunbury, un pueblo donde nunca pasa nada de nada. Así que tuve mucha suerte al poder ser enviada al friolento Londres.Mi llegada a esta ciudad que parece de ensueño, fue algo triste. No tuve a nadie que me recogiera desde la estación de autobuses, pero a pesar de estar sola, aun así, estoy feliz de estar en esta ciudad y poder trabajar en uno de los hospitales más importantes de Londres.Pero a pesar de tener buena suerte, me doy cuenta lo difícil que es tomar un taxi en esta ciudad, ya que fue una locura, tal vez porque todos trabajan y siempre están atareados. Pague 3,5
Parte 2.Escuche una voz masculina proveniente de la puerta. Me doy vuelta y veo a un hombre alto, de rasgos finos, pelo rizado y vestido completamente de azul.–Hola Liza.–Dijo el hombre guapo saludando a la pequeña niña, mientras yo miro el suelo algo apenada.–¡Harry!–La niña expresa amabilidad y dulzura con él joven hombre. Yo solo frunzo el ceño, viendo sus ojos alumbrados. ¿Por qué no me pudo recibir así?–¿Qué pasa aquí?–Pregunta al ver a Liza enfadada, pero sabía que yo era la que tenía que responder.–Nada.–No fue mi mejor respuesta, pero la niña me lleva la contraria.–Me pico y no le dio a la vena, me lastimo. –Dice luciendo indefensa, pero claramente ella podía defenderse con su boca, como lo hizo hace algunos segundos.–Lo siento.–Agache mi mirada mientras siento mucha pena de haberlo hecho. Después con lentitud, alzo mi mirada y puedo ver que el hombre me mira fijamente, con esos grandes ojos verdes que tiene.–Tú debes ser la interna, Jane Jefferson.–Yo lo miro con una s
PARTE 3Al entrar al quirófano, me pongo más nerviosa. Una enfermera me ayuda a desinfectarme, para luego darme una bata, tapabocas y unos guantes.Cuando la cirugía terminó, pude respirar con tranquilidad.–Listo.–Gritó el doctor al terminar. Tome un pañuelo y le limpie su frente. Al sentir su piel liza, los vellos de mi piel se me erizaron, mientras trago saliva de los nervios.Él me miró de reojo y mofó de mí, así que de inmediato, quite mis manos de su piel morena y sudada.–Gracias a todos, pueden irse.–Agradece para que todos se vayan del lugar, respirando tranquilamente porque fin haya acabó de la cirugía. Todos salen suspirando del cansancio. Después de todo, yo también suspiro y me dirijo a la puerta con todas las enfermeras, pero el doctor me detiene.–Jefferson, no le he dicho que se vaya.–Corro hacia él de inmediato, ya que luce molesto al llamarme.–Lo lamento, creí que lo decía en general.–¿Por qué estoy mirando al suelo otra vez? El hombre me hacía sudar la gota gorda,
(2)El doctor Mark me había besado. No puedo evitar estar realmente sorprendida por ello, ya que pensé que me odiaba. Sus labios se despegan lentamente de los míos, mientras sus manos salen de mi pantalón sin decir más. Después arregla su bata y sale del cubículo sin decirme nada. Él me deja sola, mientras que mi cabeza intenta procesar lo que acaba de pasar.–¿Por qué permitiste que te besara?–Me regaño a mí misma mientras golpeó mi cabeza con mi mano derecha. Antes de salir del cubículo, me arregle el uniforme para que nadie notará lo que acababa de pasar en el lugar.Y al salir del cubículo, me encontré con Ross, quién lucía bastante preocupada por mí, después de pasar bastante tiempo en el cubículo.–¿Que paso?–Me pregunta la rubia, mirando mi cara pálida.–Parece que viste a una fantasma.–Ella pasa sus manos delgadas por mi frente, tratando de ver si tengo calentura o algún otro síntoma que pueda ser relacionado con la medicina, pero yo solo estaba siendo presa de la excitación y
(3)No volví a saber más del doctor Mark por esa noche.Mi turno termino a las siete de la mañana, así qué muy cansada preparo mi bolso y salgo del hospital rumbo a la casa de Ross. Tome el metro y el autobús para llegar a los pequeños departamentos en donde vivía Ross, en un suburbio. Y al llegar al departamento 34 en Seven Sisters, toque la puerta más de una vez, ya que al primer toque nadie me abrió.Después de esperar algunos minutos, una pequeña niña abrió la puerta. La pequeña aún tenía su pijama de princesas puesta, mientras se miraba soñolienta.–¿Quien eres?–Me pregunta recargándose en la puerta.–¡Lily, déjala pasar!–Escucho la voz de Ross, quién aparece en el lugar para carga de ella, haciéndola a un lado.–Debes de estar cansada.–Me comenta mientras me deja pasar dentro de su departamento de paredes cafés.–Ese es el baño.–Me avisa señalándome a la derecha.–Allí hay toallas limpias, date una ducha y después duerme en la habitación que está al lado del baño.–Me dice apurada,