Saber que para mi madre solo he sido un fracaso desde que mi padre nos abandonó no es nada fácil de admitir. Aunque, ahora ella se ha ganado la lotería al casarse con un hombre multimillonario al que es obvio que solo quiere por su dinero.
Mi ahora padrastro tiene un hijo que es un par de años mayor que mí, y aunque no lo conozco, tengo miedo de que no me acepte en su círculo familiar y nos acuse a mi madre y a mí de ser unas oportunistas.
—Raquel, ahora que eres mi hija, quiero que conozcas a mi hijo. Esta noche vendrá a nuestra casa a cenar. —Me informó mi padrastro.
—Está bien, señor. —Acepté, con nervios, al saber que por fin conoceré a su famoso hijo, al que tanto elogia que le va muy bien con sus estudios en el extranjero.
—Recuerda que él es tu hermano mayor desde que tu madre y yo nos casamos y debes de respetarlo como tal. No quiero que en algún momento los rumores digan que mis hijos han cometido el pecado de enredarse entre las sábanas. —Me advirtió en modo de broma.
—No se preocupe, señor. —Le respondí— Me sentí humillada y a la vez enfadada por su insinuación. ¿Acaso cree que su hijo es el único hombre en el mundo? En fin, no le puedo decir lo que pienso porque seguro mi madre dirá que soy una malcriada por decir la verdad.
Finalmente, se llegó la hora de conocer al tesoro que mi padrastro cela y que teme que yo se lo arrebate, ja, si supiera que en vez de estar contenta estoy que me muero de los nervios porque admito que no es fácil usurpar un lugar que solo a él le pertenece en esta mansión por ser hijo único.
—¡Bienvenido a tu hogar, hijo! —Escuché cuando mi padrastro lo saludó.
—Gracias padre, he vuelto y estoy ansioso por conocer a la niña que se ha convertido en mi hermanita. —Dijo una voz ruda que me hizo estremecer. Ha dicho niña, ¿me considera una niña aun cuando tengo dieciocho años cumplidos? Ah, pongo los ojos en blanco por tremenda estupidez de ese hombre.
—Espera, ¿no me vas a presentar a la joven que te acompaña?
—Oh, sí, lo lamento, ella es mi novia, papá. Me olvidé de presentarlos por la emoción de conocer a la niña, sabes que me hace mucha gracia ser el hermano mayor.
Pensé que ese hombre estaría molesto con mi presencia, pero al parecer está emocionado por conocerme. Por suerte, ha venido acompañado de su novia, de lo contrario su padre me sentaría como una patada en el trasero.
Mi madre estaba con su esposo para recibir a mi hermanastro, yo me quedé sentada en la sala y desde allí escucho lo que están hablando. Pronto todos regresan y entonces yo volteo la mirada hacia ellos, pero mis ojos pecaminosos van directamente hacia él; joder, trago saliva con dificultad, ese hombre parece muy maduro a pesar de que solo es mayor por cuatro años.
Mi vista lo recorre de pie a cabeza en silencio, es el hombre más bello que he visto en mi vida y…
—Pensé que era una niña, así me lo dijiste, papá. —Reclama con enfado y logra librarme de mis pensamientos estúpidos.
—Es una niña, es tu hermanita menor. —Repite su padre.
—Ya veo, padre. La niña que tengo delante de mí, no necesita de mi protección, y yo que me había ilusionado con tomarla de la mano y llevarla al parque a jugar, en fin, es un placer ser tu hermano mayor.
Dijo, de mala gana, con voz poco audible y también se notaba molesto. Se fue a su habitación junto a su novia, sabía que no le caería bien en cuanto me conociera.
Esa noche pedí que me llevaran la cena a mi habitación porque no quería bajar y estar con mi hermanastro que por cierto se llama Andy. Sin embargo, el esposo de mi madre insistió en que tenía que comer en la mesa familiar, me hice la dura y me quejé de estar enferma del estómago, solo así me dejaron en paz.
A media noche sentía mucha hambre, no había probado bocado y todo por huir de ese hombre al que no le agrado. Bajé a la cocina y me preparé un sándwich de jamón y queso y comencé a disfrutarlo hasta con los ojos cerrados.
—Por lo que se ve está muy delicioso.
Abrí los ojos de golpe cuando escuché la voz de Andy, casi me atraganto al ver que me mira con picardía, pero me supe controlar.
—Lo siento, estoy invadiendo tu espacio, ya me voy a mi habitación. —hablé con nerviosismo al percatarme de que él anda solo en bóxer.
—Espera, nadie te está echando de aquí. También he bajado porque muero de hambre, por suerte he encontrado a mi hermanita para que me prepare algo de comer.
—¿Estás de broma? —Pregunto muy seria.
—No. Dame ese pedazo de pan por mientras está listo el mío. —Dice, sin darme tiempo a replicar, me quitó la mitad que aún me faltaba por terminar.
—Mmm, delicioso. —Comenta al primer mordisco y yo me siento avergonzada, pero aun así le preparé uno a él e hice uno más para mí.
—Juro que le creí a mi padre cuando me dijo que eras una niña. —Confiesa y se le dibuja una sonrisa en su bello rostro. —Jamás imaginé encontrarme con una adolescente que seguramente me sacará canas verdes cada vez que me presente a un novio. —Bromea.
Sonríe de lado y niega con la cabeza como si desde ya se lo está imaginando.
—¿Te parece divertido? —Cuestiono, alzando una ceja—. Parece que le has hecho caso a tu padre cuando te dijo que me tendrías que cuidar. Pero no, no soy una niña, Andy, soy una joven independiente y acostumbrada a cuidarse sola. —Digo, con ganas de gritarle en la cara, pero no puedo, porque todo el mundo se despertará por el escándalo.
—Lo siento por ti, pero como hermano mayor mi deber es protegerte, aunque mi padre no me lo pida, lo haré. —Me reta, y yo que me quedo embobada viendo los tatuajes que adornan su pecho.
—Espero que tus vacaciones terminen pronto y regreses a tus estudios, ¡no te soporto! —Exclamé, dando la vuelta para marcharme.
—Escúchame bien, princesa. No me iré de este lugar, no cuando tú estás en la etapa en que los muchachos de tu instituto se pelearán por estar contigo, te dañarán el corazón y yo no lo pienso permitir, ¿me has entendido? —susurra en mi oído, provocando que un escalofrío recorra todo mi cuerpo.
Dejé a Andy en la cocina y yo corrí a mi habitación, el brazo me duele porque me presionó con fuerza para detenerme. Mi corazón late acelerado y en mi mente lo maldigo por ser tan guapo… tan jodidamente sexi y protector.
Sí, eso es, él es protector con su hermanita, no permitiré que otros pensamientos sin sentido ronden por mi cabeza.
Esta mañana Andy se levantó muy temprano y lo primero que hizo fue preguntar por mí. Lo sé porque justo en ese momento yo me estaba acercando a la mesa y lo escuché, me puse nerviosa con la mirada de reproche que su padre le dio. Mi madre al verme llegar me tomó del brazo amablemente y me pidió que la acompañara, claro que ella finge hablarme con palabras bonitas delante de estos millonarios.Allá donde nadie nos escuchaba me advirtió de que me anduviera con cuidado y que no le diera motivos de disgusto a su esposo millonario.—Si esta vez pierdo a este hombre, te juro que te irá mucho peor de lo que ya has vivido. —Me amenazó.—Mamá, has visto que su novia está en casa. ¿Cómo te atreves a pensar que yo voy a seducir a mi hermanastro? Además…—¿Sucede algo? Nos interrumpió Andy— Mi padre me envía a decirles que el desayuno se está enfriando. —agregó antes de que una de las dos le contestara.—¿Qué te ha dicho tu madre? La he notado molesta. —Interroga después de que ella se alejó. —¿T
La lluvia cae con fuerza y hace estremecer las paredes de la casa con aquellas ráfagas de truenos que pareciera que el cielo se está quebrando en pedazos. Andy me llamó para que saliera a cenar, pero yo no lo hice. No he salido de mi habitación desde que volvimos y no sé si él está enfadado o preocupado porque a cada momento viene a mi puerta y pregunta si me encuentro bien.—Pequeña, si sientes miedo o tienes hambre, solo llama a mi teléfono y vendré corriendo a atenderte.—Estoy bien, no necesito nada. Ve a descansar, hermano mayor. —Digo, tratándolo con respeto, eso es lo que él quiere.Pasaron las horas y él no volvió a aparecer, seguro se durmió y se olvidó de mí. La lluvia no cesa, cada vez es más fuerte y temo que en esa casa que está cerca del bosque aparezca un oso hambriento o quizá una manada de lobos aullando. Me estremezco al pensar en ello y decido hacer lo impensable.Tomé mi teléfono y con la linterna encendida fui a la habitación de Andy, rogando que la puerta estuvi
Le supliqué a mi madre para que desistieran de esa estúpida decisión, pero ella se mantiene firme a su palabra y lo único que me resta es arrodillarme ante mi padrastro y rogarle que no me arruine la vida siendo tan joven, mi sueño es ser una cirujana y más ahora que tengo el apoyo de Andy para cuando no le entienda a algo él ha dicho estar dispuesto a colaborar.Decidí no comentarle a mi hermanastro sobre lo que nuestros padres están planeando hacer en contra de mi voluntad, no quiero que él se preocupe por mí cuando ya tiene suficiente dolor de cabeza con su pasantía en el hospital.Esa tarde, cuando llegó, me llevaba chocolates, los dejó en el suelo a un lado de mi puerta y yo, como ya sabía que eso sucedería, estaba pendiente para tomarlos antes de que mi madre o su esposo los viera.—Entraré en tu habitación esta noche. Extraño el delicioso aroma de mi mujer, necesito una dosis de tus besos para calmar mis malestares. —Dice un mensaje de texto—. Yo sonrío embobada, también lo ext
Sabía que Andy era un loco, pero no me imaginaba que su locura llegaría al extremo de pedirme que nos casáramos para que nuestros padres no volvieran a cometer el error de buscarme un esposo sin mi consentimiento.—¿Qué pasa, mi pequeña? Te has quedado muda. —Me dice, sacándome de mis pensamientos.—¿Y si nos estamos equivocando y cometemos el peor error de nuestras vidas? ¿No crees que es muy apresurado todo esto?—Raquel, si hay un nosotros no habrá equivocación. Pero, si tú no estás muy convencida, esperaremos hasta que vuelva del extranjero, solo que para entonces quizá ya tengas novio y te hayas olvidado de mí. —comentó, deteniendo el auto porque piensa que yo no lo quiero hacer.—Vamos a casarnos como lo tenías planeado. —Dije con firmeza y temor a que un día él se olvide de mí. —Me encanta esa locura que estamos haciendo y anhelo desde ya ver la cara de nuestros padres cuando llegue la hora de que se sepa la verdad.Finalmente, llegamos al registro civil y nos casamos. No sé de
Cuatro años más tarde…AndyHan pasado cuatro años desde la última vez que tuve noticias de Raquel. Cuando tuvimos aquella discusión en su universidad decidí dejarla atrás y enfocarme en lo que me importaba, mi carrera como médico cirujano.En aquella ocasión me presenté en su facultad porque quería hablar con el rector sobre ella y conocer sus notas, necesitaba asegurarme de que a mi esposa le estuviese yendo bien con el estudio para que se convirtiera en una de las mejores cirujanas de este país. Ese era su sueño y yo se lo cumpliría.Antes de entrar a la oficina donde ya me estaba esperando el rector, recibí nuevamente uno de aquellos tantos mensajes que me llegaban a diario en donde me decían que mi hermana se revolcaba con media universidad. En ese momento me enviaron una fotografía, supongo que la persona que lo hacía no me conocía y no estaba enterada de que yo estaba en el lugar.—Él es mi novio, tu hermanastra me lo está quitando. —Decía el mensaje— Mi sangre se alborotó, esc
Mis ojos no dejan de ver a ese hombre, es imposible olvidarme de él aunque lo intente, pero su mirada llena de odio me dice que él ya se ha olvidado de mí, de lo que un día hubo entre nosotros.Y no es que yo esté dispuesta a rogarle su amor o a reclamarle porqué me abandonó, eso jamás. Pero mis razones sí que las tengo para admitir que me siento demasiado contenta de que él haya regresado, esa es la mayor felicidad que he sentido en muchos años.—Señorita, si no está preparada para estar aquí, puede retirarse. —Me dijo con aquella voz gélida y sus ojos inyectados de odio se volvieron hacia mí. Me reconoce, sí, me reconoce y aún está molesto por el pasado. Pero cuando le dé la noticia que tanto he esperado por decirle sé que se pondrá muy feliz y me ayudará en todo lo que necesito.—Yo… yo estoy lista, doctor. —dije, al inicio titubeando para luego mostrarme fuerte y hacerle saber que su desprecio no me afecta.Estuvimos tres personas asistiéndolo, yo casi no hice nada porque él me ig
Andy me trató de loca y se burló en mi cara por decir que tenemos un hijo, incluso mencionó que yo donde debería estar es en el psiquiátrico porque mi mente está deambulando cosas sin sentido. Me dio la espalda, era de esperarse, aunque en el fondo de mi corazón suplicaba que me creyera y tal vez se emocionara por la noticia y preguntara desesperadamente donde se encuentra ahora nuestro hijo.Salió del cubículo y también corrí detrás de él, no me rendiré, haré lo que sea para que él me escuche y me crea, me urge recuperar al hijo que fue prácticamente arrebatado de mi vientre por mi propia madre.— Andy, juro que hasta en tus sueños me verás acusándote de ser el culpable si a nuestro hijo le pasa algo. —Continué hablando y siguiendo sus pasos hasta que entramos en la sala de quirófano.No sé por qué, pero me entró curiosidad por leer lo que contiene el expediente del paciente. Anteriormente, Andy le dio un vistazo, pero no se mostró alterado ni conmovido, no nos dijo nada a sus ayudan
Andy se nota aburrido de mí, pero en ese momento yo sonreí porque me doy cuenta de que no ha perdido la memoria.— ¿O sea que si me recuerdas y pretendes hacerme pasar como una loca? —cuestioné.— Raquel, no tengo tiempo para perderlo contigo, lo sabes. Por favor aléjate de mí, lo que estás haciendo se llama acoso y créeme que es una enfermedad que te hará mucho daño.— Solo quiero recuperar a mi hijo, Andy. Te esperé por mucho tiempo, aunque solo fuera hablar por teléfono para contarte que…— Señorita, vuelvo y repito. Ve a que un especialista te evalúe, tú no estás bien de la cabeza. Primero me dijiste que tienes un hijo, pero que está secuestrado. Ahora me dices que el bebé que acabo de operar es tu hijo. Por favor, Raquel, no seas estúpida. Ese niño es nuestro hermanito. Mi padre y tu madre me confesaron al salir del quirófano que lo dieron a luz después de que yo me fui al extranjero.Ya para con tus alucinaciones, si sigues así, tendrás que irte de mi clínica, no voy a permitir