Esta mañana Andy se levantó muy temprano y lo primero que hizo fue preguntar por mí. Lo sé porque justo en ese momento yo me estaba acercando a la mesa y lo escuché, me puse nerviosa con la mirada de reproche que su padre le dio. Mi madre al verme llegar me tomó del brazo amablemente y me pidió que la acompañara, claro que ella finge hablarme con palabras bonitas delante de estos millonarios.
Allá donde nadie nos escuchaba me advirtió de que me anduviera con cuidado y que no le diera motivos de disgusto a su esposo millonario.
—Si esta vez pierdo a este hombre, te juro que te irá mucho peor de lo que ya has vivido. —Me amenazó.
—Mamá, has visto que su novia está en casa. ¿Cómo te atreves a pensar que yo voy a seducir a mi hermanastro? Además…
—¿Sucede algo? Nos interrumpió Andy— Mi padre me envía a decirles que el desayuno se está enfriando. —agregó antes de que una de las dos le contestara.
—¿Qué te ha dicho tu madre? La he notado molesta. —Interroga después de que ella se alejó. —¿Tienes algún problema con alguien?
—Eres tú, Andy, tú eres mi problema —le apunto con mi dedo índice— Por tu culpa me estaba regañando. No debiste de preguntar por mí cuando tienes a tu novia en la cama y más, sabiendo que tu padre me tiene desconfianza porque tiene miedo de que le robe a su hijo. —reproché.
Andy soltó una risotada un poco fuerte para mi gusto, se nota que es un hombre que va por la vida valiéndole madre, lo que otros opinen de él. ¡Qué envidia!
—Te vuelves histérica por el miedo que le tienes a mi padre, eres mi hermanita y no debe de preocuparte el hecho de que pregunte por ti. —Me dice tan tranquilamente y a mí me dan ganas de abofetearlo muy fuerte en ese momento.
—Agradece que eres mucho más alto que yo, de lo contrario ya hubiese estrellado mi mano en tu preciosa cara y te hubiera borrado esa estúpida sonrisa.
Digo, al mismo tiempo, arrepentida por lo que acabo de mencionar. Le he dicho que su rostro es precioso sin pensarlo y eso, al parecer, a él le ha causado gracia porque se va acercando a mí hasta dejarme acorralada.
—Entiéndelo, —dice, inclinando su rostro y pegando su frente con la mía. —Eres mi pequeña hermana, ve acostumbrándote a ello.
Dicho eso se retira, mientras que yo me quedó casi sin aliento por lo cerca de mis labios que ha hablado.
«¡Ah, Andy! No sé a lo que estás jugando, pero sé que me meterás en problemas. —Reprocho en voz baja. Corro a la cocina por un poco de agua y tratar de disimular el nerviosismo con el que me ha dejado ese idiota»
Finalmente, la novia se une a nuestro desayuno. Esa mujer es como un grano en el ojete, jode y jode, diciendo a cada momento que ella es la consentida de sus padres y que ellos aman a su futuro yerno.
—Espero que muy pronto nos comprometamos, amor mío. —Presiona.
Yo de vez en cuando observo a Andy, sé que está incómodo, se nota mucho aunque él trate de disimularlo. Mi madre parece feliz escuchando las estupideces de esa mujer y secretea algo con su esposo mientras ambos sonríen. En la mesa soy la única que no encaja en ese mundo de grandezas, no me siento cómoda al estar rodeada de gente hipócrita, así que me levanto y me disculpo para ir a mi habitación.
…
—Hermanita, ¿podemos hablar? —Escucho la voz de Andy.
—¿Qué quieres? —Respondo, con arrogancia. Estoy harta de todo, harta de que mi madre sea una vividora y se haya aprovechado de que ese señor se enamorara de ella y le propusiera matrimonio, harta de no poder independizarme por el simple hecho de que trabajo para costear mis estudios y el dinero no me alcanza para pagar un departamento.
—Abre la puerta y te diré. —me reta.
—Habla. —ordeno, con tono de decepción al salir.
—Como sabrás, llevo años fuera del país y me siento estresado por estar encerrado en esta casa. ¿Podemos salir a divertirnos?
—Andy, ya te dije que no quiero problemas con tu padre.
—Ellos ya se han marchado a un viaje y volverán hasta por la noche, me pidieron cuidarte.
—Entonces ve con tu novia, yo aprovecharé a estudiar.
—Es semana de vacaciones, deja a un lado el estudio y despeja tu mente. Mi chica no quiere salir y se quedará en casa durmiendo, no me quieras hacer lo mismo tú porque me sentiré muy triste de que mi hermana pequeña me desprecie.
Andy logra convencerme de salir del encierro al que me he aferrado y juntos nos vamos a un lugar que yo ni sabía que existía y él desconocía si seguía abierto al público o ya había clausurado operaciones.
—¡Raquel! —Escucho que alguien menciona mi nombre. Sabiendo de quién se trata esa voz, me detengo para observar a mi querido novio que corre hacia nosotros.
—¿Qué haces aquí? —Pregunto con emoción— Pensé que ya estarías en Boston.
—He venido de compras antes de irme, mi vuelo no es hasta dentro de una hora. —Responde, sin dejar de observar a Andy.
—Él es mi hermano. —Digo, antes de que pregunte.
—¿Hermano? Pensé que tú…
—Larga historia, querido. —Le interrumpo para evitar dar explicaciones delante del susodicho.
Sabiendo que ahora tengo un hermano, mi novio ni siquiera me dio un beso de despedida y se marchó alegando que va de prisa.
—Qué chico tan raro, él no te merece. —Me dice Andy en tono serio, quizá enfadado.
—Tú qué sabrás lo que me conviene o no. Enfócate en tus asuntos y déjame a mí en paz. —Reprocho.
Nos pasamos el resto del día entre comidas y paseos. A decir verdad, Andy es un joven que infunde miedo al verlo, pero tiene un corazón de niño bueno, al menos conmigo.
—Me he divertido mucho este día, pequeña hermana. Creo que nunca antes lo había hecho, has llegado en el mejor momento de mi vida. —Confesó. Más yo no le puse demasiada atención porque ya estábamos entrando en casa y, vaya sorpresa, su novia estaba con maleta en mano, lista para marcharse.
—¿Qué ha pasado? ¿Por qué tu viaje tan de repente? —Quiso saber muy confundido.
—Ha surgido un problema familiar, debo de marcharme. Nos encontraremos nuevamente en nuestra universidad. —cuñada, cuida de mi novio en mi ausencia. —pidió.
Asentí con un movimiento de cabeza y le deseé un buen viaje. Me fui a la habitación, no quería ver su forma de despedida de los novios, me dolería, aunque no debería de ser así y no entendía el motivo.
La noche llegó y yo ni siquiera salí para cenar. Estoy enfadada con mi madre porque ni siquiera se dignó durante el día a enviarme un mensaje de texto para ver si estoy bien. Si no hubiese sido por Andy, no me habría enterado de que han salido, no tardan en llegar; es una lástima que yo no pueda reclamarle nada a ella.
—Hermana, papá ha llamado para avisar que no vendrán esta noche por el mal clima. —Me informa Andy— Yo vuelvo a ponerme de mala leche al saber que por segunda ocasión mi madre no me informa nada y tiene que ser este imbécil el que me esté dando las noticias.
Sé que no es buena idea que los dos estemos solos en casa, quizá nuestros padres piensen que su novia aún sigue aquí y no tendremos tiempo a solas, seguro ellos confían que gracias a esa chica guardaremos la distancia.
La lluvia cae con fuerza y hace estremecer las paredes de la casa con aquellas ráfagas de truenos que pareciera que el cielo se está quebrando en pedazos. Andy me llamó para que saliera a cenar, pero yo no lo hice. No he salido de mi habitación desde que volvimos y no sé si él está enfadado o preocupado porque a cada momento viene a mi puerta y pregunta si me encuentro bien.—Pequeña, si sientes miedo o tienes hambre, solo llama a mi teléfono y vendré corriendo a atenderte.—Estoy bien, no necesito nada. Ve a descansar, hermano mayor. —Digo, tratándolo con respeto, eso es lo que él quiere.Pasaron las horas y él no volvió a aparecer, seguro se durmió y se olvidó de mí. La lluvia no cesa, cada vez es más fuerte y temo que en esa casa que está cerca del bosque aparezca un oso hambriento o quizá una manada de lobos aullando. Me estremezco al pensar en ello y decido hacer lo impensable.Tomé mi teléfono y con la linterna encendida fui a la habitación de Andy, rogando que la puerta estuvi
Le supliqué a mi madre para que desistieran de esa estúpida decisión, pero ella se mantiene firme a su palabra y lo único que me resta es arrodillarme ante mi padrastro y rogarle que no me arruine la vida siendo tan joven, mi sueño es ser una cirujana y más ahora que tengo el apoyo de Andy para cuando no le entienda a algo él ha dicho estar dispuesto a colaborar.Decidí no comentarle a mi hermanastro sobre lo que nuestros padres están planeando hacer en contra de mi voluntad, no quiero que él se preocupe por mí cuando ya tiene suficiente dolor de cabeza con su pasantía en el hospital.Esa tarde, cuando llegó, me llevaba chocolates, los dejó en el suelo a un lado de mi puerta y yo, como ya sabía que eso sucedería, estaba pendiente para tomarlos antes de que mi madre o su esposo los viera.—Entraré en tu habitación esta noche. Extraño el delicioso aroma de mi mujer, necesito una dosis de tus besos para calmar mis malestares. —Dice un mensaje de texto—. Yo sonrío embobada, también lo ext
Sabía que Andy era un loco, pero no me imaginaba que su locura llegaría al extremo de pedirme que nos casáramos para que nuestros padres no volvieran a cometer el error de buscarme un esposo sin mi consentimiento.—¿Qué pasa, mi pequeña? Te has quedado muda. —Me dice, sacándome de mis pensamientos.—¿Y si nos estamos equivocando y cometemos el peor error de nuestras vidas? ¿No crees que es muy apresurado todo esto?—Raquel, si hay un nosotros no habrá equivocación. Pero, si tú no estás muy convencida, esperaremos hasta que vuelva del extranjero, solo que para entonces quizá ya tengas novio y te hayas olvidado de mí. —comentó, deteniendo el auto porque piensa que yo no lo quiero hacer.—Vamos a casarnos como lo tenías planeado. —Dije con firmeza y temor a que un día él se olvide de mí. —Me encanta esa locura que estamos haciendo y anhelo desde ya ver la cara de nuestros padres cuando llegue la hora de que se sepa la verdad.Finalmente, llegamos al registro civil y nos casamos. No sé de
Cuatro años más tarde…AndyHan pasado cuatro años desde la última vez que tuve noticias de Raquel. Cuando tuvimos aquella discusión en su universidad decidí dejarla atrás y enfocarme en lo que me importaba, mi carrera como médico cirujano.En aquella ocasión me presenté en su facultad porque quería hablar con el rector sobre ella y conocer sus notas, necesitaba asegurarme de que a mi esposa le estuviese yendo bien con el estudio para que se convirtiera en una de las mejores cirujanas de este país. Ese era su sueño y yo se lo cumpliría.Antes de entrar a la oficina donde ya me estaba esperando el rector, recibí nuevamente uno de aquellos tantos mensajes que me llegaban a diario en donde me decían que mi hermana se revolcaba con media universidad. En ese momento me enviaron una fotografía, supongo que la persona que lo hacía no me conocía y no estaba enterada de que yo estaba en el lugar.—Él es mi novio, tu hermanastra me lo está quitando. —Decía el mensaje— Mi sangre se alborotó, esc
Mis ojos no dejan de ver a ese hombre, es imposible olvidarme de él aunque lo intente, pero su mirada llena de odio me dice que él ya se ha olvidado de mí, de lo que un día hubo entre nosotros.Y no es que yo esté dispuesta a rogarle su amor o a reclamarle porqué me abandonó, eso jamás. Pero mis razones sí que las tengo para admitir que me siento demasiado contenta de que él haya regresado, esa es la mayor felicidad que he sentido en muchos años.—Señorita, si no está preparada para estar aquí, puede retirarse. —Me dijo con aquella voz gélida y sus ojos inyectados de odio se volvieron hacia mí. Me reconoce, sí, me reconoce y aún está molesto por el pasado. Pero cuando le dé la noticia que tanto he esperado por decirle sé que se pondrá muy feliz y me ayudará en todo lo que necesito.—Yo… yo estoy lista, doctor. —dije, al inicio titubeando para luego mostrarme fuerte y hacerle saber que su desprecio no me afecta.Estuvimos tres personas asistiéndolo, yo casi no hice nada porque él me ig
Andy me trató de loca y se burló en mi cara por decir que tenemos un hijo, incluso mencionó que yo donde debería estar es en el psiquiátrico porque mi mente está deambulando cosas sin sentido. Me dio la espalda, era de esperarse, aunque en el fondo de mi corazón suplicaba que me creyera y tal vez se emocionara por la noticia y preguntara desesperadamente donde se encuentra ahora nuestro hijo.Salió del cubículo y también corrí detrás de él, no me rendiré, haré lo que sea para que él me escuche y me crea, me urge recuperar al hijo que fue prácticamente arrebatado de mi vientre por mi propia madre.— Andy, juro que hasta en tus sueños me verás acusándote de ser el culpable si a nuestro hijo le pasa algo. —Continué hablando y siguiendo sus pasos hasta que entramos en la sala de quirófano.No sé por qué, pero me entró curiosidad por leer lo que contiene el expediente del paciente. Anteriormente, Andy le dio un vistazo, pero no se mostró alterado ni conmovido, no nos dijo nada a sus ayudan
Andy se nota aburrido de mí, pero en ese momento yo sonreí porque me doy cuenta de que no ha perdido la memoria.— ¿O sea que si me recuerdas y pretendes hacerme pasar como una loca? —cuestioné.— Raquel, no tengo tiempo para perderlo contigo, lo sabes. Por favor aléjate de mí, lo que estás haciendo se llama acoso y créeme que es una enfermedad que te hará mucho daño.— Solo quiero recuperar a mi hijo, Andy. Te esperé por mucho tiempo, aunque solo fuera hablar por teléfono para contarte que…— Señorita, vuelvo y repito. Ve a que un especialista te evalúe, tú no estás bien de la cabeza. Primero me dijiste que tienes un hijo, pero que está secuestrado. Ahora me dices que el bebé que acabo de operar es tu hijo. Por favor, Raquel, no seas estúpida. Ese niño es nuestro hermanito. Mi padre y tu madre me confesaron al salir del quirófano que lo dieron a luz después de que yo me fui al extranjero.Ya para con tus alucinaciones, si sigues así, tendrás que irte de mi clínica, no voy a permitir
Por más insultos y desprecios que reciba de Andy no me rendiré, no lo quiero hacer, no me importa si me toca que suplicarle de rodillas o arrastrarme, una madre por su hijo hace hasta lo imposible.—Te voy a despedir, Raquel, no me dejas otra opción. —fue lo siguiente que dijo, sentí que morí con esas palabras, él me va a terminar matando con su indiferencia.—Hazlo Andy. Ya no tengo fuerzas para continuar peleando sola, mi corazón ya no soporta estar sin mi bebé, a pesar de que juré no rendirme pero…La chica colocó su mano en su pecho a modo de presionarlo, hizo un sonido fuerte con su boca para de pronto caer.—Deja de fingir Raquel. No conseguirás que yo caiga en tus mentiras de nuevo, te amé hace unos años, pero tú me engañaste con tu compañero de clase, ahora no te hagas la víctima y entiende que ya no vales nada para mí.¡Raquel, levántate, por favor! —Fueron las últimas palabras que logré escuchar, creo que… ya me fui de este mundo.Al ver que la chica no respondía después de