Le supliqué a mi madre para que desistieran de esa estúpida decisión, pero ella se mantiene firme a su palabra y lo único que me resta es arrodillarme ante mi padrastro y rogarle que no me arruine la vida siendo tan joven, mi sueño es ser una cirujana y más ahora que tengo el apoyo de Andy para cuando no le entienda a algo él ha dicho estar dispuesto a colaborar.
Decidí no comentarle a mi hermanastro sobre lo que nuestros padres están planeando hacer en contra de mi voluntad, no quiero que él se preocupe por mí cuando ya tiene suficiente dolor de cabeza con su pasantía en el hospital.
Esa tarde, cuando llegó, me llevaba chocolates, los dejó en el suelo a un lado de mi puerta y yo, como ya sabía que eso sucedería, estaba pendiente para tomarlos antes de que mi madre o su esposo los viera.
—Entraré en tu habitación esta noche. Extraño el delicioso aroma de mi mujer, necesito una dosis de tus besos para calmar mis malestares. —Dice un mensaje de texto—. Yo sonrío embobada, también lo extraño, pero este no es un buen momento para vernos a escondidas. Estoy estresada y no quiero que él note que algo no va bien conmigo.
Hablé con mi padrastro cuando llegó de la empresa, me dijo que no puede hacer nada al respecto, ya que es mi madre la que le ha pedido buscarme un esposo. Por primera vez maldije a mi madre, a esa señora que nunca ha merecido ser llamada de esa forma.
Me fui a la cama con toda la decepción del mundo. Cerré el cuarto con llave por si el desobediente de Andy pretendía entrar después de que le dije que esta noche no nos veremos.
Al día siguiente llegaron los invitados de mis padres, se nota que tienen dinero y son una familia pudiente, aunque no más que mi padrastro.
—Esta es mi hija. ¿Verdad que es hermosa? —Dijo mi madre y yo la observé con recelo y asco. Luego mi mirada se dirigió a la puerta principal, Andy venía entrando y mi padrastro lo invitó a sentarse con nosotros.
—¿Quiénes son ellos, padre? No recuerdo haberlos visto anteriormente. —Dijo, sentándose a mi lado. Ambos estamos en el mismo sofá en donde hace unos días hicimos el amor con mucha pasión.
—Ellos muy pronto pasarán a formar parte de nuestra familia, nuestra pequeña Raquel se casará con este joven, han venido a pedir su mano y por supuesto que nosotros aceptaremos que este matrimonio se lleve a cabo con nuestra bendición. —Explicó mi padrastro. Vi como Andy apretó sus manos en puño, él no se quedará callado.
—¡Hermana, explícame qué significa esto! —Gritó muy molesto dirigiéndose a mi persona.
—Ellos lo han organizado todo, —sollocé—. Les he rogado para que no lo hagan, pero insisten en que es lo mejor para mí. Hermano, no quiero esto, soy muy pequeña todavía. —Me quejé, sabiendo que Andy no se quedará de brazos cruzados.
—Papá, podemos hablar un momento. —solicitó.
—Hijo...
—Por favor, papá, ven.
A regañadientes mi padrastro se fue tras su hijo. Andy está muy molesto y eso recaerá sobre mí, es seguro que mi madre me dirá nuevamente que soy una buena para nada que solo le sirvo de estorbo en su vida desde que nací.
Estoy nerviosa, mis manos no dejan de temblar mientras juego con los dedos. No sé qué le estará diciendo Andy a su padre, no se escucha nada y mis ganas de ir a espiar me están ganando. Mi madre me detiene con su mirada asesina cuando yo hago el intento de levantarme. Ella sabe que el hijo de su marido millonario hará lo que sea para mantenerme a salvo, sé que sospecha de algo, pero por alguna razón se mantiene en silencio.
Los hombres regresan, no se les ve buena cara y sé que nada anda bien. Mis ojos se ponen llorosos y mis lágrimas pronto bañan mis mejillas, soy una desgraciada, no hay nadie en este mundo que pueda velar por mí y ahora me tendré que casar por la fuerza.
Andy no se sienta, se arrepiente y se va para su habitación, yo me siento terrible porque ni siquiera él me pudo ayudar y convencer a su propio padre de que no tome decisiones sobre mí.
—Señores, les pido disculpas con sinceridad. He hablado con mi hijo y creo que él tiene razón. Mi hija apenas ha cumplido su mayoría de edad y no podemos hacer nada en contra de su voluntad.
Siento como mi alma regresa a mi cuerpo, suspiré de felicidad y no me quedé a escuchar más y me fui corriendo a buscar a Andy, tenía que agradecerle por haberme salvado el pellejo en esta ocasión.
—Andy, ¿puedo pasar? —Dije, después de tocar la puerta con los nudillos.
Él, como que ya me estaba esperando, abrió de golpe la puerta y me abrazó con mucha fuerza que hasta me elevó del suelo.
—Mi pequeña, ¿qué tontera ha sido esa? Por poco te pierdo y sin darme cuenta.
—Perdóname por no haberlo dicho, lo supe ayer, estaba tan devastada que no tuve valor suficiente.
—Nadie te va a separar de mí. Te amo tanto, mi pequeña hermanita. —él ha dicho que me ama, es la primera vez que me lo dice y yo me siento en las nubes, estoy muy feliz.
Le dije que me soltara porque me iría a mi habitación, desde allí nos comunicaríamos por mensaje de texto para no levantar sospechas, aunque no quería soltar mis labios de los suyos, pero era necesario.
—Raquel, me iré del país. Nuestros padres ya tienen sus sospechas por nuestra cercanía a diario, de lo contrario no habrían planeado tal locura. Continuaré mi pasantía en el extranjero.
—¡Qué! ¿Me dejarás sola para que hagan conmigo lo que quieran?
—No, pequeño bombón. Ese fue el trato que hice con mi padre, jamás te volverán a molestar. A cambio de eso acepté irme lejos, según él desde la distancia no podremos estar cerca, aunque le he insistido que te quiero como a una hermana y que amo a mi novia.
—Ellos no nos quieren juntos, Andy, estamos cometiendo un grave pecado. Imagínate si ellos descubren que sus sospechas son verdaderas.
—No somos hermanos, no llevamos la misma sangre. Un día ellos lo van a entender y nos aceptarán al ver que nos amamos y que no podemos vivir sin el otro.
—¿Prometes que será así?
—Lo prometo, pequeña mía.
Estuvimos chateando un rato más, me siento mal de que por mi culpa él tenga que alejarse de su padre y de mí.
Al día siguiente, a primera hora, se despidió de todos y con maleta en mano se marchó. Mi corazón se hizo chiquito, pero tendré que soportarlo. Me fui a vestir para ir a la universidad, prefería estar allá que estar en casa y ver todo el día el rostro amargo de mi madre.
—¿Que sucede, por qué detienes el auto? —Pregunté asustada al conductor, pues a mitad camino se estacionó y se bajó.
—¿Acaso no quieres que yo te lleve a la universidad? —Preguntó una voz distinta al chofer.
—¿Andy?, mi amor. —Dije con emoción y me pasé al asiento del copiloto para abrazarlo y besarlo.
—Pensé que ya estabas volando.
—¿Irme sin despedirme de mi pequeña? No soy capaz de hacer eso, mi corazón no lo soportaría. —Dijo con una sonrisa contagiosa.
—¿Cuándo nos volveremos a ver? —quise saber, mi ansiedad me mata.
—¿Dejarás a tu estúpido novio?
—Ya lo he dejado y lo sabes. Bueno, en realidad me di cuenta de que él tenía novia y en vacaciones se fue con ella para presentarla a su familia.
—Te dije que ese idiota no te convenía.
—Y tú, ¿dejarás a tu novia?
—Lo haré.
Pero quiero que hagamos algo, aunque parezca una locura, es lo mejor para que nuestros padres jamás se interpongan entre nosotros.
—¿De qué se trata?
—Nos casaremos a escondidas de todo el mundo.
—¡Qué! ¿Casarnos? ¿Cuándo?
—Ahora mismo.
Sabía que Andy era un loco, pero no me imaginaba que su locura llegaría al extremo de pedirme que nos casáramos para que nuestros padres no volvieran a cometer el error de buscarme un esposo sin mi consentimiento.—¿Qué pasa, mi pequeña? Te has quedado muda. —Me dice, sacándome de mis pensamientos.—¿Y si nos estamos equivocando y cometemos el peor error de nuestras vidas? ¿No crees que es muy apresurado todo esto?—Raquel, si hay un nosotros no habrá equivocación. Pero, si tú no estás muy convencida, esperaremos hasta que vuelva del extranjero, solo que para entonces quizá ya tengas novio y te hayas olvidado de mí. —comentó, deteniendo el auto porque piensa que yo no lo quiero hacer.—Vamos a casarnos como lo tenías planeado. —Dije con firmeza y temor a que un día él se olvide de mí. —Me encanta esa locura que estamos haciendo y anhelo desde ya ver la cara de nuestros padres cuando llegue la hora de que se sepa la verdad.Finalmente, llegamos al registro civil y nos casamos. No sé de
Cuatro años más tarde…AndyHan pasado cuatro años desde la última vez que tuve noticias de Raquel. Cuando tuvimos aquella discusión en su universidad decidí dejarla atrás y enfocarme en lo que me importaba, mi carrera como médico cirujano.En aquella ocasión me presenté en su facultad porque quería hablar con el rector sobre ella y conocer sus notas, necesitaba asegurarme de que a mi esposa le estuviese yendo bien con el estudio para que se convirtiera en una de las mejores cirujanas de este país. Ese era su sueño y yo se lo cumpliría.Antes de entrar a la oficina donde ya me estaba esperando el rector, recibí nuevamente uno de aquellos tantos mensajes que me llegaban a diario en donde me decían que mi hermana se revolcaba con media universidad. En ese momento me enviaron una fotografía, supongo que la persona que lo hacía no me conocía y no estaba enterada de que yo estaba en el lugar.—Él es mi novio, tu hermanastra me lo está quitando. —Decía el mensaje— Mi sangre se alborotó, esc
Mis ojos no dejan de ver a ese hombre, es imposible olvidarme de él aunque lo intente, pero su mirada llena de odio me dice que él ya se ha olvidado de mí, de lo que un día hubo entre nosotros.Y no es que yo esté dispuesta a rogarle su amor o a reclamarle porqué me abandonó, eso jamás. Pero mis razones sí que las tengo para admitir que me siento demasiado contenta de que él haya regresado, esa es la mayor felicidad que he sentido en muchos años.—Señorita, si no está preparada para estar aquí, puede retirarse. —Me dijo con aquella voz gélida y sus ojos inyectados de odio se volvieron hacia mí. Me reconoce, sí, me reconoce y aún está molesto por el pasado. Pero cuando le dé la noticia que tanto he esperado por decirle sé que se pondrá muy feliz y me ayudará en todo lo que necesito.—Yo… yo estoy lista, doctor. —dije, al inicio titubeando para luego mostrarme fuerte y hacerle saber que su desprecio no me afecta.Estuvimos tres personas asistiéndolo, yo casi no hice nada porque él me ig
Andy me trató de loca y se burló en mi cara por decir que tenemos un hijo, incluso mencionó que yo donde debería estar es en el psiquiátrico porque mi mente está deambulando cosas sin sentido. Me dio la espalda, era de esperarse, aunque en el fondo de mi corazón suplicaba que me creyera y tal vez se emocionara por la noticia y preguntara desesperadamente donde se encuentra ahora nuestro hijo.Salió del cubículo y también corrí detrás de él, no me rendiré, haré lo que sea para que él me escuche y me crea, me urge recuperar al hijo que fue prácticamente arrebatado de mi vientre por mi propia madre.— Andy, juro que hasta en tus sueños me verás acusándote de ser el culpable si a nuestro hijo le pasa algo. —Continué hablando y siguiendo sus pasos hasta que entramos en la sala de quirófano.No sé por qué, pero me entró curiosidad por leer lo que contiene el expediente del paciente. Anteriormente, Andy le dio un vistazo, pero no se mostró alterado ni conmovido, no nos dijo nada a sus ayudan
Andy se nota aburrido de mí, pero en ese momento yo sonreí porque me doy cuenta de que no ha perdido la memoria.— ¿O sea que si me recuerdas y pretendes hacerme pasar como una loca? —cuestioné.— Raquel, no tengo tiempo para perderlo contigo, lo sabes. Por favor aléjate de mí, lo que estás haciendo se llama acoso y créeme que es una enfermedad que te hará mucho daño.— Solo quiero recuperar a mi hijo, Andy. Te esperé por mucho tiempo, aunque solo fuera hablar por teléfono para contarte que…— Señorita, vuelvo y repito. Ve a que un especialista te evalúe, tú no estás bien de la cabeza. Primero me dijiste que tienes un hijo, pero que está secuestrado. Ahora me dices que el bebé que acabo de operar es tu hijo. Por favor, Raquel, no seas estúpida. Ese niño es nuestro hermanito. Mi padre y tu madre me confesaron al salir del quirófano que lo dieron a luz después de que yo me fui al extranjero.Ya para con tus alucinaciones, si sigues así, tendrás que irte de mi clínica, no voy a permitir
Por más insultos y desprecios que reciba de Andy no me rendiré, no lo quiero hacer, no me importa si me toca que suplicarle de rodillas o arrastrarme, una madre por su hijo hace hasta lo imposible.—Te voy a despedir, Raquel, no me dejas otra opción. —fue lo siguiente que dijo, sentí que morí con esas palabras, él me va a terminar matando con su indiferencia.—Hazlo Andy. Ya no tengo fuerzas para continuar peleando sola, mi corazón ya no soporta estar sin mi bebé, a pesar de que juré no rendirme pero…La chica colocó su mano en su pecho a modo de presionarlo, hizo un sonido fuerte con su boca para de pronto caer.—Deja de fingir Raquel. No conseguirás que yo caiga en tus mentiras de nuevo, te amé hace unos años, pero tú me engañaste con tu compañero de clase, ahora no te hagas la víctima y entiende que ya no vales nada para mí.¡Raquel, levántate, por favor! —Fueron las últimas palabras que logré escuchar, creo que… ya me fui de este mundo.Al ver que la chica no respondía después de
Andy la observa con dulzura, el enojo que hay en su corazón ha desaparecido con solo imaginar que la vida estuvo a punto de quitarle a su querida hermanastra, a su única esposa.—Déjame decirte que no creo en tus palabras, lo más seguro es que quieres hacerme regresar a tu vida y crees que mintiéndome lo lograrás. —expresó, para posteriormente retirarse. Le duele el alma ver al amor de su vida en ese estado, pero también le duele haber sido rechazado y engañado en el pasado.En la clínica todos lamentan el incidente de la doctora hermosa, así la llaman. Nadie se imaginó que sufriría un ataque al corazón que estuvo a punto de enviarla al otro mundo, principalmente los del área de cirugía lamentan que ya hayan pasado dos días y ella no despierte, lo cual genera preocupación.Andy también está preocupado, ya que en la hoja de vida que Raquel presentó para ser aceptada como médico interno no menciona el nombre de algún familiar. Si brinda su dirección actual, su estado civil como soltera
Andy se ha quedado sorprendido por la confesión que la señora le está haciendo y está interesado en saber mucho más de su querida hermanastra.—Ah, y eso no es todo —continuó—. Mire joven, le voy a confesar el mayor secreto de esa joven, pero lo hago para que usted se apiade de ella y le aumente su sueldo o quizá también le pueda ayudar a recuperar su hijo.—¿Hijo? ¿Raquel tiene un hijo? —indaga, y eso le ha caído como un balde de agua fría que le congela hasta las entrañas al enterarse de que su esposa no mintió cuando le dijo que aquel bebé era el suyo.—Sí. Ella nos contó que se casó con un hombre que la abandonó para irse al extranjero. Ella quedó embarazada y sus padres al descubrirlo le quitaron a su hijo. Nunca nos ha contado a detalle la historia porque llora mucho y también está bajo amenaza de sus padres que si cuenta le harán daño, aunque quizá ellos ni saben que su hija vive en este mugrerío desde que la echaron de su casa.Andy sintió que su corazón se le apachurró con es