Dalia:Mientras preparaba un par de aperitivos para llevarle a Shen y sus hermanos, las palabras de Loan taladran mi mente, me parece irónico que sus hijos puedan creer ciegamente en el destino, pero, que pongan en tela de juicio las maldiciones.Me resulta sumamente irónico que lo que más nos ligue a esta cultura sea una maldición, pues los Bach hemos transitado varias maldiciones a lo largo de las décadas, desde que nacieran solo hombres en la familia, maldición que rompió Kimberly al nacer, hasta la de tener hijos únicos, y esa maldición la rompimos Renzo y yo, y no es solo algo que se diga a la ligera, la evidencia esta allí, entonces ahora realmente temo por Walter, y no solo por la maldición, pues gracias al calor sofocante a esta hora, pude recoger el sudor de Huang y Mei, ahora estoy lista para regresar, tengo muestras de los tres Zhao para entregar a Lucero, pero aun así… esta misión que en un principio fue lo más importante que se me solicito, ahora carece de todo interés, p
La sala del hogar de Shen se mantenía en silencio, solo con las palabras de Dalia haciendo eco por el lugar o mejor dicho en la mente de cada uno de los que allí estaban, hasta que al fin Lizbeth hablo.— No tenías derecho a ocultarnos todo esto. — la rubia vio a su hermano, sin terminar de comprender porque nunca les dijo nada.— No fue fácil guardar su secreto, pero yo no rompería su confianza, además… Dalia tenía miedo de lo que ustedes pudieran hacer y yo también, Dalia no es la única que está cansada de cuidar y solucionar problemas ajenos.— Bien, al menos tu ya no deberás preocuparte por nosotros. — Renzo giro sobre sus tobillos, lejos de ir a ver a su hermana comenzó a caminar hacia la salida.— ¿Qué piensan hacer? — indago Walter al notar que su hermana se dirigía a su habitación.— El viaje termino. — aseguro Renzo con amargura, porque aún queria seguir viendo a Huang, al menos con eso se conformaba, y sabía que una vez que regresara a su país, ya no volvería a las tierras d
Dalia estaba recostada en la habitación que el avión privado de la familia Bach poseía, ya no se creía capaz de seguir fingiendo que no le molestaba o así sea le aturdía todo lo que había sucedido en las últimas 24 horas, lo que había pasado en la villa de la familia Zhao, su vida había cambiado al completo en solo semanas, era irreal todo lo que había sucedido, no era solo el descubrir que odiaba su apellido materno, odiaba ser políticamente correcta, pues esa era la función de un Bach, o mejor dicho de las mujeres Bach, más si se deseaba aspirar a obtener el título de cabeza de la familia, debías poseer un legajo limpio, sin relación con la política o fuerza de seguridad, mucho menos con la mafia, debías aceptar y ejecutar todo a la perfección, pero ese ya no era el caso para Dalia; no solo por descubrir que ya no deseaba ser políticamente correcta, ya no queria aspirar a ser cabeza de la familia y no porque creyera que no estaba capacitada, solo era el comprender que estaba cansad
El corazón de Dalia se oprimió, un pequeño dolor se instaló en su pecho, era soportable, pero molesto, como quien tiene una espina en la mano y esta pincha con cada movimiento, Dalia sentía que tenía una espina en medio de su corazón y con cada palabra de Lizbeth, esa se enterraba aún más.— Fue algo mágico, en verdad. — aseguraba la rubia, mientras sus ojos brillaban. — Luego de ayudar a Renzo a organizar sus cosas, fui a dar un paseo, estaba… molesta por ser una cobarde. — reconoció a la vez que su sonrisa se borraba. — No queria dejarte sola luego del secuestro, pero no podía verte a los ojos, sé que te falle, sé que todo lo que pasaste fue por mi culpa y…— Eso ya no importa Liz. — murmuro sacando fuerzas de donde no las tenía. — Solo dime… ¿Cómo fue? — no conocía a Shen más que lo que vio esos días, era consiente que no podía confiar en él, pero si conocía a su amiga, más de lo que conocía a su hermano, necesitaba saber que tan especial fue para Lizbeth, todo aquello.— Mágico, e
Renzo lavo su cara antes de ingresar en la habitación del avión, debía avisarles a las jóvenes que estaban a punto de descender y debían regresar a sus asientos, y aunque trato de que no se notara que había estado llorando, no lo consiguió, sus ojos estaban hinchados, su brillo se había extinguido, más parecía un muerto viviente, que uno de los solteros más codiciados del país; pero sus inquietudes aumentaron cuando al ingresar descubrió a las jóvenes en un mar de lágrimas.— ¿Qué es sucede? — indago sorprendido y llegando al borde de la cama.— Nada, solo que extrañaremos a Walter. — Lizbeth creía que, si le contaba la verdad a Renzo, este solo se reiría de ellas, miles de veces les había asegurado que el amor no existía, al menos no para personas como ellas, que al tener tanto dinero los sentimientos dejaban de ser verdaderos.— No es eso. — contradijo Dalia, viendo por un fugaz momento a Lizbeth, para luego clavar sus ojos en Renzo, lo había dicho en las tierras del tigre blanco, e
El gran trasero de Linda revoto en el sofá, las lágrimas de Rene desaparecieron de la misma impresión, mientras Renzo y Dalia estaban pálidos.— ¿Cuantos secretos cargas? — murmuro Dalia, saliendo del aturdimiento. — ¿Cómo haces para engañar a todo el mundo? ¿cómo puedes dormir por las noches? — las manos de la joven estaban hechas puño, mientras la quijada de Renzo estaba tensa, sin embargo, Lucero solo le dedico una sonrisa irónica.— Guardo más secretos de los que me gustaría, el ocultar información no es engañar, es proteger y respetar lo que se me confía solo a mí, soy la que los guía ¿verdad? — los ojos aguamarina de Lucero chocaban con los azules de Dalia, en un reclamo silencioso, que ya no sería tal. — Has deseado mi lugar desde hace tiempo. — Williams y Linda voltearon a ver a su hija, estaban sorprendidos. — Crees que el llevar esta carga es un privilegio. — se lo estaba dejando en claro de una vez por todas, el poder lo es todo ¡qué gran mentira! Lucero deseaba gritárselo
Eros no perdió tiempo en reclamarle a su esposa el ocultarle el pedido de su madre, la comprendía, había estado al lado de Lucero desde antes de los 20, cuando apenas estaban dejando de ser adolescentes, además que le debía demasiado a su esposa como para hacerle reclamo alguno, tampoco acudió a su madre a hacer pregunta alguna, no tenía sentido, Candy siempre hacia lo mejor para la familia, una que estaba compuesta de asesinos y empresarios, hijos adoptivos y nietos que no compartían sangre, entonces no haría nada, hasta tener los resultados, fue lo único que le solicito a Lucero, ser él, el portador de los resultados de ADN, y Lucero se lo concedió sabía que su suegra no se enojaría, y aunque estaba en el derecho de quitar a Dalia del registró familiar, no lo haría, pues la castaña había visto el desamor en los ojos de la joven, y al comparar la mirada de Renzo y Lizbeth, Lucero apostaría el lugar de jefe de familia que esos jóvenes tenían el corazón roto, no, no les quitaría nada m
Las palabras de su madre se repetían sin descanso en su mente, mientras su estómago daba vueltas, estaba tan contento cuando se le pidió ir a nueva York, y todo por la tonta ilusión de ver a Renzo, algo que ahora le provocaba pánico y por novena vez en lo que iba del viaje en avión, Huang fue al baño y vomito lo poco que le quedaba en el estómago, que solo era el agua que había bebido por pedido de Shen.— ¿Me dirás que demonios te sucede? O juro que are aterrizar esta maldita avión, y te arrastrare a un hospital, de ser necesario. — lo increpo Shen a penas el pelilargo salió del baño y Huang se obligó a ver a cualquier lado, menos al rostro preocupado de su hermano, ¿Qué le podía decir? Una cosa es que supiera que era gay y otra muy diferente es que le confesara que había follado con su primo, y cuando lo pensó, las arcadas comenzaron una vez más, se sentía enfermo. — Suficiente, les diré a los pilotos que pidan permiso para aterrizar en el aeropuerto más cercano.— No lo hagas, no t