Alexandra se siente avergonzada por lo que acaba de ocurrir, pero guarda silencio, no pensaba dejar en evidencia a Adrián, que parecía divertido con aquella situación en lugar de asustado o confundido.
—Creo que lo importante es saber qué es lo que vamos a hacer —menciona Adrián con voz tranquila.
—Tienes razón, los están esperando para una entrevista, mi secretaria personal ha recibido miles de llamadas y contratos para que aparezcan en revistas y desean hacerles unas cuantas preguntas más, tenemos que parar este escándalo —les explica su padre pensando en todas las posibilidades que hay para escapar de un chisme ya que nunca había estado metido en uno, y ahora mucho menos su princesa lo estaría.
Las luces se encienden inmediatamente haciendo que el foro tenga un aspecto cálido y cómodo, todo para hacer sentir bien a los invitados de hoy. Mientras los conductores preparan sus diálogos y las tarjetas que marcan el número de preguntas que cada uno va a hacer. Alexandra y Adrián están en sus camerinos, ella nerviosa, ya que nunca había aparecido en televisión y mucho menos se imaginó que esto llegara a suceder algún día de sus vidas, y él emocionado por lo que estaba haciendo, una manera más de hacer cabrear a su padre.—Estás muy hermosa Alex —le dice Caroline mientras observa como la maquillista deja hermosa a su hermana mayor.—Gracias patito —Alexandra le regala una sonrisa que la pone de buen humor.
Los nubarrones avisaban que pronto se acercaría una tormenta, era época de lluvias y la temperatura iba descendiendo poco a poco con el paso de los minutos, casi no se veía gente en la calle, más que unos pocos corriendo a resguardarse de la tormenta que les pisaba los talones, otros que eran los más desafortunados solo podían esperar a esconderse en algún sitio como algún callejón, cartón que no servía para nada, en efecto, se trataban de gente de la calle, niños que no median el peligro y se emocionaban por la lluvia, un baño del cielo, decían muchos. La vida transcurría como si nada, de hecho al final de una de las calles más ricas de Londres, había una enorme mansión, en donde por dentro está una mujer dando a luz, no había querido ir a un hospital, ya que su esposo tenía la tradició
Una oscuridad incontrolable inundó el corazón de Nathe al ver como su mejor amigo, Brandon, le daba un beso a su chica, le había costado un poco de trabajo poder llegar a tiempo, y encontrarlos, pero al final lo hizo. Y sin darse cuenta ya estaba encima de él a punto de darle un puñetazo.—Nathe, te lo puedo explicar, espera —Brandon intenta hablar con Nathe, deteniendo con una mano el puño cerrado de su mejor amigo, quien estaba a punto de dejarle un ojo morado.—No me vas a mentir, lo vi con mis ojos —suelta Nathe, un poco más tranquilo pero seguía a la defensa.—¡Cielos, Nathe! —Brandon intenta zafarse de él—. ¿Podemos hablar como las personas civilizadas que somos?<
Alex había pasado estos últimos meses reflexionando sobre todo lo ocurrido, amaba a Nathe, nunca sintió algo así por alguien, todo lo que pasó, todo lo que le hicieron, y todo de lo que se enteró fueron una bomba directo a su corazón, aquella noche cuando se fue tomó la firme decisión de pensar las cosas, necesitaba encontrar a su verdadera familia, aquella noche le contó todo a Caroline y ambas hermanas estaban dispuestas a todo, pero sobre todo la menor, ella quería ver feliz a Alex, por eso mismo, después de un tiempo, buscó a escondidas a Nathe, cuando Alexandra salía a buscar trabajo, ella aprovechaba esa ocasión para llamarle a Nathe, incluso algunas veces se quedaban de ver, él le preguntaba muchas cosas y Caroline las respondía con toda seguridad, aunque nunca le decía dónde estaban, sabía que
Alexandra sintió un alivio al escuchar esa noticia, se sentía muy culpable por su separación.—Eso es bueno.—Sí.Nathe se pone de pie y comienza a pensar que hacer, ya le había pedido perdón, pero no tenía idea de cómo pedirle que las cosas fueran como antes, una ola de miedo envuelta en nerviosismo se cruzó por todo su cuerpo, los latidos de su corazón comenzaron a acelerar su paso, incluso se podía dar el lujo de afirmar mentalmente que le sudaban las manos, pero al verlas comprobó que solo era imaginaria aquella sensación.— ¿Entonces podremos ser novios de nuevo? —Alexandra se atrevió a dar el paso prim
Brandon no sabía que hacer al principio, quiso desaparecer por el bien de su mejor amigo y de la chica de la que estaba enamorado, pero cada día que pasaba lejos sin escuchar la voz de Alexandra, sin ver sus ojos azules, todo eso lo estaba matando, la quería para él, pero no quería perder la poca amistad que aún le quedaba de Nathe, ¿por qué tuvieron que enamorarse de la misma chica? ¿Por qué se fijó en ella?, ¿por qué no puede enamorarse de alguien más? Siempre se preguntaba eso, no pensaba en otra cosa que no fuera en Alexandra.Desde que tomó la decisión de alejarse de todos, y mudarse por un tiempo a París, se dedicó a conocer a nuevas chicas, su manager lo regañaba constantemente por su actitud, pero no le importaba, necesitaba un tiempo de introspecci
Alexandra estaba muy contenta con aquel mensaje, por fin Nathe podría arreglar las cosas con su mejor amigo, y por supuesto le dejaría muy claro que ella solo quería a Nathe, que no podía permitirse sentir algo más por él, solo una simple amistad. Guardó su celular al tiempo que Caroline observaba con sus ojos muy abiertos, aquel encuentro afuera del auto.— ¿Quién será esa chica tan...? —Caroline guardó silencio al ver mejor a la chica que estaba hablando con Nathe—. Es un poco guapa, pero...Alexandra no prestaba atención a lo que decía su hermana menor, ni a lo que estaba haciendo Nathe afuera con aquella desconocida, no sabía sentir celos, ella amaba, cuidaba, y confiaba, lo que significaba que confiaba en Nathe, deb&i
El resto del trayecto fue de lo más incómodo para todos, excepto para Alex, quien solo se dedicó a pensar en lo que le iba a decir a Brandon cuando lo viera. No reparó en que María no dejaba de ver a Nathe de una forma insinuante, y de que Caroline la observaba con ojos de odio.Cuando llegaron al dichoso restaurante y todos bajaron, Nathe detuvo a Alexandra unos momentos.—Sigan adelante, necesito unos momentos con mi novia —Nathe dice sin quitarle la mirada de encima a Alexandra.— ¡Me parece bien, de esa forma podremos conocernos un poco más! —chilla María dirigiéndose a Caroline, quien por su rostro, se veía que no estaba cómoda con aquella situación, pero sabía que lo