—Bernadette Baskerville, ¿Quieres ser mi esposa? ¿Quieres darme el honor de ser tu quien me acompañe el resto de mi vida? —Bernadette sentía lágrimas de emoción acumulándose en sus ojos color violeta. Frente a ella, estaba arrodillado Henrick Godric con aquel hermoso anillo que reconoció al instante como el anillo que siempre usaba la madre de este. No sabía que decir; era casi como quedarse sin palabras, o que estas se quedaran atoradas en su garganta. Su mente peleaba desesperadamente contra los sentimientos que nacían a borbotones en su corazón, y entre la batalla entre su lógica que le gritaba que aquello no era correcto, y entre su alma que se emocionaba genuinamente por ese momento, sentía estar a punto de colapsar.Nublando su buen juicio, Bernadette asintió mientras un par de lágrimas brotaron desde sus ojos, como si aquella fuera la primera vez que recibía una hermosa propuesta. Henrick no había preparado un banquete extravagante, ni había invitado a grandes personajes de la
—Así que estas feliz, perra, te voy a recordar a quien le perteneces genuinamente. — dijo Kendrick rompiendo el camisón de su ex esposa.Bernadette miró con horror como su ex esposo estaba encima de ella. ¿Cómo? ¿Por dónde había entrado? Asustada y sin poder gritar, sintió como Kendrick con la mano que le quedaba libre, rompía su camisón de seda. Luchando con todas sus fuerzas sin éxito alguno, estaba aterrada, vulnerable, y suplicaba que Henrick entrara en ese momento para rescatarla. Con asco, sentía como Kendrick que apestaba a alcohol, besaba su cuello y el nacimiento de sus pechos casi expuestos. Sintiéndose mareada, golpeaba con todo lo que tenía a ese hombre, hasta que finalmente una de sus patadas logro golpear en los bajos a ese hombre cruel y miserable que estaba a punto de…no quiso pensar en ello.—¡Ayuda! — gritó con toda su fuerza, antes de ser nuevamente sometida por Kendrick, quien por la fuerza la besó y luego la mordió con tanta fiereza, que le hizo sangrar el labio.
Ya había amanecido completamente en la Villa Cottage.— Te estoy diciendo la verdad cariño, tengo mucho sueño, me daré un baño e iré a dormir, tu deberías hacer lo mismo. Hoy dormiré en la habitación de huéspedes que está libre. — respondió, y sin darle oportunidad a Chiara de reprocharle, se perdió en el pasillo a toda prisa.Chiara apretó los dientes. De ninguna manera se tragaba el cuento de que había peleado con su padre, además, ¿Porque la estaba evitando? Furiosa, subió a su habitación nuevamente. No sabía cómo, no sabía ni porque, pero estaba segura de que Bernadette Baskerville tenía que ver con lo que estaba ocurriendo.Tomando su celular, marcaba el número de su sirviente, el señor Wilson, quien era su segundo más leal después del fracaso de Sandra, sin embargo, no hubo respuesta alguna. Algo estaba mal, algo en la fría actitud de Kendrick, la había inquietado de sobremanera. Ahora más que nunca, necesitaba mantenerse en calma y mantenerse en donde con su esfuerzo se había c
—Chiara, es bueno tenerte entre nosotros, mi hijo ha estado un poco inquieto, me hablo de su pequeña travesura y me dijo que estabas molesta, pero hoy te ves tan radiante que no pareces disgustada. — dijo Kassius animado.Chiara dio una mirada rápida a su tía. Estaban listas. Caminando hacia Kendrick, le dio un beso en la frente y se sentó a su lado. Kendrick se notaba visiblemente incómodo.—Lamento haber causado molestias querido suegro, estuve pensando toda la noche en que fue muy injusto que usted quisiera ver a su nieto, y por mi capricho yo no lo permití, pero hoy hace la tarde es esplendida, pensé en que podríamos buscar un buen hospital para realizar la ecografía y pueda ver a su nieto, aunque temo que mi doctor de siempre no está disponible ahora mismo, así que, ¿Por qué no elige un hospital usted? Mi Kendrick tampoco ha podido ver en vivo a su hijo y hoy me siento mucho mejor. — sugirió animada.Kendrick se sorprendió al escuchar a su esposa decir aquello; no había dormido e
En el castillo de Devonshire, Henrick se preparaba para marcharse, era de noche, pero debía partir de inmediato a Londres. Bernadette, se mantuvo serena en la entrada del castillo, para despedir apropiadamente a su prometido.—Volveré dentro de dos días, por la mañana tú y Odette deben de partir al orfanato, la madre superiora te recibirá allí y los guardias reales ya tienen órdenes de custodiar el lugar. — dijo Henrick manteniéndose firme y sin mostrar afecto alguno ante los sirvientes. Con la servidumbre dividida, no sabían quienes estaban de su lado y quienes en su contra.—Está bien, su alteza. — respondió Bernadette, aunque por dentro, deseaba abrazarse de su prometido.Henrick tuvo que contener las ganas de besar a su futura esposa, pero sabía que debían de ser tan prudentes como les fuera posible. Acercándose a Henrick, Odette le entregó algo en las manos, y luego hablo en voz baja al futuro Duque de Devonshire ante la mirada juiciosa del resto de la servidumbre, que de inmedia
El día daba comienzo junto a un nuevo mes, y las verdes colinas se pintaban de colores en cada flor salvaje que parecía brillar como una gema a lo lejos. Bernadette observaba el paisaje desde la habitación que le habían asignado junto a Odette durante los días que se quedaría en el lugar a petición de Henrick. Aun se sentía con la mente nublada después del ataque que había sufrido en manos de Kendrick, incluso las pesadillas la habían asaltado las últimas dos noches. Tenía miedo de que ese hombre se apareciera por aquellas tierras para atacarla de nuevo. Caminando al baño, entró en la regadera esperando que el agua caliente le ayudara a despejar un poco de todo aquello que la estaba abrumando, tampoco había tenido más noticias de su madre y de su loca idea de casarla con un completo desconocido tan solo para ganar más privilegios.La vida de las personas como ella, estaba lejos de ser el ensueño que la mayoría de las personas imaginaban que era. Era una princesa no reconocida aun, y co
Las doce del mediodía ya habían pasado y las monjas preparaban la comida para todos los niños dentro del orfanato. Bernadette cuidaba de los pequeños junto con Odette y Charlotte mientras jugaban afuera y disfrutaban de la agradable tarde que apenas estaba comenzando.—Señorita bonita, mire, aquí hay un nido de golondrinas. — decía Oliver mientras intentaba alcanzar el nido.Acercándose, Bernadette le sonrió al pequeño; ver a Oliver y jugar con el de cierta manera le hacia sentir que en realidad no había perdido a su hijo y que todo aquello tan solo había sido una horrenda pesadilla…pero no podía escapar de su realidad, aunque lo deseara. Acariciando las mejillas sonrosadas del pequeño rubio, notó que este traía un pequeño pichón aun vivo entre sus manos.—¿Se ha caído del nido? — cuestionó la rubia.Oliver asintió. —Si, y creo que se le cayó a su mamita desde ese nido y está asustado, quiero subirlo, pero no puedo. — respondió.Bernadette miró lo alto de aquel árbol; no sería una lab
Henrick miraba aquel edificio en donde la dama Mérida Castle y su recién descubierta sobrina, se hospedaban bajo fuerte resguardo. Nadie, salvo el y William, sabían de la existencia de la niña, y había resuelto enviarla a Estados Unidos, tal y como Bernadette había sugerido. Que la niña existiera revelaba la moral retorcida de su hermano, pero aún no era momento de exponer tal cosa...menor involucrando a una inocente criatura que ni siquiera tenía un nombre propio. Subiendo al pent house donde las mantenía a salvo, aunque no iba solo. Tenía que terminar rápido con ello para luego ir a por Bernadette y llegar a tiempo a su celebración de compromiso.—Señor, ¿Qué está ocurriendo?, me ha hecho firmar varias cláusulas de privacidad y básicamente si abro la boca estaré perdido, ¿Por qué tanto misterio? ¿En dónde estamos? — cuestionó Harry, el secretario de Henrick.—Ya lo veremos, por lo pronto, te dejare a cargo de esto tan importante, y será mejor que tengas extremo cuidado en hacer todo