Han pasado algunos días y no he sabido mucho de Daniel. Solo sé que se fue a una convención de doctores a Colombia con su equipo.
Yo estaba incapacitada porque me enfermé de influenza y me dolía todo el cuerpo.Esperaba una llamada de él para saber cómo estaba, quizá estaba muy ocupado con la convención. Como jefe, debe resolver dudas que surjan en medio de la convención. Me siento sola, ni Vanessa me responde. Extraño mi trabajo, poder pasear por el hospital y correr detrás de mis pacientes.Llamé a mis padres, quienes se encontraban en su nueva luna de miel.Los adoro, adoro la felicidad que ellos transmiten. De cierta manera, los envidio. A pesar de que tengo una relación estable con Daniel, no me siento realmente completa. Quizá sea yo la que está mal, pero ¿no se supone que el amor es algo que te desarma y te arma en un instante?Mi madre me decía al teléfono: —Angie, cariño, entiendo que te sientas así, pero recuerda que el amor es diferente para cada persona. No todos experimentamos las mismas emociones y sensaciones. Lo importante es que te sientas feliz y satisfecha en tu relación. Si algo no te hace sentir completa, tal vez debas hablar con Daniel y expresarle tus inquietudes. La comunicación es fundamental en cualquier relación, hija.Sus palabras resonaron en mi cabeza. Tenía razón, la comunicación era clave y quizás era hora de tener una conversación seria con Daniel.Una semana después, Daniel regresó de la convención y nos encontramos en su oficina. Mis sentimientos de confusión y nostalgia se habían acumulado y finalmente los iba a expresar, por ello estaba un poco nerviosoña.—Daniel, necesito hablar contigo —dije con voz firme pero temblorosa.Él me miró preocupado y tomó mi mano.—Por supuesto, Angie. ¿Qué sucede?Tragué saliva antes de continuar.—Siento que algo falta en nuestra relación. Aunque me haces feliz y me valoras, hay momentos en los que no me siento del todo completa. Me pregunto si esto es normal, si es algo que puedo solucionar o si simplemente es una señal de que algo está mal.Daniel me escuchó atentamente y acarició mi mejilla con ternura.—Angie, comprendo cómo te sientes. El amor es un camino de descubrimiento constante, y a veces pueden surgir dudas. Pero te aseguro que mi amor por ti es real y sincero. Si sientes que algo falta, hablemos al respecto y encontremos una solución juntos.Respiré aliviada al escuchar sus palabras comprensivas. Habíamos despejado el camino para una conversación profunda y honesta. A pesar de mis temores, sabía que estaba en el lugar correcto con la persona adecuada.—Gracias, Daniel. Quiero aprender a navegar en esto del amor y encontrar la plenitud en nuestra relación. No quiero rendirme tan fácilmente, pero necesitamos trabajar en ello juntos.Él sonrió y asintió.—Estoy dispuesto a hacer todo lo necesario para que nuestra relación sea sólida y llena de amor. Prometo escucharte, apoyarte y hacer todo lo posible para que te sientas completa a mi lado.El peso de la conversación se aligeró y una sensación de esperanza llenó el aire.—Gracias por todo esto, Daniel.Me abrazó y besó mi frente.—Creo que deberíamos formalizar nuestra relación —Escuché pronunciar.—¿Formalizar? ¿Hablas de matrimonio?Se alejó un poco y me tomó de la mano.—Llevamos unos meses saliendo y creo que es momento de formalizar.Me solté al instante de él. "¿Cómo se supone que me casaré con él si desconfío de nuestra relación?", pensé desanimada.Mis pensamientos se volvieron un torbellino de confusión y duda. No esperaba que Daniel me propusiera matrimonio en ese momento, y aunque valoraba su amor y apoyo, no me sentía lista para dar ese paso tan importante.—Daniel, lo aprecio mucho, pero creo que es demasiado pronto para hablar de matrimonio. Aún tenemos mucho por descubrir y construir en nuestra relación. Necesitamos tiempo para fortalecer nuestro vínculo y asegurarnos de que estamos en la misma sintonía.Su expresión pasó de sorpresa a decepción, pero intentó mantener la compostura.—Lo entiendo, Angie. No quería presionarte, solo pensé que sería un siguiente paso lógico para nosotros. Pero si no te sientes lista, respeto tu decisión.Me sentí culpable por haberlo desanimado, pero sabía que era lo correcto. El matrimonio era una institución seria y no podía entrar a ella con dudas en mi corazón.—Gracias por entender, Daniel. Te amo y aprecio mucho nuestra relación, pero quiero asegurarnos de que estamos en la misma página antes de dar ese gran paso. Necesitamos seguir conociéndonos y construyendo una base sólida.Él sonrió tristemente y asintió.—Tienes razón, Angie. Debemos construir una base sólida antes de pensar en el matrimonio. Quiero que estés segura y feliz en nuestra relación, incluso si eso significa esperar más tiempo.Me acerqué a él y lo abracé con ternura.—Gracias por entender, Daniel. Valoro tu amor y apoyo, y sé que juntos encontraremos la manera de hacer nuestra relación aún más fuerte.Después de ese día, vi correr los días cada vez más. Nuestra relación seguía como siempre, él me trataba con dedicación y ternura como siempre. Continuamos trabajando en nuestra relación. Tuvimos conversaciones profundas y honestas, compartimos nuestros sueños y metas, y aprendimos a entender las necesidades y deseos del otro.Los momentos de sexo no son totalmente como me gustan, pero no me quejo. No todo tiene que ser perfecto, ¿o sí? Siento que soy insaciable.A medida que pasaba el tiempo, mi confusión y nostalgia comenzaron a disiparse. Me di cuenta de que la plenitud no se encontraba solamente en una persona o en un título de matrimonio, sino en la capacidad de encontrar la felicidad dentro de mí misma.Mis padres me habían enseñado que el amor propio era fundamental, y ahora entendía plenamente su lección.No necesitaba un matrimonio para sentirme completa, sino la certeza de que estaba en una relación basada en el respeto, el apoyo y la comprensión mutua. Tal y como mis padres la tenían.Con el paso de los meses, nuestra relación floreció.Hoy decidí salir de fiesta con mi amiga Vanessa, ya que teníamos una noche libre después de una semana agotadora de trabajo en el hospital. Ambas necesitábamos un respiro y una oportunidad para relajarnos y divertirnos. La rutina diaria de lidiar con pacientes ruidosos había sido agotadora, y solo quería desconectar y disfrutar de la noche. Elegimos una discoteca con varias pistas de baile, pero decidimos quedarnos en la pista más tranquila, donde sonaba “El Malo” de Aventura. La canción tenía un ritmo contagioso, y comencé a cantar un fragmento de la letra: “Él no entiende el procedimiento, cuándo y cómo darte un beso. Yo en cambio encuentro el punto débil que te eleva hasta el exceso. Ni siquiera se imagina de ese pacto misterioso, con tu alma y tu cerebro. Tendrías que volver a nacer para ver si en otra vida te enamoras de él. No tiene la táctica adecuada para arrancarme de tu pecho. Yo que te fallé a ti mil veces, sigo siendo tu dueño.” Vanessa se unió a mi canto, y juntas disf
Después de nuestra llamada erótica, me sentí abrumada por una mezcla de emociones: emoción, amor y una profunda conexión con Daniel. A pesar de que la distancia física nos separaba, nuestra intimidad había trascendido cualquier barrera, creando un vínculo más fuerte que nunca. Seguimos hablando en voz baja durante mucho tiempo, compartiendo nuestros pensamientos más íntimos y revelando deseos que nunca habíamos expresado antes. Fue un momento de pura conexión, donde nuestras almas se entrelazaron en una danza de amor y entendimiento mutuo. "Daniel, he estado pensando en algo mientras hablábamos", dije con un tono suave, algo nervioso. "¿Te importaría si Vanessa se queda en nuestra casa este fin de semana? Me gustaría que pasáramos tiempo juntas como amigas y, además, ella también necesita un descanso del hospital". Hubo un breve silencio al otro lado de la línea antes de que Daniel respondiera. "Claro, cariño, no hay problema", dijo con una sonrisa que pude sentir a través del telé
Después de un momento de confusión y dolor, supe que era necesario enfrentar a Daniel y aclarar la situación. Tomé mi teléfono y me levanté de la mesa, decidida a encontrarlo y hablar con él. Caminé hacia la terraza del restaurante, y entre las mesas abarrotadas de gente, vi a Daniel y a la mujer con la que estaba riendo. Mi corazón latía rápido y cada paso que daba me llenaba de una determinación creciente. Finalmente, llegué frente a ellos, con una mirada decidida y llena de determinación. Daniel me vio y su expresión cambió de sorpresa a preocupación. —Daniel, necesitamos hablar —dije con una mezcla de firmeza y vulnerabilidad en mi voz. La mujer que lo acompañaba me miró, notó la tensión en el ambiente y decidió alejarse discretamente. —¿Qué pasa, Angie? —preguntó Daniel, con voz llena de preocupación—. ¿Estás bien? Respiré hondo para calmar mis emociones antes de responder. —Vi que estabas conversando con esa mujer y, de inmediato, el dolor y los celos me invadieron. Pero V
Después de aquel emocionante momento en la playa, Vanessa y yo nos dirigimos al centro comercial en busca del vestido perfecto para mi boda. Ambas estábamos emocionadas y conscientes de que no teníamos demasiado tiempo antes de la fecha establecida.Vanessa miró a su alrededor, con ojos chispeantes y una sonrisa ansiosa.—¡Oh, Angie, esto es emocionante! Podemos encontrar el vestido de tus sueños aquí, lo sé.La seguí de cerca mientras recorríamos las tiendas en busca de la tienda de vestidos de novia. Después de preguntar a algunos empleados, finalmente dimos con ella en el segundo piso del centro comercial.El lugar estaba lleno de vestidos de ensueño, todos cuidadosamente colgados y listos para ser probados. Mi corazón latía con fuerza mientras caminábamos entre las filas de telas y encajes.Vanessa se acercó a una de las asesoras de ventas y le explicó cuál era el estilo de vestido que estaba buscando para mí. La mujer asintió y nos llevó a una sección especializada.Mientras mira
No sabía si Daniel estaba molesto o no, ya que su familia quería que nos reuniéramos antes de la boda, pero yo no sabía si el tiempo me alcanzaría. Así que le pedí que me disculpara con su familia, tenía que terminar los últimos pendientes de mañana.—¡Hola cariño! ¿Cómo estás? —preguntó Daniel con entusiasmo.—Hola Daniel, estoy bien, solo un poco nerviosa y emocionada. Ya casi es nuestro gran día —respondí con una sonrisa en mi rostro.—Lo sé, no puedo creer que finalmente vayamos a casarnos. Estoy tan emocionado de pasar el resto de mi vida contigo —dijo Daniel con ternura en su voz.—Yo también, Daniel. No puedo esperar para ser tu esposa. Estoy aquí en el hospital terminando mi turno, pero ya me estoy cambiando para ir a casa y prepararme. ¿Cómo va todo allá? —pregunté mientras me ponía los zapatos.—Todo marcha bien por aquí. Ya tengo todo listo en la casa donde pasaremos el resto de nuestras vidas juntos. La familia está emocionada y apenas pueden esperar para verte camino al
Estaba desilucionada, encontrar a mi prometido, en la cama y casado con la que creí mi mejor amiga era algo terrible y profundo de odiar.Estaba tan molesta que me fui a lugar a dónde se suponía que se celebraría la fiesta y comencé a quebrar todo, cada cosa que yo escogí todos los buenos sueños que tenía para mi futuro se destruyeron en un solo día.—¿Señora que está haciendo? —escuche como uno de los guardias se acercaban a mi.Mi hermoso vestido de novia estaba manchando de todo lo que caía a causa de la destrucción que estaba ocacionando en el lugar.—¿Que le importa lo que haga? Yo pagué por todo esto —Grite molesta.—No señora, este. Lugar fue reservado por la pareja Daniel y Vanessa Robles.Sentí como se me congelaba la respiración, el aire no circulaba en mis pulmones a causa de la irá contenida.Esos maldito malnacidos, mi prometido y mi mejor amiga se pueden ir a la mierda.—Eso es imposible yo me encargue de hacer el pago de la reservación del lugar, los cheques están a nom
Después de esa noche, decidí retomar mi trabajo como doctora en el hospital. A pesar de la difícil situación que enfrentaba al tener a Daniel como jefe, sabía que no podía dejar que eso me detuviera en mi carrera.Llegué al hospital al día siguiente, tratando de prepararme mentalmente para encontrarme nuevamente con Daniel. Entré a mi oficina y me encontré con Vanessa, quien lucía un brillo de satisfacción en su rostro.- ¡Angie! Qué sorpresa verte por aquí -dijo Vanessa con una sonrisa forzada.- Hola Vanessa, ¿qué haces aquí? -pregunté, intentando mantener la calma.- Ah, bueno, resulta que Daniel me ofreció el puesto de jefa de urgencias en tu ausencia. Parece que confía más en mí que en ti -respondió con una mirada desafiante.No pude evitar sentir una punzada de ira ese era el puesto que deseaba conseguir desde años atras, pero me recordé a mí misma que no permitiría que nadie me hundiera.- Bueno, felicidades por tu ascenso -dije con una sonrisa sarcástica-. Espero que puedas ma
Al día siguiente, llegué al hospital con energía renovada y lista para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en mi camino. Al entrar a mi oficina, me encontré con una sorpresa inesperada. Mi colega y amigo cercano, Pedro, estaba parado frente a mi escritorio.—Angie, ¡qué bueno verte! -exclamó Pedro con entusiasmo—Tenía que venir a visitar a mi amiga valiente y ver cómo estás.Sonreí ampliamente al verlo y me acerqué para abrazarlo.—Pedro, me alegra tanto verte. Significa mucho para mí tener a alguien como tú a mi lado en momentos como estos -le dije sincera.Pedro era alguien en quien siempre confiaba y me brindaba apoyo incondicional. Era reconfortante saber que no estaba sola en esta lucha.—Escucha, Angie -dijo Pedro en tono serio mientras se sentaba en una silla frente a mi escritorio—he oído rumores de que Daniel y Vanessa están planeando algo en contra tuya.Mi corazón se aceleró ante esta noticia y mi mente comenzó a divagar. ¿Qué estarían tramando? No tenía idea de