Mikhail Kasparov, seguido de cerca por su hermano y otros dos guardaespaldas, entró a la fiesta con su porte magnífico y un traje impecable, a medida de sus músculos, y de un gris azulado que combinaba a la perfección con sus ojos de acero que miraban todo con frialdad.Inevitablemente, muchas miradas se posaron en él. Su altura, su atractivo un poco salvaje y su fama, eran un imán. Los dueños de la casa, el señor y la señora Amir, lo recibieron con cordialidad. Les interesaba mucho hacer negocios con ese hombre, que cada vez ganaba más renombre en el mundo de la mafia y del tráfico de mercancías. Podría ser su mejor comprador, y ellos recién estaban comenzando en ese ámbito de trabajo.En la fiesta había varios empresarios locales, y unos pocos de otros países. Pero el premio gordo de la noche, era conseguir a Mikhail Kasparov.Allí, conversando en el enorme salón había mucha gente, hombres mayores con sus jóvenes acompañantes, y gran cantidad de mujeres hermosas vestidas lujosament
La mujer, con una sonrisa amplia, se puso de pie mirando de arriba a abajo a Agnes Kasparov. Llevaba una ropa juvenil, ceñida al cuerpo, y que dejaba poco a la imaginación, y un maquillaje más discreto que el de la noche anterior, pero que resaltaba sus rasgos exóticos.Tendió una mano con laxitud, y la saludó con falsa cortesía:-Buenos días, soy Milena Cortés, hija adoptiva de Marcos y Rita. Viajo bastante, supongo que por eso no tuvimos ocasión de conocernos antes… querida hermanastra…Agnes apretó los puños. No le molestaban las palabras de Milena, si no la manera despectiva en que las decía.Como si no hubiera tenido ya suficientes problemas con su pequeña hermana y su madre, llegaba esta joven a la casa.Intentó sonreír con diplomacia mientras observaba de reojo a su desconcertado esposo, que iba recuperando el aplomo, y tomó la mano tendida, apretando con firmeza:-Mucho gusto, Milena. No sabía que Marcos era tu padre…La joven retiró la mano como si Agnes quemara y corrió a a
-Una campaña política es mucho más costosa de lo que creía… y realmente agotadora, con todos esos chupasangre rodeándote, y las reuniones, y las fotos, entrevistas… Creí que tendría los recursos necesarios, pero esos idiotas cada vez necesitan más dinero… sobre todo para ocultar mis verdaderos negocios de la prensa…Yuri se presionaba la sien con los dedos, con evidente fastidio. Era eso lo que quería, pero no había calculado bien los gastos, aunque sabía lo que tenía que hacer para que dejara de ser una preocupación. El dolor de cabeza hace días que no lo abandonaba, porque se estresaba buscando otra opción.Pero ya había hablado con otros miembros de Zorro Blanco y la decisión estaba tomada.Sus asesores se miraban sin saber qué decir. -Bien, eso sólo significa una cosa… Tendré que expandir los negocios para obtener más ganancias… Es hora de cambiar la estrategia.Una sonrisa satisfecha se dibujó en su rostro.Aunque eso significaba que Mikhail Kasparov quedaba descartado como su
Llegaron a la mansión Kasparov y Mikhail fue a su habitación a prepararse para salir de prisa, a pesar de la resistencia de Agnes durante todo el trayecto desde el aeropuerto.Su hermano estaba preocupado, y todos se mostraban nerviosos con la idea del joven jefe.Incluso Sara estaba inusualmente pálida, y desapareció de la vista de todos, demasiado preocupados para prestarle atención.Nadie estaba tranquilo.Yuri esperaba la inminente visita de su ahijado. Sabía que no aprobaría el curso de acción que quería tomar con Zorro Blanco, pero no estaba seguro de qué decisión tomaría el joven: ¿se quedaría al margen de los negocios a pesar de su disgusto o lo enfrentaría directamente para evitarlo?Por eso, mientras aguardaba, había solicitado la visita de Demian, que estaba allí frente a él, en silencio, esperando que el jefe tomara la iniciativa.No se atrevía a comenzar la conversación. Por fin, el líder suspiró y comenzó a hablar:-Entonces… Parece que tu último movimiento salió bastan
Al día siguiente, sólo unos pocos de los hombres de bajo rango de Mikhail Kasparov habían desertado. El resto, seguiría fielmente a su esposa.Mantuvieron en pie todos sus negocios, gracias a la pericia de Agnes.Sara estaba desolada. Había creído que sin su cuñado, ambas podrían rehacer su vida lejos de todo eso. Pero había cometido un gran error. La joven estaba demasiado sumergida en ese mundo como para salir sin más. Y la pérdida de Mikhail era un golpe en extremo fuerte, como para simplemente darle la espalda a ese dolor.Peor aún, esta guerra que su hermana iniciaba, y que los arrastraría a todos con consecuencias inimaginables, no era esta vez por culpa de Yuri, o Demian, u Oso Negro. La niña se miraba las manos, abrumada.Ni ella misma podía creerlo… ¿Cuánto daño le habían hecho para hacer ese tipo de locuras? ¿Qué tan trastornada había quedado?Un temblor le recorrió el cuerpo y sintió unas insoportables ganas de vomitar.Le haría caso, por una vez, a su hermana mayor, lo
El hombre, alto y moreno, había sido citado a un club tranquilo, en las afueras de Helsinki. Según el mensaje, Demian, de Zorro Blanco, deseaba negociar con él sobre la compra de unas jóvenes. Su especialidad. No estaba de acuerdo con la idea de hacer tratos con quienes por años habían sido sus adversarios, pero debía reconocer que parecía bastante lucrativo. Y eran órdenes de su hermano.Entró escoltado por su propia guardia personal, y lo recibieron dos sujetos, aparentemente rusos, con un aspecto de pocos amigos. Debían ser los guardaespaldas de su nuevo socio.Se sentó en el confortable sillón del despacho, decorado con sobriedad, pero cómodo y cálido. El ruso de cabello rubio le dijo antes de colocarse a un lado de la puerta.-En media hora lo atenderán, lamentamos la demora. ¿Se le ofrece algo para beber? ¿Tal vez un poco de compañía femenina?El invitado sonrió con lujuria.-Ambos… No me vendría mal conocer el tipo de "mercadería" que ofrecen en su organización…El guardia a
La policía llegó fuertemente armada a la mansión Kasparov. Estaban listos para un operativo por orden directa del vicepresidente. Agnes, tranquila, hacía tiempo mientras hablaba con su madre por teléfono, tratando de tranquilizar a Amalia.Pero su hermana menor, Sara, por alguna razón no quería conversar con ella. La joven supuso que estaba enojada por cómo le había respondido. La niña todavía no lograba comprender que su vida era al lado de Mikhail, y, en su ausencia, debía preocuparse por el futuro de su hijo.Darle la espalda a todo eso, y huir, no era para ella.Apenas sonó el timbre, Alexei saltó en su sitio, con los nervios a flor de piel, y la mujer se despidió con un breve:-Te volveré a llamar cuando pueda, mamá. Abraza a Sara de mi parte.Se puso de pie con elegancia, con un hermoso traje de pantalón y blazer, que no ocultaba el pequeño bulto en su vientre. Ordenó con firmeza mirando a sus hombres:-Que nadie haga una tontería, de seguro habrá cámaras y mucha prensa. No que
Cuando Agnes despertó, más descansada que en semanas, Mikhail aún dormía a su lado.Se quedó unos minutos, observándolo dormir, fascinada por la perfección de sus rasgos. Se lo notaba algo más delgado, y también agotado. Acarició con cuidado su cabello rubio y sus mejillas angulosas, ásperas por la barba de dos o tres días.Era más que claro que ninguno de los dos la había pasado nada bien con esa separación forzada, y que él había trabajado duro para dar un golpe certero a quienes los habían dañado tan seriamente.No quiso despertarlo, aunque se moría por abrazarlo y besarlo. Las hormonas del embarazo la tenían algo más exaltada de lo usual, y se combinaba con la euforia de verlo vivo.Bajo una sencilla camiseta blanca y unos pantalones de tela vaquera, se adivinaba el cuerpo fuerte de su esposo.Se mordió el labio inferior pero se contuvo.Además, después de muchos días, por fin tenía hambre y necesitaba una buena comida.Se cambió la ropa elegante con la que se había quedado dormid