Parpadee varias veces sin poder creerlo. Era demasiada información la que debía procesar. Por un lado, el hombre por el que mi ex me había botado, simplemente la descartó. Quizás debería haberme alegrado, no obstante, la verdad es que me apenaba por lo que había pasado. A pesar de que ya no sentía nada por Nicole, no podía dejar de sentirme un poco responsable por la humillante situación que estaba viviendo.Y por otro, no podía creer que se hubiesen complotado para ir en contra de Fletcher, luchando por el máximo puesto político.No tenía idea de que le habían ofrecido a Callum, pero estaba seguro de que era algo muy grande como para que aceptase ser patrocinador de aquella cruzada.—¿A qué se refiriere exactamente; con el apoyo de mi familia? —Pregunté luego poner en orden lo que acababa de decir.—Financiaré la campaña de Acher, como candidato a presidente. —Intervino mi padre, alzando una ceja. —Se convertirá en mi candidato y va a ganar, eso puedo asegurarlo. —Callum que aún con
TessaAmelia no me parecía para nada la bruja malvada que me pintaba Cameron. Puede que fuese porque en aquel momento el único que me parecía un ogro malvado, era él. Mientras él me había dejado sola, aterrada y con el corazón hecho trizas. La mujer de su padre, intentó tranquilizarme, me dio agua y se comportó como una verdadera amiga.Cameron, no paraba de decirme que no confiase en ella, que me anduviese con cuidado porque era una arpía. Sin embargo, no me lo parecía.En cambio, me resultaba agradable, dulce y parecía entenderme, como si ya hubiese estado en mi lugar. —¿Qué crees que está pasando? —Le pregunté, cuando sentimos como las voces resonaban fuerte en la biblioteca a varios metros de donde nos encontrábamos en su habitación; la que compartía con el padre de Cameron.—Nada bueno, seguramente. —Dijo atusándose el cabello. —Siempre que se encierran en la biblioteca es lo mismo, pelean como perros y gatos. Luego Cameron sale furioso azotando la puerta para perderse nuevamen
CameronElla hablaba todo el tiempo, nunca se cansaba, ni se daba por vencida. Aunque me quejase por ello o estuviese terriblemente cansado y la escuchase a medias.Me contaba sobre sus libros, como si de eso dependiese su vida.Siempre tenía algo que decir, pero no esa noche, no después de todo lo ocurrido.Tessa continuaba a mi lado, pero una parte de ella, ya se había marchado.Un silencio incómodo y melancólico nos envolvió lentamente. Entonces, dándose por vencida, dejó caer su frente, pegándola al cristal, mientras nos movíamos en dirección a la casa de Landon, aunque ella todavía no lo sabía. Así fue hasta que comenzó a dormirse y yo sentí un enorme deseo de tirarme a un costado para llorar a lágrima viva, golpeando el volante hasta que los nudillos me sangrasen.Un par de veces a lo largo del camino, pensé en despertarla, porque aquella era probablemente nuestra última noche juntos y me parecía injusto no poder escucharla hablando de todo y nada por última vez. Ni siquiera me
Tessa Dos semanas después…—Tessi, cariño… —Me llamó con suavidad mi Nona, y aunque hablaba en un susurro, yo sentía que la cabeza me estallaba con cada palabra. —¿Cuándo vas a contarme lo que ocurrió? No puedo quedarme sentada viendo que no pruebas bocado. Hace días que no comes y se me rompe el corazón, dime, burbujita, ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor? —No aparté la vista de la pared, me quedé muy quieta deseando que ese dolor que sentía desapareciera.No quería seguir preocupando a mi Nona, era consciente de que aquello afectaba directamente a su salud. Ella sufría de hipertensión arterial, lo que en su caso provocó una insuficiencia cardiaca, eso convertía sus emociones en una pequeña bomba de tiempo y yo casi siempre era el detonante. Pero, como hacía para fingir que estaba todo bien, cuando en el fondo sentía que me moría. Que tenía deseos de morir.Era un dolor tan asfixiante, que hundía mi pecho, lo aplastaba y no me dejaba respirar.Nunca antes había sido
Tessa—Te ves… —Dijo Landon, mientras lo arrastraba al sofá. Una vez que nos sentamos, lo vi dudar sobre lo que estaba a punto de decir, mordiéndose el labio inferior.No pude más que reír ante la ironía de la situación. Era tan bueno que no se atrevía a señalar la realidad. Aun me costaba asociarlo a un coñazo como Cameron. —¿Cómo? ¿Cómo si me hubiese pasado un camión por encima? —Le pregunté intentando ser graciosa, aunque no funcionó y luego de una pausa, entendí que no respondería. Solo me basto mirarlo a los ojos para saber que estaba en lo correcto, pensaba que era un total desastre. —Terrible, ya lo sé. No es necesario que me trates con guante de seda. —Le dije desplomándose a su lado. —No intentes suavizar las cosas. Tengo un espejo, por si no lo sabias. —Rodé los ojos y él, que era un caballero, asintió avergonzado. —No hagas eso.—¿Qué cosa? —Se acomodó para mirarme de frente.—Tenerme lastima, puedo verlo en tus ojos. Me ves como una pobre victima a la que debes salvar y
TessaMiré mis manos temblorosas a través de la lluvia que caía sobre mis ojos, mientras escuchaba a Landon desde algún sitio lejano. Como si estuviese hablándome desde el fondo de un túnel.Tina, su esposa, se encontraba a su lado, bajo el resguardo del paraguas que sostenía mi único amigo, sollozando en silencio. Sin saber cómo manejar aquella situación.—Tess… —Me llamó con la voz temblorosa, nuevamente. —Ya has estado aquí más de dos horas y no ha parado de llover, deberíamos ir al hotel, mañana debemos tomar un vuelo temprano. Yo comprendo lo difícil que es esto, sin embargo, quiero lo mejor para ti y esto, no te hace bien.Mis ojos se perdían por momentos y parpadee varias veces para enfocarme en la tumba de mi abuela, antes de colocar las flores blancas.—Dime otra vez que fue lo que ocurrió. —Le pedí, mientras me incorporaba, sin apartar la vista de la lápida de mármol de mi Nona, sobre la que estaba grabado: “Has dejado un gran vacío entre todos los que te han amado…” No se a
PARTE DOS A todos los que me han dejado llegar a su corazón a través de las palabras…“El mundo es una odiosa colección de recuerdosque claman que ella existió y yo la perdí”. Emily Bronté, Cumbres BorrascosasPrólogoCameronLandon corrió con la mujer que amaba entre los brazos por el camino de gravilla, hasta que llegó al final y un coche, conducido por una mujer que imaginé sería su esposa, se detuvo bruscamente. Él abrió la puerta trasera y colocó a Tessa con cuidado en el asiento, aún estaba desvanecida.Me quedé paralizado viendo como el coche arrancaba, antes de salir a toda pastilla. Entonces, la vi alejarse de mí, mientras yo sentía que el dolor y la desesperación destrozaban mi interior como un martillo de demolición. Nunca antes creí sentir un terror atenazante inmovilizándome por saber que perdería a la única mujer que había amado más allá de la razón.La amaba de una forma casi absurda que probablemente nunca nadie comprendería, a
Seis años después…Cameron —¿Qué estás haciendo? —Me preguntó Claire, conteniendo el aliento mientras deslizaba lentamente el vestido a través de su muslo. —Creí que iríamos a cenar, eso fue lo que me dijiste. —Frunció el ceño cuando intenté acomodarla mejor sobre mi regazo. Sonreí de forma lobuna, al notar que no llevaba bragas. —Luego puedes pedir servicio al cuarto, una vez que estés en la suite. ¿No es bastante obvio para lo que te recogí? —Acaricié su hombro y le dejé un beso suave en el cuello que la hizo estremecer. —No me gusta que me hagan escenas, ni tampoco me gusta que intenten cambiarme. Ya conocías perfectamente los términos, preciosa. Nunca te he mentido. —Eres un capullo. —Espetó ofendida. —Lo soy y es claro que eso te pone muchísimo. —Repuse pellizcando su clítoris. Claire se retorció, sosteniéndose de mis hombros e inclinando la cabeza hacia atrás, dándome una vista perfecta de sus pechos a través del escote del vestido. Tampoco llevaba sostén. Lancé una risa