Capítulo 34: En el borde.

—Así que estas feliz, perra, te voy a recordar a quien le perteneces genuinamente. — dijo Kendrick rompiendo el camisón de su ex esposa.

Bernadette miró con horror como su ex esposo estaba encima de ella. ¿Cómo? ¿Por dónde había entrado? Asustada y sin poder gritar, sintió como Kendrick con la mano que le quedaba libre, rompía su camisón de seda. Luchando con todas sus fuerzas sin éxito alguno, estaba aterrada, vulnerable, y suplicaba que Henrick entrara en ese momento para rescatarla. Con asco, sentía como Kendrick que apestaba a alcohol, besaba su cuello y el nacimiento de sus pechos casi expuestos. Sintiéndose mareada, golpeaba con todo lo que tenía a ese hombre, hasta que finalmente una de sus patadas logro golpear en los bajos a ese hombre cruel y miserable que estaba a punto de…no quiso pensar en ello.

—¡Ayuda! — gritó con toda su fuerza, antes de ser nuevamente sometida por Kendrick, quien por la fuerza la besó y luego la mordió con tanta fiereza, que le hizo sangrar el labio.

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