RAQUELNo estoy tan lejos de la mansión Villafranca. El jefe de seguridad de Andy me ayudó mucho desde que tuvimos el accidente y quedó en coma. Ahora que mi marido me desprecia y no me recuerda, siente mucha pena por mí y ha prometido ayudarme. Claro que primero me consultó si yo estaba de acuerdo y yo, con mucho gusto, acepté su ayuda. Prácticamente, lo veo como a un padre, ese padre que nunca conocí.Él me informó que Andy aceptó que yo trabajara en la clínica. Me siento muy feliz porque quiero estar cerca para cuando recupere la memoria y quiera volver conmigo, ja, lo haré sufrir, así como él lo está haciendo ahora con su indiferencia.Una semana ha pasado desde que mi esposo me echó de su casa, o bueno, a estas alturas ya es mi exesposo; desde que él se casó con otra mujer, dejó de estar relacionado conmigo. Yo misma le pedí al guardia de seguridad que no me hablara nada de ese hombre, mientras no me busque para pedirme perdón, ese maldito desgraciado no existe para mí y no quier
Al día siguiente, cuando llegué a la oficina, me encontré con unas flores encima del escritorio. Eran muy hermosas, unas margaritas, mis preferidas. La nostalgia me ganó al leer el nombre del remitente. Vienen de parte de Andy, pero el recuerdo de que me dejó por otra mujer me invade el coraje y las ganas de gritarle que es un puto idiota por abandonarme.Tomo el ramo de flores y las lanzo en el primer basurero que encuentro. Vuelvo a entrar en la oficina, me siento en la silla ejecutiva y veo que ha llegado un mensaje de texto: Señorita, es de muy mal gusto rechazar lo que un pretendiente le ha obsequiado.—¡Váyase al diablo, jefe! —Quise responderle, pero mejor decidí ignorarlo y no alargar más el tema.Más tarde volvió a llegar a mi oficina y me recordó que a las siete de la noche había una reunión con unos posibles compradores de su clínica. Cosa que agradecí porque ya se me había olvidado por estar pensando en sus flores y mensaje de texto, el cual me demuestra que me está vigila
He decidido esperar solo unos meses más, y si él no cambia o recupera la memoria en ese tiempo, desaparece por completo de su vida.Llegar a casa es lo mejor, mi hijo me recibe con abrazos sinceros, él es la única persona a quien me debo y por quien lucharé sola si es posible.Ya estaba acostada cuando me llegó un mensaje de texto. Es del idiota de Andy que me informa que mañana tendré que hacer un viaje al extranjero junto a unos médicos que irán por una capacitación y que yo también tendré que recibirla, ya que él no podrá estar presente.—¡Ah, Brenda, estás convirtiendo en un haragán a Andy! Ese hombre moría por cumplir con su trabajo y ahora le vale un comino todo lo que se trate de su clínica.Al día siguiente dejé a mi hijo con la niñera y le prometí que volvería por la noche, no sabía cuántas horas nos tomaría estar fuera. Tomé el taxi directo a la clínica y allí nos reunimos todos los que iríamos. Nos envió en su helicóptero privado, se me hizo extraño que él pusiera a disposi
El timbre de la puerta sonó. Imaginé que era mi asistente quien venía a dejarme las cosas. Me levanté así como estaba, despeinada, descalza y arropada en aquel blanco y radiante albornoz que me llegaba casi al muslo.—¡Parece que fuiste a elaborar tú misma las prendas, tardaste mucho! —reclamé debido a mi cansancio y tristeza.—No las elaboré yo mismo, pero sí tardé porque tuve que viajar desde otro país. —Dijo Andy. Sí, el maldito puto estaba de pie en la puerta de mi habitación. El muy maldito me observa con una sonrisa y carga varias bolsas en sus manos. —¿Me extrañaste? —se atrevió a consultar.—¡Serás un desgraciado! No te he pedido nada a ti, vete, en un momento mi asistente traerá lo que necesito. Además, no sé cómo sabías en qué habitación estaría yo, eres un pervertido.—¿No lo has entendido todavía? Fui yo quien le pidió a tu asistente que no te trajera nada porque yo lo haría.—¿El jefe atiende personalmente a su empleada? ¿Acaso su esposa no se molestará si se entera de qu
Ya que él estaba de buen humor, decidí aprovechar esa oportunidad para comentarle que ya había estado embarazada de su segundo hijo, pero que lo perdimos.Él me abrazó cuando lo mencioné, ese abrazo que tanto deseaba finalmente llegó. Lo sentí tan real que pensé que él ya se había recuperado por completo.—Lo siento tanto, mi amor. Todo pasó por mi culpa, si tan solo te hubiera dicho que no saliéramos en aquella noche esto no hubiera pasado. —lamentó, también con ojos llorosos y tristes.Al principio me sentí confundida entre el llanto, los recuerdos de esa vez y la realidad. —¡Andy! Eso… eso que has dicho del pasado, significa que…—Sucedió el día que te marchaste de casa. —me interrumpe. —El anillo de matrimonio que me entregaste y un pequeño golpe que me di en la cabeza me trajeron recuerdos vagos que poco a poco se fueron aclarando hasta ahora. —confesó.—¡Ah, desgraciado! ¡Me has estado engañando durante este tiempo! —Me enojé porque, desde que comencé a trabajar en la clínica, é
Tres meses han pasado desde que Andy me confesó que había recuperado todos sus recuerdos. El médico dijo que ya todo estaba bien y que podía volver a sus labores con normalidad, como si nunca hubiera ocurrido el accidente. Sin embargo, para nosotros nunca más será igual porque perdimos a un bebé.Dentro de dos días celebraremos el cumpleaños número cinco de nuestro pequeño Jaime. Sí, el tiempo se nos ha pasado volando y desde que Andy y yo nos conocimos, hasta ahora estamos teniendo nuestro momento de paz y tranquilidad en familia.Nuestro hijo está muy emocionado y quiere que la fiesta se realice dentro de su salón de clases, rodeado de sus compañeros de su misma edad. Tiene un papá tan alcahuete que hace lo que el niño le pide. Así que, aquí estoy preparándome desde ya con los ingredientes que necesitaré para la elaboración de su torta de cumpleaños y los bocadillos.—Cariño, mi hijo quiere que le regale para su cumpleaños un león como mascota. —Dijo Andy, muriendo de la risa al ent
Mientras Andy maneja y habla por teléfono, yo estoy distraída en mis pensamientos con respecto a la visita inesperada de Brenda.Estoy pensando si decírselo a él, o dejarlo pasar por alto. De pronto escucho lo que el niño dice, mi sonrisa se hace ver porque mi hijo es muy inteligente y ha descubierto que estoy embarazada. No sé cómo lo ha hecho, pero creo que es cierta aquella teoría que dice que los hermanos presienten cuando un nuevo miembro está a punto de llegar a la familia.—¡Voy a tener un hermano menor! —Volvió a decir.—¡Cómo! —exclamó Andy, colgando la llamada que tenía. —Amor, ¿estás embarazada? —preguntó sin poder creerlo. Él me lo ha pedido muchas veces y fue así como decidí dejar a un lado las pastillas de planificar sin decírselo a él.—Amo cada vez que te sorprendo con alguna noticia. —Comenté con mis mejillas coloradas como si hubiera regresado a los días cuando nos empezábamos a conocer y le tenía pena.En el transcurso del viaje, él cuestionó que por qué no se lo co
Andy está detrás de la puerta, desesperado porque no le respondo cuando me habla. Me pide que, si estoy cerca de ella, que me aleje porque la derribará con una patada.—Dame un momento, por favor. —Pido.Necesito recomponerme antes de enfrentarme a él.Finalmente abrí la puerta. Sonreí y le hice saber que me había quedado dormida en la bañera hasta que su voz me despertó. Él me regañó por ser descuidada y así acabó su preocupación.Ya estábamos en la cama listos para dormir cuando decidí que era el momento de poner las cosas en su lugar. Me zafé de sus brazos y me senté apoyada sobre el respaldar de la cama.—¿Qué pasa, mi amor, te duele algo? —pregunta.—Sí. Me duele el corazón. —Respondí.—¿De tanto dar o recibir amor? —consultó, creyendo que es una broma.—Andy, te haré una pregunta. Pero necesito que me respondas con toda la sinceridad del mundo.Él se preocupó. También se colocó en mi posición para estar más atento a mis palabras.—Mi amor, puedes preguntar lo que tú quieras, per