Alexandra estaba muy contenta con aquel mensaje, por fin Nathe podría arreglar las cosas con su mejor amigo, y por supuesto le dejaría muy claro que ella solo quería a Nathe, que no podía permitirse sentir algo más por él, solo una simple amistad. Guardó su celular al tiempo que Caroline observaba con sus ojos muy abiertos, aquel encuentro afuera del auto.
— ¿Quién será esa chica tan...? —Caroline guardó silencio al ver mejor a la chica que estaba hablando con Nathe—. Es un poco guapa, pero...
Alexandra no prestaba atención a lo que decía su hermana menor, ni a lo que estaba haciendo Nathe afuera con aquella desconocida, no sabía sentir celos, ella amaba, cuidaba, y confiaba, lo que significaba que confiaba en Nathe, debía ser alguna vieja amiga del medio artístico o de su vida, eso fue lo primero que se le cruzó por la mente, solo que ahora tenía otra cosa más importante que captaba toda su atención, y llevaba por nombre: Brandon.
— ¿Estás escuchando lo que te dije?
Alexandra manda una contestación rápida y guarda su celular, una ligera sonrisa se alojó en sus labios pero la supo esconder antes de que Caroline se diera cuenta de que le pasaba algo y quisiera inmiscuirse en sus planes.
—Lo siento, no presté atención —contestó Alex soltando un enorme suspiro.
—Eres increíblemente ingenua o muy tonta hermanita —Caroline se cruza de brazos.
Alexandra abrió los ojos como platos y Caroline le sonrió.
—Tu novio está hablando con una chica guapa y rica, y tu como si nada solo te dedicas a ignorarlo y estar metida en tu celular haciendo solo dios sabe que —Caroline gira los ojos.
Lo cierto era que aquella actitud de su hermana le divertía mucho, pero después el recordatorio constante de querer saber en dónde estaban sus verdaderos padres, le borró la sonrisa.
—No me interesa quien es la chica, confío en Nathe —Alexandra cambia su actitud a la misma hostil que siempre usaba—. Debe ser alguna amiga.
—Hay hermanita, si sigues así, terminaran robándote a Nathe, a los chicos les gusta sentirse importantes, y más si se dan cuenta de que sus parejas se pongan celosas cuando una mujer hermosa y sexy les hablan —Caroline comenzaba a inquietarse al ver la tranquilidad y paciencia que mostraba su hermana mayor.
Alexandra no dijo nada más, solo se limitó a sonreír y a echarle un breve momento en dirección a Nathe, después volteó y se adentró a su celular nuevamente.
Lo que no sabía ninguna de las hermanas, era que Nathe estaba en una situación extremadamente difícil, ya que aquella y chica en su momento fue importante, ambos compartían un pasado, aunque habían terminado bien, tenía muchos años que no sabía de ella, lo último que supo de su vida, era que ella y su familia se habían hecho de una fortuna, debido a la muerte de uno de sus tíos lejanos, por lo que se habían convertido en ricos nuevos.
—Hace tanto tiempo que no nos vemos —dice María con nostalgia.
—No quiero verme grosero y no quiero que pienses mal —Nathe tenía prisa, deseaba estar lo más cerca posible de Alex, la necesitaba, necesitaba su cuerpo—. Pero tengo prisa.
—Nunca eres grosero, es solo que hace años que no platicamos y pensé que tal vez era buena idea ir a cenar algo, juntos, después podríamos ir a un hotel y... —La chica guardó silencio dándole tiempo a Nathe para que aceptara, pero eso jamás llegó.
—María, tengo novia y la amo, me temo que voy a temer que declinar tu invitación para otro momento —dice Nathe con voz ronca.
— ¡Está listo! —Grita María con emoción—. Vamos todos, si tienes novia me muero por conocerla, debe ser una cantante muy famosa y muy hermosa.
—No creo que sea buena idea...
Era demasiado tarde, María ya le había dado la vuelta y se dirigía corriendo hacia el auto en donde estaban Alexandra y Caroline, Nathe maldijo por lo bajo, no quería perder a Alex por nada, y María solo significaba una cosa: malas noticias.
Alex estaba tan entretenida, absorta en sus pensamientos, que no vio venir a aquella chica morena, tocó la ventanilla y Caroline de mal humor bajó la ventanilla, pero al hacerlo, María fue más lista y metió la mano para quitar ella sola el pasador, abrió la puerta y la dejó así para que Nathe pudiera entrar.
— ¡Hola, mucho gusto! —saluda con una alegría exagerada, misma que le provocó nauseas a Alex, mientras que Caroline la veía seriamente como lo que era, una amenaza—. Soy María Surkem, ¿quién de ustedes es la novia de Nathe?
En ese momento entró Nathe al carro, le echó una mirada en forma de disculpa a Alex pero ella estaba entretenida viendo a la nueva intrusa.
—No seas tonta, es obvio que yo no puedo ser la novia de Nathe, soy menor —contesta Caroline de forma hostil.
—Vaya, que modales tan... —María voltea a ver a una hermana para pasar a la otra—. Rústicos.
—María, vete, no eres bienvenida aquí —le dice Nathe molesto.
—Vámonos —habla Alexandra, quien tenía la mirada fría y calculadora, la misma que tenía la primer vez que la vio en aquella bicicleta, en una tarde lluviosa.
Alexandra quería acabar con eso, sabía qué tipo de chica era, por eso mismo la dejaría hacer lo que quisiera y después la dejaría a su suerte.
—Bien —asiente Nathe dando instrucciones para ir a un restaurante cercano a donde se estaba quedando.
El resto del trayecto fue de lo más incómodo para todos, excepto para Alex, quien solo se dedicó a pensar en lo que le iba a decir a Brandon cuando lo viera. No reparó en que María no dejaba de ver a Nathe de una forma insinuante, y de que Caroline la observaba con ojos de odio.Cuando llegaron al dichoso restaurante y todos bajaron, Nathe detuvo a Alexandra unos momentos.—Sigan adelante, necesito unos momentos con mi novia —Nathe dice sin quitarle la mirada de encima a Alexandra.— ¡Me parece bien, de esa forma podremos conocernos un poco más! —chilla María dirigiéndose a Caroline, quien por su rostro, se veía que no estaba cómoda con aquella situación, pero sabía que lo
Al llegar al lugar en donde María había propuesto, Nathe sintió el peso del pasado sobre sus hombros, y aquellos recuerdos lo bombardeaban sin perdón. Era un lago hermoso que a la luz de la luna se veía mágico, alrededor estaba lleno de pasto verde y margaritas por todos lados, Alex se sentía fascinada al ver todo aquello, y Caroline de inmediato sonrió y comenzó a quitarse la ropa quedándose en ropa interior, Alex al ver eso sabía lo que significaba.Cuando eran más pequeñas solían escaparse por la noche y cerca de su casa, a unos veinte minutos estaba un río, acostumbraban jugar y mojarse, era como un ritual, aquella añoranza hizo que Alexandra también comenzara a desvestirse, solo que ella se quedó con una blusa de tirantes color blanca, que traía por de
La luna estaba por lo más alto, y la madre de Nathe esperaba a que él llegara y le reclamara por lo sucedido, su hijo no era tonto, y sabía que ella estaba detrás de todo eso, no era que no quisiera a Alexandra, se identificaba con ella, le recordaba constantemente su pasado, uno, que se había empeñado tanto tiempo en ocultar, en olvidar, en dejarlo donde bebería estar, en el pasado, pero ahí estaba Alexandra, con sus ojos azules, bonita sonrisa, y buen corazón, la desafiaba constantemente, creyó que por fin se había alejado de sus vidas, pero no es así.No era fea, de hecho, pensaba que era muy guapa, pero era pobre, y eso era un problema para ella, si fuera millonaria otra cosa sería, hasta aceptaría su noviazgo, pero ese no era el caso.
Los rayos del sol se filtraban por el gran ventanal de cristal, iluminando toda la habitación y dándole un aspecto de paz y seguridad, el calor del hogar era tranquilizador, aquella mujer de ojos azules observaba a su pequeño hijo de dos años de edad, él era lo único que la mantenía con vida, ya que una parte de ella seguía muerta, algunas preguntas rondaban por su mente, ¿dónde están? ¿Estarán bien? ¿Pasarán hambre y frío? Y la pregunta que más la atormentaba provocándole pesadillas por las noches; ¿seguirán con vida? Sí, tienen que estarlo, de lo contrario su vida se acabaría, quería de vuelta a sus pequeñas hijas.Sabía que su marido estaba haciendo todo lo posible por encontrarlas, él era el que estaba su
Nathe estaba furioso, sabía que no estaba bien tener pensamientos malos con respecto a su madre, pero en ese instante deseaba mandarla lejos de sus vidas, sabía que todo había sido un juego sucio de ella y su cómplice era María, pero iba a permitir que lo alejaran de la chica a la que amaba por primera vez en la vida, bueno tal vez la segunda vez pero ese era un tema que no quería tomar.—Te odio —suelta Nathe con una voz llena de rencor.—No tienes ningún derecho a hablarme de esa forma —habla la madre de Nathe con toda la tranquilidad del mundo, mientras toma asiento y observa a Alexandra y a Caroline—. Veo que las han encontrado.—Tarde o temprano iba a dar con ellas, madre.
La luna estaba por lo más alto del cielo y regalaba sus rayos plateados a aquellas almas que los supieran apreciar, esa noche, a unos cuantos kilómetros de distancia, estaba Brandon, en la habitación de un hotel, tocando la guitarra, borraba y escribía nuevas notas, primero tuvo la idea hace unos cuantos meses, cuando conoció a Alexandra ya estaba iniciando, pero al paso de los días comenzó a perderle interés, ahora que estaba dispuesto a todo por ella, y que quería recuperarla de algún modo, volvió a su vieja composición, estaba tan entretenido envuelto en su inspiración, que no se había percatado de que Bryana lo observaba con una enorme sonrisa de oreja a oreja.Pero en la mente de Brandon no había nadie más, solo Alexandra, pensar en su piel suave, en sus ojos azules observ
A la mañana siguiente, Nathe no podía creer lo que estaba pasando, había discutido con su madre diciéndole cosas como nunca lo había dicho, pero no iba a dejar que alguien como ella arruinara su felicidad, lo cierto era que no permitiría que alguien más se entrometiera en su relación con Alex, ¿acaso no lo veían? La amaba, más que nada en el mundo, pero eso era agua pasada.Al igual, no podía dejar de pensar en lo que le dijo su chica, cuando la escuchó fue el chico más feliz del planeta, ella estaba muy insistente así que hoy era el gran día, tal y como Alexandra lo había planeado. Pero antes del gran momento quería que pasaran momentos juntos, hacer algo divertido, es por eso que tenía un plan a seguir.
Cuando la fría mirada de Brandon se cruzó con Nathe, y al verlo agitadamente, sintió coraje, era más que obvio lo que su mejor amigo estaba haciendo, pero no demostró su molestia, él tenía un plan, y ese no era precisamente pelear con él, había regresado para luchar por Alexandra.—Brandon —dice Nathe muy sonriente.—He vuelto Nathe —contesta Brandon entrando sin permiso y observando todo el lugar.— ¿Cómo sabías donde estaba? —pregunta Nathe cerrando la puerta detrás de él.—Me lo ha contado tu madre, también me dijo que estaba de regreso María, no es algo bueno para ti, espero que