Era imposible saber exactamente quién estaba detrás del mensaje que recibieron, ya que les llegó a través de un número fantasma. Además, el texto no tenía demasiadas palabras. Tan sólo había escritas unas coordenadas, no muy alejadas, en las afueras de la ciudad, y un ultimátum que era breve y específico:"INTERCAMBIO. DOSCIENTOS MIL EUROS. SEÑORA KASPAROV. SOLA. O REHÉN MUERE. EN UNA HORA".Kiana estaba angustiada y sabía de qué era capaz su amiga por ayudarla.-De ninguna manera, Agnes. No puedes ir allí sola, aunque se trate de mi propio hermano. Es obvio que es otra trampa para capturarte, o peor aún, asesinarte de inmediato. No te pediría jamás algo así…Agnes suspiró. Le costaba tomar una decisión rápida. Si sólo se tratara de sí misma, probablemente iría sin pensarlo mucho. Pero esperaba un hijo de Mikhail, y eso la frenaba. -Ya lo sé, Kiana… Pero tengo que pensar en algo y el tiempo corre…Unos segundos después, alguien tocó el timbre de la casa. La señora Kasparov ordenó a
Demian caminaba, yendo y viniendo nervioso, en la sala de su enorme y solitaria residencia. Estaba sin duda en una disyuntiva compleja, incapaz de tomar una decisión. Por un lado, si ayudaba a Miguel Murano, se expondría directamente frente a Yuri, revelando que había estado negociando con el traficante a sus espaldas y boicoteando a Mikhail a pesar de las repetidas advertencias. Sería un enfrentamiento abierto y no tendría dónde esconderse.Pero si no lo ayudaba, su aliado finalmente caería bajo la fuerza de Kasparov y entonces él perdería el escaso apoyo externo a Zorro Blanco que pudiera recibir, y quedaría con pocas opciones disponibles, por no decir ninguna.Se inclinaba a ir hasta la casa de Murano, motivado por el odio, arremeter contra las fuerzas de su oponente y darle luego el tiro de gracia a su entrometida esposa, pero lo frenaba una fuerza muy poderosa y que lo avergonzaba: era un cobarde.No deseaba luchar cara a cara con su adversario, porque le tenía un miedo atroz q
La volátil balanza de poder, se inclinaba ahora hacia el lado de Mikhail Kasparov. A tal punto, que muchos miembros nuevos de Zorro Blanco deseaban trabajar para él y era quien mejor se posicionaba para el rol de futuro líder de la organización.Sin embargo, Yuri no parecía del todo feliz con esa idea, a pesar de que hace sólo poco más de un año le habría parecido perfecto para el puesto, pues para eso lo había estado formando. Pero ahora, era evidente que el viejo padrino carecía de influencia sobre el joven, y que incluso su esposa tenía más autoridad.Y esa nueva dinámica no le convenía.Yuri deseaba delegar, pero seguir teniendo cierto dominio sobre Mikhail. Demian, por su parte, se mantuvo los siguientes días con un perfil bajo. Esta batalla la había perdido de un modo brutal, pero, si algo había aprendido en la mafia era que este mundo clandestino carecía de estabilidad. El hecho de que Mikhail hubiera salido victorioso, no significaba para él más que una cosa: cuando su riv
Mikhail Kasparov, seguido de cerca por su hermano y otros dos guardaespaldas, entró a la fiesta con su porte magnífico y un traje impecable, a medida de sus músculos, y de un gris azulado que combinaba a la perfección con sus ojos de acero que miraban todo con frialdad.Inevitablemente, muchas miradas se posaron en él. Su altura, su atractivo un poco salvaje y su fama, eran un imán. Los dueños de la casa, el señor y la señora Amir, lo recibieron con cordialidad. Les interesaba mucho hacer negocios con ese hombre, que cada vez ganaba más renombre en el mundo de la mafia y del tráfico de mercancías. Podría ser su mejor comprador, y ellos recién estaban comenzando en ese ámbito de trabajo.En la fiesta había varios empresarios locales, y unos pocos de otros países. Pero el premio gordo de la noche, era conseguir a Mikhail Kasparov.Allí, conversando en el enorme salón había mucha gente, hombres mayores con sus jóvenes acompañantes, y gran cantidad de mujeres hermosas vestidas lujosament
La mujer, con una sonrisa amplia, se puso de pie mirando de arriba a abajo a Agnes Kasparov. Llevaba una ropa juvenil, ceñida al cuerpo, y que dejaba poco a la imaginación, y un maquillaje más discreto que el de la noche anterior, pero que resaltaba sus rasgos exóticos.Tendió una mano con laxitud, y la saludó con falsa cortesía:-Buenos días, soy Milena Cortés, hija adoptiva de Marcos y Rita. Viajo bastante, supongo que por eso no tuvimos ocasión de conocernos antes… querida hermanastra…Agnes apretó los puños. No le molestaban las palabras de Milena, si no la manera despectiva en que las decía.Como si no hubiera tenido ya suficientes problemas con su pequeña hermana y su madre, llegaba esta joven a la casa.Intentó sonreír con diplomacia mientras observaba de reojo a su desconcertado esposo, que iba recuperando el aplomo, y tomó la mano tendida, apretando con firmeza:-Mucho gusto, Milena. No sabía que Marcos era tu padre…La joven retiró la mano como si Agnes quemara y corrió a a
-Una campaña política es mucho más costosa de lo que creía… y realmente agotadora, con todos esos chupasangre rodeándote, y las reuniones, y las fotos, entrevistas… Creí que tendría los recursos necesarios, pero esos idiotas cada vez necesitan más dinero… sobre todo para ocultar mis verdaderos negocios de la prensa…Yuri se presionaba la sien con los dedos, con evidente fastidio. Era eso lo que quería, pero no había calculado bien los gastos, aunque sabía lo que tenía que hacer para que dejara de ser una preocupación. El dolor de cabeza hace días que no lo abandonaba, porque se estresaba buscando otra opción.Pero ya había hablado con otros miembros de Zorro Blanco y la decisión estaba tomada.Sus asesores se miraban sin saber qué decir. -Bien, eso sólo significa una cosa… Tendré que expandir los negocios para obtener más ganancias… Es hora de cambiar la estrategia.Una sonrisa satisfecha se dibujó en su rostro.Aunque eso significaba que Mikhail Kasparov quedaba descartado como su
Llegaron a la mansión Kasparov y Mikhail fue a su habitación a prepararse para salir de prisa, a pesar de la resistencia de Agnes durante todo el trayecto desde el aeropuerto.Su hermano estaba preocupado, y todos se mostraban nerviosos con la idea del joven jefe.Incluso Sara estaba inusualmente pálida, y desapareció de la vista de todos, demasiado preocupados para prestarle atención.Nadie estaba tranquilo.Yuri esperaba la inminente visita de su ahijado. Sabía que no aprobaría el curso de acción que quería tomar con Zorro Blanco, pero no estaba seguro de qué decisión tomaría el joven: ¿se quedaría al margen de los negocios a pesar de su disgusto o lo enfrentaría directamente para evitarlo?Por eso, mientras aguardaba, había solicitado la visita de Demian, que estaba allí frente a él, en silencio, esperando que el jefe tomara la iniciativa.No se atrevía a comenzar la conversación. Por fin, el líder suspiró y comenzó a hablar:-Entonces… Parece que tu último movimiento salió bastan
Al día siguiente, sólo unos pocos de los hombres de bajo rango de Mikhail Kasparov habían desertado. El resto, seguiría fielmente a su esposa.Mantuvieron en pie todos sus negocios, gracias a la pericia de Agnes.Sara estaba desolada. Había creído que sin su cuñado, ambas podrían rehacer su vida lejos de todo eso. Pero había cometido un gran error. La joven estaba demasiado sumergida en ese mundo como para salir sin más. Y la pérdida de Mikhail era un golpe en extremo fuerte, como para simplemente darle la espalda a ese dolor.Peor aún, esta guerra que su hermana iniciaba, y que los arrastraría a todos con consecuencias inimaginables, no era esta vez por culpa de Yuri, o Demian, u Oso Negro. La niña se miraba las manos, abrumada.Ni ella misma podía creerlo… ¿Cuánto daño le habían hecho para hacer ese tipo de locuras? ¿Qué tan trastornada había quedado?Un temblor le recorrió el cuerpo y sintió unas insoportables ganas de vomitar.Le haría caso, por una vez, a su hermana mayor, lo