No me gustaba el rumbo que estaba tomando su conversación. Mi hermanastro me observaba de una manera muy distinta a lo habitual.—Andy, ¿estás borracho? ¿Te estás escuchando lo que me estás reclamando? —cuestioné.—No estoy borracho. Me desaparecí toda la tarde para que nuestros padres no estuvieran al pendiente de nosotros. —confesó, y claro que eso era bueno, tenía lógica el muy cabrón.—Me voy, no es saludable que estemos a solas.—¿Por qué no? —cuestionó acercándose aún más, acarició mi rostro y me dio una mirada tierna y… lujuriosa.—Por… porque…Mis palabras fueron interrumpidas por sus labios. ¡Me está besando! Joder, el papacito que tengo como hermanastro me está besando y yo estoy… juro que estoy babeando por él.—Andy, Andy, nos pueden…—Olvídate del resto del mundo. Haz de cuentas que afuera no hay nadie y que en esta isla solo la habitamos tú y yo. —Susurró.Un gemido salió de lo más profundo de mi ser, me estaba encantando lo que estaba sucediendo, aunque tenía mucho mied
Todo fue muy bonito, mi primera vez me encantó, él fue muy generoso. A pesar de que en el principio fue un poco difícil que su miembro entrara por completo, finalmente mi zona se relajó, lo recibió, haciendo que ya no sintiera dolor como al inicio.Un par de horas después me fue a dejar a mi cabaña, no podía quedarme a pasar la noche allí porque nuestros padres nos podían ver. Juro que en ese momento yo caminaba como pingüino, ese hombre me había dejado adolorida pero demasiado satisfecha.ACTUALIDAD Vamos en el auto, el camino ha sido bastante largo y, parece que estas calles llenas de olivos a su alrededor ya las he recorrido anteriormente. No le puse atención y me concentré en ver a mi bebé que duerme como si el movimiento del auto o la música no le afectaran.Este día es mi cumpleaños. Me siento triste porque Andy ya lo olvidó, aunque fue muy poco el tiempo que compartimos en el pasado, pero por lo menos un feliz cumpleaños le pudo haber salido de
Me estremecí al verlo, quise pasar a un lado de mi maldito hermanastro e ignorarlo, pero él se volvió a poner frente a nosotros.—¡Papá! —gritó mi hijo con felicidad. ¿Has terminado el trabajo? —preguntó con dulzura, recordando que yo le había mencionado eso. —Acompáñanos a nadar, a mamá le da miedo la profundidad. —Dijo en el oído, pero yo siempre lo escuché.—Está bien, nadaremos en lo más profundo del mar. Dijo, y yo sonreí al ver la felicidad de mi pequeño.—¿Qué haces aquí con el niño? ¿Qué tal si nuestros padres te encuentran? —me regañó, se notaba muy preocupado. —Te estuve llamando desde hace rato, ¿por qué no contestabas el maldito teléfono? —cuestionó molesto.Esa reacción de Andy puso en alerta a Brenda, que nos observaba a ambos con mirada confundida.—¿Cómo así? ¿Por qué tienen miedo de que mis suegros se aparezcan aquí? —cuestionó Brenda, sin entender nuestros putos secretos.—No es eso, cariño. —Maldición, vuelve a tratarla bonito delante de mí—. Lo que sucede es que el
La hora de la cena se acercaba y yo estaba muy nerviosa. Vestí a mi hijo primero para luego hacerlo yo. Un poco de maquillaje que casi ni se notaba, y un vestido largo y suelto con un par de sandalias fue mi atuendo.Andy había quedado de venirnos a recoger a la cabaña, esperé por un par de minutos hasta que al fin apareció. Quise reprocharle, pero no, este era mi día especial y él se había esforzado por complacerme, no podía estar molesta por algo tan insignificante.—¿Están listos? —preguntó, dándome una ligera mirada de pie a cabeza.—Sí, respondí con una sonrisa que él ignoró y dirigió su atención a nuestro hijo.—¡Pequeño, estás precioso! Y mira, estamos vestidos de la misma manera. —comentó, brindándole una tierna sonrisa.Yo volteé a verlos a ambos y sí, en efecto, los dos vestían camisa azul celeste y pantalón negro.—Lo siento, esto se trata de una coincidencia. —Dije, haciéndole saber de qué nada había sido planeado.—No importa, me encanta que mi hijo y yo vayamos así. —dij
Ya estaba a punto de entregarme en los brazos de Morfeo cuando mi teléfono vibró con insistencia. No tenía a nadie para que me llamara a esa hora y por eso no me interesaba levantarme y responder.Lo había dejado separado de mi cama; quien sea que estuviera llamando ya me estaba hartando por su insistencia. A regañadientes me levanté dispuesta a apagarlo. Era Andy el que me estaba llamando, me preocupé porque había llamado en varias ocasiones, respondí, mi corazón se aceleró al pensar que quizá tendría noticias sobre nuestros padres.—¿Qué sucede? —Atendí de inmediato.—Estoy afuera de tu cabaña, ¿puedo pasar un segundo para darle el beso de buenas noches a mi hijo?—Es tarde y él ya está dormido, da igual si le deseas buenas noches o no.—No da igual, sabes que ya se me hizo una costumbre de cada noche. No podré dormir si ahora no lo hago. Por favor, Raquel, te lo suplico con el corazón en la mano.En otra ocasión diría que él está borracho, pero no es así. Su voz suena sobria y perf
Traté de protestar por negarse a que nos divorciemos, pero él no lo permitió. Quería decirle que él estaba loco y arriesgando su relación con su amor del pasado.Fue a ella que conoció primero y obviamente es a quien ama, de eso no hay duda. Me ha quedado claro desde que regresó y me echó en cara que están juntos desde que nos separamos, aunque me duele, pero esa es la realidad.Andy me besó, desde hace tantos años estaba deseando un beso de sus seductores labios. Ahora está sucediendo, pero no, esto no está bien. Él está jugando con dos mujeres y yo no seré parte de su estúpido juego.—¡Suéltame! —Pedí. Empujándolo con fuerza y haciéndolo caer, provocando que se lastime a un lado de la frente con la esquina de la mesa.—Lo siento, lo siento. —Me disculpé al ver un hilo de sangre que se asomaba.—Tranquila, despertarás al bebé. —Dijo, tratando de calmar mi estúpida reacción.—Siéntate en la cama, te voy a curar. ¡Ah, lo siento mucho, es mi culpa! —repetí. Realmente avergonzada. Pero e
En ese momento se me insinuó para que tuviéramos sexo. Pero no, jamás aceptaría estar con él nuevamente cuando me abandonó por ir detrás de Brenda.—Por favor, mi vida. Te deseo, desde que nos reencontramos, te deseo tanto que no he dejado de pensar en ti.—Me ignoraste, dijiste que yo estaba loca, no vengas ahora a darte baños de santidad. —reproché al recordar nuestro primer encuentro en la clínica cuando él pidió que me sacaran de la sala de operaciones porque mi mente no estaba bien.—Yo no sabía que habíamos sido víctimas de nuestros padres. Te juro que todo este tiempo te maldije por haberme traicionado, nuestros padres son los culpables de nuestra separación.—Te dije que ellos no nos aceptarían, pero no, tú insististe en que nos casáramos y que todo estaría bien.—Perdóname, mi amor, fue una situación de celos que se me salió de las manos. Pero ahora estamos juntos de nuevo y podemos retomar nuestra vida desde donde la dejamos.—¿Tan fácil se te hace?—Cariño, solo recuerda lo
Cuando volví a despertar, me llevé el susto del día al ver que Andy seguía en la cama. Vi la hora en mi teléfono y, ¡joder! Las nueve de la mañana y este cabrón no se ha ido a su cabaña junto a Brenda.Lo desperté porque ya presentía que ella vendría a preguntar por él, ¿y qué mierda le diría? ¡Ah, mira, querida, tu amor durmió a mi lado porque somos marido y mujer! Ja, Andy, ¿en qué puros problemas me quieres meter? —Renegué en mi mente.—Buenos días, mi bella esposa. —saludó, abriendo sus ojos con pesadez. —Es la primera vez en años que duermo con tanta tranquilidad después de nuestra separación. —declaró.—Vete, Andy, no pierdas más el tiempo con tus mentiras porque no voy a creer en ellas.—Ah, me duele la herida que me hice por tu culpa. —se quejó—. Ayuda a colocarme una bendita. —Pidió. Se le veía fea el área, estaba un poco morada e inflamada. Me pregunto qué dirá en la clínica cuando los colegas quieran saber lo que sucedió.Tomé un poco de alcohol y la limpié para luego cubri