Shen se dedicó a escuchar cada error que su tío Wang cometió, como su madre fue fundamental para que el honor de la familia Zhao se mantuviera, y se tragó una maldición cuando Loan le explico como Aika, mediante engaños, convenció a los más ancianos del clan para que la ayudaran.— Cuando Aika amenazo con incriminar a Wang frente al clan, y decir que la había obligado a estar con él, solo me quedo ceder a sus chantajes, el plan era fácil, o al menos así lo veía yo. — Shen observo como la mirada de su madre se agudizo, y pudo distinguir resentimiento y dolor, su padre le había fallado a su madre y ahora tenía miedo de saber cómo. — Creí que ganaría tiempo para demostrar la inocencia de Wang. — la aclaración de Loan era más para Jade que para el mismo Shen, y el rubio tomo nota de aquello, jamás hacer enfadar a la mujer que amara, si es que ese di allegaba. — Por lo que accedía tomarla como concubina. — Shen agradeció haberse negado a beber una segunda taza de té, porque estaba seguro d
Sus manos sujetaban la delgada cadera, mientras su cuerpo se balanceaba y su lengua dibujaba círculos en esas pequeñas y rosadas tetillas, mientras sus oídos disfrutaban de los dulces gemidos, lo que provocó que su liberación alcanzara casi la cúspide.— Renzo. — la voz de Huang llego de algún lado, mezclándose con el mejor sueño que estaba teniendo, y casi gimió al poder al fin liberarse. — Renzo. — sus ojos se abrieron, dándole paso al blanco techo y el sentir húmedo en su pelvis.— No puede ser. — murmuro sintiendo la humedad, que le dejaba en claro que, con solo ese sueño con Huang, se había venido en su bóxer.— Renzo.— ¡Ya te escuché, Huang! — grito furioso de que todo aquello fuese solo un sueño, lo queria de nuevo bajo suyo, gimiendo sin sentido, mientras él devoraba su delgado y hermoso cuerpo.— Tal parece que te levantas de mal humor luego de una noche de diversión. — rebatió Huang, ¿cuál diversión? Pensó Renzo.— ¿Puede solo largarte así me aseo? — era ridículo no querer
— Cuida lo que dices de mis mujeres Mei, podrás ser la cabeza del tigre, pero no les faltaras el respeto. — el poco humor que cargaba Shen esa mañana y la falta de sueño, además de las grandes revelaciones de la noche anterior, lo hicieron hablar con honestidad, aun sin darse cuenta, quedo expuesto con lo referente a como veía a esas jóvenes americanas.— Tu… — el asombro cubrió la voz de Huang al descubrir que Shen tenía sentimientos por las jóvenes Bach, pero antes de decir algo más, la voz de Walter los hizo girar.— Buen día, disculpen la demora, pero tuve que convencer a una empleada que puedo vestirme solo. — comento con una sonrisa nerviosa Walter.— ¿Dejaste que otra mujer te tocara? — Mei jamás había sabido lo que eran los celos o, el deseo de asesinar a una mujer, por el solo hecho de tocar algo que ella había marcado como suyo, mejor aún, ni siquiera sabía que había reclamado a Walter como propio.— No. — dijo de inmediato Walter, sin tomar en cuenta la cara de asombro de l
Dalia acepto el pedido de Jade, aun así, mientras desayunaba, su mente le gritaba que estaba pasando por alto algo, aunque por más que pensara no comprendía que era.— Algo me decía que escogerías un Hanfu para vestir esta mañana, aunque debo reconocer que me asombra que escogieras el amarillo, desde que has llegado solo te he visto vestir colores sobrios y en gamas oscuras. — Hanfu, así se llamaba el conjunto de camisa y falda amplia y larga que Dalia había escogido esa mañana. — ¿O es que Lizbeth te influencio para que cambiaras tu paleta de colores? — para cualquier persona, la pregunta de Jade pasaría por mera curiosidad, sin embargo, la familia Zhao comprendió que su madre no preguntaba cosas al azar, además de la importancia que cada color tenía en ese país.— Bueno, como usted lo ha dicho señora Zhao, siempre visto de la misma forma, creo que hoy decidí ser… un poco más yo. — la noche anterior había movido el interior de Dalia al completo, las sensaciones que le ocasionaron las
Shen salto sobre la mesa, olvidándose de los modales y de que los jóvenes occidentales estaban bajo el cuidado de sus padres, poco le interesaba todo aquello porque Walter se había atrevido a tratar de intimar con Mei, su daga reclamaba la sangre de aquel hombre, que había querido contaminar a su hermana, pero antes que llegara a su objetivo, el cual no se movió ni un milímetro de su lugar, por más que Mei trato de jalarlo, Loan desenvaino su Dao, deteniendo el avance de su hijo y lanzando a Shen a un lado del comedor.— Tu actuar es inaceptable. — advirtió con voz firme el mayor y Shen bajo su cabeza, mientras se ponía de pie.— Pero padre…— Le has faltad el respeto al hogar del tigre, a la palabra de tus mayores, has desafiado una orden mía, olvidando que, si bien Mei ya fue nombrada, aun no asume su lugar en el clan. — con cada palabra que Loan decía, la cabeza de Shen bajaba aún más.— El único que al parecer a olvidado algo es mi padre, al ordenar que Mei se case con ese bastard
Casi era medio día, cuando Walter salió de la casa grande, más precisamente de la oficina de Loan, donde había sido llevado por el oriental, para explicarle cuales eran las tradiciones a la hora del matrimonio en su cultura, mientras su hermana y primos esperaban por él, muy cerca del límite del bosque.— Liz, allí va Walter, ve por él. — ordeno Dalia mordiendo sus uñas, un mal habito que había erradicado hacia años, pero al parecer estaba regresando ante la ansiedad de la joven.— Claro que iré por él. — Lizbeth estaba furiosa, ¿le caía mal Mei? No, pero tampoco le caía muy bien que digamos.— Esto está mal, Walter se debe de sentir amenazado o algo para aceptar tal cosa. — comenzó a balbucear Renzo, desde que el desayuno había acabado el de ojos azules se había mantenido en silencio, sin saber que decir o pensar.—No es Walter quien me preocupa. — finalizo sus suposiciones Dalia y Renzo la vio con intriga. — ¿Qué hay entre Huang y tú? — disparo la pregunta, sin rodeo alguno y Renzo
La mente de Shen era un caos total, lejos de meditar sobre lo que su padre le había aconsejado, su cabeza solo podía pensar en lo sexy que se veía Lizbeth, su pequeña cintura y su delicado rostro destellaban en su mente con cada parpadeo que daba, no negaría que desde que la vio sintió algo, una sensación de poder quizás, era como si alguna fibra en él, le hiciera saber que con esa rubia el podria hacer lo que quisiera, pues se adaptaría a lo que él deseara, mientras que al abrir los ojos solo podía ver a Dalia, no porque la tuviera en frente, más era como si la regordeta fuera el mismo sol, presente en cada lugar, algo digno de observar y adorar, algo que jamás podria someter a lo que él quisiera, más bien seria al revés, ante sus ojos Dalia era peligro, alguien que no caería bajo sus órdenes, Dalia era más de ordenar y el resto de obedecer. Y mientras los minutos se convertían en horas, Shen descubrió que sentía algo muy fuerte por dos mujeres de las cuales no debería sentir nada má
Dalia:Mientras preparaba un par de aperitivos para llevarle a Shen y sus hermanos, las palabras de Loan taladran mi mente, me parece irónico que sus hijos puedan creer ciegamente en el destino, pero, que pongan en tela de juicio las maldiciones.Me resulta sumamente irónico que lo que más nos ligue a esta cultura sea una maldición, pues los Bach hemos transitado varias maldiciones a lo largo de las décadas, desde que nacieran solo hombres en la familia, maldición que rompió Kimberly al nacer, hasta la de tener hijos únicos, y esa maldición la rompimos Renzo y yo, y no es solo algo que se diga a la ligera, la evidencia esta allí, entonces ahora realmente temo por Walter, y no solo por la maldición, pues gracias al calor sofocante a esta hora, pude recoger el sudor de Huang y Mei, ahora estoy lista para regresar, tengo muestras de los tres Zhao para entregar a Lucero, pero aun así… esta misión que en un principio fue lo más importante que se me solicito, ahora carece de todo interés, p