Como ya les he comentado esta novela forma parte de una serie llamada "El club de las felizmente divorciadas" y aunque son historias independientes, todas se conectan. Espero que estén captando las pistas que les dejo sobre quienes serán las protagonistas de las próximas novelas y como serán sus historias. Ya todo está escrito, pero aún no es momento de compartirlo aquí jejeje <3
La fiesta de la boda de Alicia continuó de manera normal. Cuando finalmente se calmó, ella e Isabel regresaron al salón y continuaron con la celebración como si nada hubiese pasado. Su amiga la había ayudado a colocarse algo de maquillaje para lucir bien en las fotos que pronto le tomarían junto a Anderson y a Jonas. Ella sonrió lo mejor que pudo en todo momento y aunque la mayoría de las veces era una sonrisa sincera, por momentos recordaba lo sucedido con Mark y tenía que esforzarse por mantener su alegría. Lo único que agradecía era que Anderson no se había enterado de nada. Continuaba ignorante de todo lo que había ocurrido mientras reía y disfrutaba de la celebración. Algunas horas después, los invitados se habían ido y Anderson, Alicia y Jonas quedaron solos en esa enorme mansión. Jonas dormía plácidamente, era claro que estaba tan cansado como ellos, pues aunque había reído y disfrutado jugando con todas sus tías, aquel evento era mucho para su corta edad, por lo qu
Anderson observaba atentamente a Alicia quien permanecía en silencio. No sabía qué decir y los labios le temblaban. No dejaba de pensar en que por fin la vida le estaba regalando algo bueno y ella lo había arruinado con sus caprichos. Anderson suspiró. –Está bien –dijo asintiendo como si aceptara aquello que estaba pensando. Alicia lo miro confundida–. No debería estar molesto –explicó haciendo una pequeña pausa mientras pensaba en sus palabras–, también tengo algo de culpa. –¿A qué te refieres? –Yo lo vi llegar –confesó–. Yo sabía que estaba ahí por ti, pero no dije nada, simplemente lo dejé estar ahí –soltó una pequeña risa como si aquella ironía le causara mucha gracia. –¿Por qué hiciste eso? –él suspiró. –Todos en algún momento tenemos que enfrentar nuestro pasado, pensé… –hizo un pequeño silencio–, pensé que quizás aquel encuentro era necesario para que pudieses enfrentar todo aquello que te atormenta, para que pudieses finalmente dejarlo atrás. No imaginé que terminarías llo
La pierna de Mark Vitolli se movía agitadamente, la ansiedad lo estaba matando. Llevaba más de una hora esperando por la mujer que le habían prometido, sería su salvadora. Toda la junta directiva se encontraba estresada por la situación de la empresa, pues no les quedaban muchas opciones.– ¿A qué hora piensa llegar esta mujer? ¡Es una irresponsable! –exclamó con furia.– No te quejes tanto, es tu culpa que estemos en esta situación –le aclaró su socia– ahora nos toca aguantar lo que sea que esta mujer quiera hacer o perderemos la compañía –replicó con furia.– Yo no sabía que el desfile sería un fracaso.– No tenías por qué hacer una inversión tan grande. Sabías muy bien que era un riesgo que estábamos corriendo y aun así, decidiste meter más dinero en juego.– Se debe invertir en grande para ganar en grande.– Estamos con la soga al cuello Mark. Dale gracias a dios que esta mujer aceptó ayudarnos y más te vale que no la riegues otra vez, porque no tenemos más opciones.
Alicia estaba nerviosa. Se encontraba en la sala de espera de su médico. Él la había llamado unas horas antes pidiéndole que fuera a su consultorio porque tenían que hablar. Ella no sabía que le diría exactamente, pero temía lo peor. Desde hacía varias semanas se había estado sintiendo mal y su médico de confianza le había mandado a realizar varios exámenes. Ahora se encontraba esperando para hablar con él sobre los resultados, pero por el tono que había usado durante su llamada, Alicia intuía que las cosas no estaban bien.– No son buenas noticias –había comentado el hombre en cuanto comenzó su reunión. Ella ya lo sabía, pero no podía evitar sentirse destrozada. Observó las hojas que su médico le entregaba con los resultados de sus exámenes, mientras este intentaba explicarle lo que ocurría.– No es un escenario alentador –confesó el doctor– pero aún hay cosas que podemos intentar. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos mientras escuchaba aqu
Aquel día el médico había comenzado su charla dándole la noticia de su leucemia y lo mucho que le preocupaba, pues parecía avanzar muy rápido. Por varios minutos, Alicia se sentó a escuchar sobre un panorama terrible y casi imposible de superar, pero ella estaba decidida a seguir adelante. Aunque las probabilidades estuviesen en su contra, no se iba a dejar vencer, confiaba en que Mark la apoyaría y que incluso si las cosas terminaban mal, él estaría con ella hasta el final.– Hay una situación que complica todo –le aseguró el médico. Alicia lo miró confundida.– ¿Qué sucede? –el doctor suspiró intentando agarrar fuerzas para darle aquella noticia. Había tratado a Alicia por años y conocía bien su historial, sabía que lo que le diría le afectaría más que todo lo demás que ya le había dicho.– Estás embarazada –soltó finalmente. La respiración de Alicia se cortó en ese momento. No podía creerlo. Durante los 5 años que llevaba casada, había intentado de todo para
– Estuve hablando con tu médico –le había dicho Camila al entrar. Alicia se sorprendió. Ella le explicó que había ido a verlo porque estaba muy preocupada y quería encontrar una manera de ayudarla. Lucas le había hablado sobre la enfermedad de Alicia y ambos habían discutido las distintas opciones. Camila apoyaba a su amiga con el tema del embarazo, ella también creía que debía tener a su bebé, lo entendía, pero sentía que debía haber algo más para hacer con respecto a su enfermedad, incluso cuando no pudiese tratarse con las medicinas convencionales, debería haber algo que la ayudara al menos a llegar hasta el final de su embarazo.– Él me habló de un tratamiento experimental –explicó Camila.– ¿Experimental? –aquella palabra la asustaba un poco.– Sí –Camila le entregó un folleto. Alicia lo tomó y lo observó con cuidado– En una de las clínicas donde él trabaja, tienen algunos grupos con tratamientos que están probando y ya que tú has decidido no recibir el convencional,
Alicia no sabía cómo reaccionar ante aquellas palabras. Sin lugar a dudas, la había sorprendido. Ella volteó hacia su amiga que también estaba conmocionada, pero al mismo tiempo, le sonreía con alegría. Se giró para ver a Lucas como pidiendo auxilio por no saber qué hacer, este lucía bastante incómodo con la situación, pero se animó a hablar.– Señor Greenswood, Alicia está casada –le explicó, pero Alicia lo interrumpió de inmediato.– No –dijo de forma tímida negando con la cabeza, luego suspiró– ya no. No más –susurró tragando duro sin saber qué más decir.– ¿Qué ocurrió? –preguntó Lucas alarmado. Alicia no sabía cómo explicar todo aquello, en especial porque tenía en frente a ese hombre que acababa de conocer y no dejaba de observarla. Había pasado de estar sonrojada y tímida a sentirse terriblemente incómoda. Su sonrisa había desaparecido por completo y la tristeza se comenzaba a hacer presente. Camila al verla, no dudó en salir a su rescate.– Mark y ella
El amorío de Mark había comenzado 6 meses antes de que Alicia descubriera todo. Sin embargo, esa no había sido la primera vez que él la engañaba. La verdad es que nunca había sido del todo fiel. Cuando eran novios, él usaba la excusa de que necesitaba desahogarse porque ellos no tenían relaciones. Ella era virgen y quería permanecer así hasta su matrimonio, por lo que él “liberaba su tensión” con otras mujeres asegurando a sus amigos que todo cambiaría luego de casarse, pero para sorpresa de nadie, eso no pasó. Mark continuó engañando a Alicia y todos lo sabían menos ella o mejor dicho, ella era la única que no aceptaba la verdad. Había escuchado los rumores e incluso la misma Isabel le había comentado en varias ocasiones sobre sus sospechas, pero Alicia se negaba una y otra vez a abrir los ojos, así que con el tiempo, las personas a su alrededor habían dejado de intentar que ella descubriera la verdad.– Hay personas que simplemente, sienten que son más felices dentro de