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Capitulo 4: Nuestra propia historia.

Comencé a reír un poco —Daniel, ¿qué fue eso? Esperaba un beso más apasionado.— El se me quedó viendo con confución.

—¿En serio? Pensé que querías algo más suave y lento.

Hablo sorprendido, si lo que yo quiero es que me den duro contra el muro. Jajaja.

El tono juguetón de mi voz salió a relucir.

—Bueno, supongo que los juegos previos vendrán después.

—Definitivamente, Angie. No puedo esperar a explorar todas las facetas de nuestra relación.

Daniel me acarició la mejilla y me dió un beso en la frente.

Le guiñe un ojo y le dije: —¡Oh, sí! Será una aventura divertida, eso seguro.

—Eres tan impredecible, Angie. Nunca sé qué esperar contigo.

Aún continuaba acariciando mi mejilla y tratándome con tanta gentileza, siento que al final seré yo quien pervierta a este hombre.

Comencé a reírme. 

—Bueno, eso es parte de mi encanto, ¿no crees? Seré una sorpresa constante en tu vida.

—No podría pedir más. Eres única y estoy emocionado de descubrir todo lo que tienes guardado. —Creo que al final estaba muy emocionada de poder comenzar una relación con un hombre tan adorable, me recuerda a los ositos cariñositos. 

Me sonroje.

—Creo que me estás haciendo sonrojar, Daniel. Deberías tener cuidado con tus palabras.

—Oh, me encanta verte sonrojada. Me hace darme cuenta de lo especial que eres para mí —se acercó aún más a mí, su respiración estaba tan cerca y me encantaba. 

—Y tú también eres especial para mí, Daniel. Estoy emocionada —sosurre.

—El futuro parece brillante, Angie. Y no puedo esperar para vivirlo a tu lado — volvió a besar mi frente.

—Gracias por estar aquí, Daniel. Eres un jefe increíble y ahora también un compañero amoroso —Lo abrace, recargue mi cabeza en su pecho.

—Nunca pensé que estaría en esta situación, pero aquí estamos. Y no podría estar más feliz —Su corazón latía muy rápido, y de cierta manera me gustaba poder escucharlo.

—¿Quién hubiera pensado que nuestros roles en el hospital también cambiarían nuestros roles en la vida? —Bromeó.

Él me tomó de la mano —creo que el destino tenía otros planes para nosotros. Y estoy dispuesto a seguir ese camino contigo.

—Entonces, ¿estás listo para enfrentarte a todos los desafíos que nos traiga el amor, Dr. Daniels? —lo mire a los ojos y él acercó mi mano a sus labios.

—Siempre, Dra. Hans. Juntos superaremos cualquier obstáculo que se nos presente. —Voy a morir de tanta dulzura, me dió un beso en la mano y después volteo a verme a los ojos.

—Me encanta ver tu lado jefe y romántico mezclados.

—No puedes esperar menos de esta combinación irresistible, también quiero hacer hacer otras cosas de jefe contigo —me guiñó un ojo.

Lo tome de la corbata y lo atraje a mi, robándole un beso como los que me gustan, pero él dió un paso atrás. 

—No tan rápido, Angie —susurró Daniel, apartándose ligeramente—. Quiero que esto sea especial, que nos tomemos el tiempo adecuado para explorar nuestros sentimientos. No quiero arruinar lo que tenemos con prisa.

Lo miré, un poco decepcionada, pero entendiendo sus palabras. Tenía razón, no quería que nuestra relación se basará en impulsos pasionales, sino en una conexión profunda y duradera. 

—Tienes razón, Daniel. Quiero que esto sea algo más que una simple aventura. Quiero que sea algo significativo y especial para los dos. Estoy dispuesta a esperar.

Él sonrió, acariciando mi mejilla con ternura. Me toca esperar a Daniel, soy mujer, no soy virgen y se lo que es desear a un hombre y después de unos meses de conocer a Daniel el deseo sexual nació.

—Me alegra escuchar eso, Angie. Quiero conocerte en todos los sentidos posibles, y eso requiere paciencia y dedicación. Quiero mostrarte cuánto te valoro y que cada momento a tu lado sea especial.

Mis mejillas se colorearon de un leve rubor, mientras mi corazón latía con fuerza. No podía evitar sentirme emocionada ante las palabras y gestos de Daniel. Tenía razón, era importante que esto fuera algo más que un simple romance pasajero.

—Estoy lista para explorar esta nueva etapa en nuestras vidas, Daniel. Quiero descubrir qué nos depara el futuro y construir algo sólido juntos.

Él me dio un beso suave en los labios, esta vez más intenso y apasionado. Sabía que aún había mucho por descubrir y explorar en nuestra relación, pero estaba dispuesta a darle una oportunidad al amor y ver a dónde nos llevaba.

Al día siguiente le comenté a Vanessa que había iniciado una relación con Daniel. 

Sus palabras claras fueron «Ya lo hicieron.» me negué rotundamente. 

Entre Daniel y yo no pasará eso pronto. 

Los días pasaron y mi relación con Daniel fue evolucionando, pero sabíamos que nuestra relación debía ser secreto, por las políticas del hospital. 

Nos encontrábamos en secreto en momentos robados, disfrutando de la pasión que comenzaba a surgir entre nosotros. Cada encuentro era una mezcla de emociones intensas y deseo desbordante. Daniel que a lo largo de los días se volvió más apasionante y salvaje.

Un día, mientras estábamos a solas en su oficina, Daniel me tomó entre sus brazos y me miró intensamente.

—Angie, no puedo resistir más. Necesito sentirte cerca, saber cómo nos complementamos en todos los sentidos. Quiero saber lo que es estar muy profundo dentro de ti.

Mi respiración se aceleró ante su confesión. Sabía que estaba tomando un riesgo al involucrarme en una relación con mi jefe, pero el deseo que sentía hacia él era abrumador. Lo quería, quería todo de mi amado Daniel.

—Daniel, entiendo que esto puede traer complicaciones, pero no puedo negar lo que siento por ti. Quiero que nos entreguemos el uno al otro, pero también sé que debemos ser cautelosos.

Él asintió, acariciando mi cabello con delicadeza.

—Lo sé, Angie. No quiero que ninguno de los dos salga lastimado. Debemos ser discretos y asegurarnos de que esta relación no afecte nuestro trabajo, ni la confianza que hemos construido con nuestro equipo.

Asentí, comprendiendo la importancia de mantener nuestra relación en secreto. Nos acercamos lentamente, disfrutando de la pasión que ardía entre nosotros, pero siempre manteniendo una cortina de profesionalismo cuando estábamos en presencia de nuestros compañeros.

Esa tarde él me hizo suya ligeramente, no como yo quería, quería que me desvistiera y que me diera duro contra su escritorio, pero sus beso era lento, demasiado lentos y sus caricias eran como si él pensara que era mi primera vez.

A medida que nuestra relación iba creciendo, los desafíos también se hacían presentes. No fue fácil mantener el equilibrio entre nuestra vida profesional y personal, pero nos esforzamos por encontrar momentos para estar juntos y mantener la calidad de nuestro trabajo.

Las noches ardientes y los encuentros furtivos en el hospital se convirtieron en nuestra forma de escapar de la realidad y entregarnos a la pasión aunque no era  desenfrenada. Aprendimos a disfrutar de cada momento juntos, sin importar el lugar ni la situación.

El cambio de roles en el hospital había traído consigo una transformación en nuestras vidas, y aunque al principio había sido aterrador, ahora sabía que había hecho la elección correcta. Estaba dispuesta a luchar por nuestra relación, a enfrentar cualquier desafío que se presentará.

Y así, me entregué al fuego que ardió entre nosotros, sabiendo que nuestro amor había surgido sin ser llamado previamente, también sabía que podíamos superar cualquier obstáculo y escribir nuestra propia historia.

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