Dos meses despuésMe estoy recuperando satisfactoriamente de mis heridas externas, pero la herida que me dejó mi bebé con su partida esa no la puedo sanar ni con todo el oro del mundo.Durante este tiempo me he mantenido de pie gracias a mi niño Jaime, él es quien me consuela y me dice que papá pronto estará en casa con nosotros. Les cuento que estoy en tratamiento contra la depresión y, juro que es muy difícil culparme por la muerte de mi segundo bebé, si tan solo no hubiera atendido aquella maldita llamada en la que me pedían que fuera a ver a mi madre, si tan solo hubiese presionado el botón rojo y lo hubiese ignorado, el niño seguiría en mi vientre.Abrazo fuerte la almohada y le susurro que extraño a mi marido para que me ayude a llevar este dolor. Lloro en silencio, lloro a cada instante lamentando lo sucedido. No tengo otro apoyo más que el del pequeño Jaime y sí, sé que dirán que ese es suficiente, pero no crean, siempre necesitamos de una mano adulta y madura que nos sostenga
ANDYDespierto y lo primero que se me viene a la mente es el nombre de Brenda. Recuerdo que ella es mi prometida. La enfermera me comentó que tuve un accidente de tránsito junto a mi esposa. No recuerdo que haya sucedido tal cosa, solo sé que me encuentro aquí, solo. Le aclaro a la enfermera que Brenda todavía no es mi esposa, es mi prometida.Ella sonríe confundida, parece que me ocultara algo y no lo quiere decir. Pero así lo dejo, total, ahora lo que me importa saber es que si mi prometida se encuentra bien.Un rato después me informaron que ya habían llamado a mi hombre de confianza. Según dijeron, su número quedó registrado para cualquier emergencia, siento que todos me están ocultando algo.Estuve esperando a que él llegara, pienso que mi padre anda de viaje de emergencia y por eso lo dejó asignado a él para que cuidara de mí en su ausencia.La que me visitó fue una mujer que dice ser mi esposa, también menciona a un niño, pero yo no la recuerdo a ella ni a la persona que mencio
Más tarde no podía creer lo que estaba pasando, quería decirle a mi mente que todo era falso, pero sabía que todo era real. Brenda estaba entrando por la maldita puerta con una semejante maleta con la intención de instalarse para siempre aquí. Sonrió de burla y ni siquiera me saludó, pasó directo a la habitación de mi marido y cerró la puerta.Todos los empleados me voltearon a ver, quizá sentían lástima por mí. Me defendí de la vergüenza diciéndoles que todos debíamos de tener paciencia, ya que él estaba atravesando momentos duros.Así fueron pasando los días en esa casa, ya los empleados no me llaman, señora, porque él se los prohibió y ese título ha dicho que dentro de una semana se lo dará a Brenda. Sí, ha dicho que se casarán, aunque su padre no le responda las llamadas porque está de viaje.Recordé que durante este tiempo no ha preguntado por su padre. Él no sabe que ya no nos acompaña, no quisiera darle esa noticia, que lo haga la estúpida de Brenda, es a ella a quien la consci
ANDYNo entiendo por qué esa mujer sigue diciendo que soy su esposo. Hasta un supuesto anillo de matrimonio me entrega como si eso fuera a afectar mi matrimonio que se celebrará en un par de horas.Cuando ella salió, me quedé observando detenidamente el anillo que tiene nuestros nombres grabados y una fecha. Esa mujer lo planeó todo con cautela para hacerme creer que es mi esposa.Una punzada en la cabeza me hace caer sobre la cama, es un dolor muy fuerte que casi me hace gritar. En ese lapso de tiempo a mi mente llegan escenas borrosas de una mujer besándome, estamos en una playa con mi padre y junto a él hay una señora. Vuelve a pasar otra imagen donde estoy en una cama haciendo el amor con una mujer, pero no logro ver su rostro. Todo es muy borroso y sin querer me quedé dormido.Veo que ando en un campo lleno de flores corriendo junto a un niño. Una mujer embarazada se acerca a nosotros y nos grita que ya es la hora de la merienda. Nosotros volvemos a ella, le doy un beso y nos sen
Saber que para mi madre solo he sido un fracaso desde que mi padre nos abandonó no es nada fácil de admitir. Aunque, ahora ella se ha ganado la lotería al casarse con un hombre multimillonario al que es obvio que solo quiere por su dinero.Mi ahora padrastro tiene un hijo que es un par de años mayor que mí, y aunque no lo conozco, tengo miedo de que no me acepte en su círculo familiar y nos acuse a mi madre y a mí de ser unas oportunistas.—Raquel, ahora que eres mi hija, quiero que conozcas a mi hijo. Esta noche vendrá a nuestra casa a cenar. —Me informó mi padrastro.—Está bien, señor. —Acepté, con nervios, al saber que por fin conoceré a su famoso hijo, al que tanto elogia que le va muy bien con sus estudios en el extranjero.—Recuerda que él es tu hermano mayor desde que tu madre y yo nos casamos y debes de respetarlo como tal. No quiero que en algún momento los rumores digan que mis hijos han cometido el pecado de enredarse entre las sábanas. —Me advirtió en modo de broma.—No se
Esta mañana Andy se levantó muy temprano y lo primero que hizo fue preguntar por mí. Lo sé porque justo en ese momento yo me estaba acercando a la mesa y lo escuché, me puse nerviosa con la mirada de reproche que su padre le dio. Mi madre al verme llegar me tomó del brazo amablemente y me pidió que la acompañara, claro que ella finge hablarme con palabras bonitas delante de estos millonarios.Allá donde nadie nos escuchaba me advirtió de que me anduviera con cuidado y que no le diera motivos de disgusto a su esposo millonario.—Si esta vez pierdo a este hombre, te juro que te irá mucho peor de lo que ya has vivido. —Me amenazó.—Mamá, has visto que su novia está en casa. ¿Cómo te atreves a pensar que yo voy a seducir a mi hermanastro? Además…—¿Sucede algo? Nos interrumpió Andy— Mi padre me envía a decirles que el desayuno se está enfriando. —agregó antes de que una de las dos le contestara.—¿Qué te ha dicho tu madre? La he notado molesta. —Interroga después de que ella se alejó. —¿T
La lluvia cae con fuerza y hace estremecer las paredes de la casa con aquellas ráfagas de truenos que pareciera que el cielo se está quebrando en pedazos. Andy me llamó para que saliera a cenar, pero yo no lo hice. No he salido de mi habitación desde que volvimos y no sé si él está enfadado o preocupado porque a cada momento viene a mi puerta y pregunta si me encuentro bien.—Pequeña, si sientes miedo o tienes hambre, solo llama a mi teléfono y vendré corriendo a atenderte.—Estoy bien, no necesito nada. Ve a descansar, hermano mayor. —Digo, tratándolo con respeto, eso es lo que él quiere.Pasaron las horas y él no volvió a aparecer, seguro se durmió y se olvidó de mí. La lluvia no cesa, cada vez es más fuerte y temo que en esa casa que está cerca del bosque aparezca un oso hambriento o quizá una manada de lobos aullando. Me estremezco al pensar en ello y decido hacer lo impensable.Tomé mi teléfono y con la linterna encendida fui a la habitación de Andy, rogando que la puerta estuvi
Le supliqué a mi madre para que desistieran de esa estúpida decisión, pero ella se mantiene firme a su palabra y lo único que me resta es arrodillarme ante mi padrastro y rogarle que no me arruine la vida siendo tan joven, mi sueño es ser una cirujana y más ahora que tengo el apoyo de Andy para cuando no le entienda a algo él ha dicho estar dispuesto a colaborar.Decidí no comentarle a mi hermanastro sobre lo que nuestros padres están planeando hacer en contra de mi voluntad, no quiero que él se preocupe por mí cuando ya tiene suficiente dolor de cabeza con su pasantía en el hospital.Esa tarde, cuando llegó, me llevaba chocolates, los dejó en el suelo a un lado de mi puerta y yo, como ya sabía que eso sucedería, estaba pendiente para tomarlos antes de que mi madre o su esposo los viera.—Entraré en tu habitación esta noche. Extraño el delicioso aroma de mi mujer, necesito una dosis de tus besos para calmar mis malestares. —Dice un mensaje de texto—. Yo sonrío embobada, también lo ext