(32)–¡Ya basta!–Chille cansada de sus juegos, mientras que ahora es agradable pero sé que su amabilidad acabará cuando el sol salga.Lentamente besa mis labios desprevenidos, mientras yo cierro mis ojos sin dudar.–Solo dame esta oportunidad.–Me susurra con su aliento olor a champagne.–Dame una noche más.–Me pide mientras sus ojos cafés se llenan de lágrimas.Caigo rendida ante su mirada nostálgica, mientras los dos nos desnudamos por completo, para compartir una pequeña tina donde él masaje cada parte de mi cuerpo, mientras los escondites más rotundos de mi cuerpo son encontrados con gran facilidad por aquel hombre tan listo.–¿Por qué hacemos esto?–Le preguntó mientras juntaba su frente con la mía, mientras nuestros alientos se vuelven uno.–Porque quiero.–Me responde mientras sonríe y me besa, para que volviéramos a lo entretenido de nuestro juego.Me entregue por completo, mientras sé que 324 está disfrutando del amor de su padre, pero cuando el sol sale, me doy cuenta que esto h
(33)Varios años después.Me despierto por el sonido del timbre, así que me levanto sin zapatos y corro hacia la puerta que está sonando más de una vez. Al abrir la puerta, me encuentro al cartero, quién trae mis cartas de todos los lunes.–Hola, Jane.–Me saluda el viejo cartero, mientras trata de mantener su bicicleta en el camino.–Te llegaron tres cartas.–Me avisa con una sonrisa dibujada en sus labios viejos.–Gracias Tay.–Le contesté cerrando la puerta y abriendo mis cartas. Todas son sobre pagos, así que las dejo caer al suelo mientras miro el reloj, ya son las seis de la mañana, así que corro a mi habitación y me pongo ropa para el frío.Después hago el desayuno, y cuando dan las siete de la mañana, regreso a mi cuarto y despierto a mi querido hijo.–Hola, amor.–Le digo acostándome a un lado de su cabello negro y sus pestañas largas.–Austin...Austin.–Trato de despertarlo, mientras paso mis dedos por sus mejillas rozadas.–Es hora de ir a la escuela.–Susurre en sus pequeños oídos,
PARTE 2–Está bien.–Le comentó por primera vez aceptando a su papá.–Iremos mañana.–Le aviso mientras él se pone feliz. Supongo que es su mayor sueño.–Pero no le diremos a la abuela, ¿ok?–Él me besa y asiente con la cabeza, nunca lo había visto tan feliz como esa noche.Durante toda la noche, mi hijo durmió sin preocupación alguna, pero yo me siento como esa enfermera que se tambaleaba sin apoyo mientras mi corazón late y tengo muchos miedos, supongo que, para mí, ver a Dante es algo que siempre me causara temor y amor al mismo tiempo. No pegue ni un ojo esa noche, estaba tan emocionada y asustada, que podía ver luces dibujados en el techo.*A la mañana siguiente me despierto temprano como siempre, preparó las maletas y el auto para salir de viaje. Es la primera vez que salgo de Staithes, así que le digo a mi madre que llevaría a Austin a unas pequeñas vacaciones, para que olvide lo sucedido en la escuela. Ella coincide conmigo, mientras sabe que Austin es lo más importante para las d
(34)–¿Padre?–Liza trata de captar la atención de su padre.–¡Para con esto!– Nos pide mientras nos ve enojada. Supongo que no es la mejor escena después de un reencuentro de tantos años.Austin solo se retira del lugar echando humo por los oídos, mientras yo me quedo ahí pasmada por lo que me acaba de decir. ¿Será que él me quitará a mi hijo? Así que asustada, yo también huyo del lugar, metiéndome a mi auto sin siquiera despedirme de Liza. Así que muy asustada, conduzco seis horas de regreso a mi pequeño pueblo pesquero, donde al menos me encontraré algo segura, lejos de él.Al llegar a mi casa, subo a mi hijo a nuestra habitación, mientras puedo notar que mi madre no se encuentra en casa. Mientras acuesto a Austin, le voy quitando la ropa, y al quitarle su chaqueta, algo cae al suelo, yo ignoro todo para tapar bien a mi hijo, que sufre siempre de gripes en esta temporada. Después preparó comida para salir de aquel trance tan duro. No quiero que Dante me quite a mi hijo, y menos quier
(35)Prepare mis maletas con rapidez, mientras estoy escuchando a mi madre gritar con todas sus fuerzas.–¿Qué es lo que pretendes hacer? ¿Crees que él te querrá aun así? ¿Aun cuando lo rechazaste?–En mi mente pasaban miles de inseguridades, supongo que ella tiene un poco de razón, pero no dejo de hacer mis maletas. Tomo a mi hijo y lo llevo al auto.–No te vayas, Jane.–Me ruega mientras agarra la puerta del auto con fuerza.–Él te rechazará y si ahora él te quiere, es porque tienen a su hijo, no lo confundas con amor.–Estaba a punto de hacerle caso a mi madre, tal vez ella tenga razón, he tenido estos problemas desde que lo conocí, él es una persona que no se puede amar al instante, pero al mirar a mi hijo, me doy cuenta que todos merecen una segunda oportunidad.–Lo lamento pero si no lo intento, quién sabe qué pasará mañana.–Subo a mi auto y sin dejar rastros, deje Staithes. Aún recuerdo los gritos de mi madre, recordándome que Dante nunca me amara, pero si no me ama a mí, amará a n
(36)A la mañana siguiente.*Despierto fielmente feliz, mis ojos están pasmados en una figura de espalda ancha, mientras paso mis manos por su piel tersa. Él besa mi cuello con pasión mientras puedo oler su piel.–Dímelo una vez más.–Le pido mientras me mofo de él, sé que no quiere ser malo conmigo, así que hace todo lo que le pido, mientras me hace creer que en verdad me va a amar toda la vida.–¿Tengo que hacerlo?–Me pregunta mientras alza una de sus gruesas cejas.–Sí.–Le respondo mientras me muevo entre las sábanas feliz.–Esta bien.–Pasa su mano por su cara, mientras aclara su voz.–Te amo, Jane.–Ahora lo dice con pesadez, mientras yo doy un grito, que invade toda la habitación. Su casa es tan grande y limpia, que supongo que su cama tan fina me hace sentir como una reina, pero no puedo evitar ver que yo le doy vida a su cuarto.–¡Dios, amo que lo digas!–Le dije pasando mis manos una vez más por su espalda.–Te amo, Dante.–Le afirmo mientras beso sus labios irritados. Supongo que b
(1)Mi primer día en Londres fue bastante friolento para poder olvidarlo. El clima era horrible, mientras que mis piernas temblaban como un par de fideos.Las cosas en Londres son tan diferentes a mi pueblo natal. Todos están de arriba a abajo y nadie se queda quieto, mientras qué hay tantas luces alrededor de la ciudad, que a veces soy cegada por ellas.Antes de este cambio en mi vida, yo vivía en un pueblo llamado Bunbury, un pueblo donde nunca pasa nada de nada. Así que tuve mucha suerte al poder ser enviada al friolento Londres.Mi llegada a esta ciudad que parece de ensueño, fue algo triste. No tuve a nadie que me recogiera desde la estación de autobuses, pero a pesar de estar sola, aun así, estoy feliz de estar en esta ciudad y poder trabajar en uno de los hospitales más importantes de Londres.Pero a pesar de tener buena suerte, me doy cuenta lo difícil que es tomar un taxi en esta ciudad, ya que fue una locura, tal vez porque todos trabajan y siempre están atareados. Pague 3,5
Parte 2.Escuche una voz masculina proveniente de la puerta. Me doy vuelta y veo a un hombre alto, de rasgos finos, pelo rizado y vestido completamente de azul.–Hola Liza.–Dijo el hombre guapo saludando a la pequeña niña, mientras yo miro el suelo algo apenada.–¡Harry!–La niña expresa amabilidad y dulzura con él joven hombre. Yo solo frunzo el ceño, viendo sus ojos alumbrados. ¿Por qué no me pudo recibir así?–¿Qué pasa aquí?–Pregunta al ver a Liza enfadada, pero sabía que yo era la que tenía que responder.–Nada.–No fue mi mejor respuesta, pero la niña me lleva la contraria.–Me pico y no le dio a la vena, me lastimo. –Dice luciendo indefensa, pero claramente ella podía defenderse con su boca, como lo hizo hace algunos segundos.–Lo siento.–Agache mi mirada mientras siento mucha pena de haberlo hecho. Después con lentitud, alzo mi mirada y puedo ver que el hombre me mira fijamente, con esos grandes ojos verdes que tiene.–Tú debes ser la interna, Jane Jefferson.–Yo lo miro con una s