Tessa Cuando la puerta del elevador se abrió en el tercer piso y vi a Cameron parado frente a mí, con una expresión que mutó rápidamente de la incredulidad a la rabia. Me pregunté si era un sueño o más bien una horrible pesadilla. Una de esas donde uno corre en círculos, para siempre dar con el mismo lugar. Parpadee varias veces, sin dar crédito a que nuevamente y en menos de ocho horas volvíamos a coincidir. Me quedé muy quieta mirando hacia el frente, cuando el dio un paso hacia dentro del cubículo y presionó el botón del primer piso. Un intenso pánico hizo que mi cuerpo reaccionara, pegándose a la pared metálica. Debía de ser una broma, una de pésimo gusto. En seis años, no nos habíamos visto, ni vuelto a cruzar. Sin embargo, esa ocasión, era la tercera vez que nos encontrábamos. A solas. Pero eso no era lo peor del caso, ni por asomo, lo terrible de aquella situación, era que no tenía escapatoria, nadie podía intervenir, salvándome de su avasallante presencia. Tragué, saliva c
CameronMiré a Callum conectado a un monitor, repleto de cables, sumergido en un sueño profundo, tras el cristal de la suite que nos habían otorgado en cuidados intensivos. Era una zona bastante cómoda con unos cuantos sofás, un pequeño mini bar con bocadillos y bebidas, además de un televisor de pantalla plana en la pared y Wifi.No podía dejar de pensar, que todo aquello era su culpa, que de haber estado despierto le habría roto la cara.Ya eran cerca de las cinco de la mañana, a las nueve abriría la bolsa de Nueva York, por lo que los ánimos estaban caldeados. Esperábamos una baja considerable en las acciones, con una pérdida del diecisiete por ciento, sobre el cierre del día anterior.Monty, bufó, mirando fijamente la pantalla.—Cuando tu hermano regrese, debes hablar con él. —Dejó el portátil sobre la mesita de café. —Es necesario que en dos horas demos un comunicado. El medico nos dará el parte a las seis, ¿verdad Amelia?—Así es, están trabajando tan rápido como les es posible.
Tessa—No es demasiado temprano para darme la lata. —Le dije a Landon mientras ponía el móvil en alta voz y llenaba la jarra de la cafetera, con agua. Guardaba la esperanza de tener tiempo para un café antes de ir a la clínica. Lo escuché reír bajito del otro lado de la línea.—Tess, soy un hombre grande, necesito la información completa o puedo tener un insomnio muy jodido. Qué clase de ser sádico, envía esos mensajes apocalípticos a las dos de la madrugada. —Ahora fui yo la que sonreí.—Creí que caías como una roca después de lidiar con cuatro niños y una bebé que no para de berrear. —Coloqué la cafetera.—Eso es algo que me inquieta, creí que los niños lloraban por una razón, ya sabes: hambre, sueño, frío o porque les duele algo, sin embargo, Peggy, realmente llora porque sí, porque está aburrida o vaya uno a saber. —Se lamentó. —Creo que es algo que no logro entender.—¡Vaya! —Dije sentándome para colocarme los zapatos, mientras esperaba el café. —Eso explica porque sigues tenien
Cameron—Lo primero que debemos decir para la completa tranquilidad de todos, es que el tratamiento Trombolitico fue un éxito. —Aplaudimos, aliviados. Yo estaba seguro de que lo superaría, era demasiado mierd@ como para dejarnos en paz. —Creemos que si todo sale según lo esperado, en unas cuantas horas despertará. Aún no sabemos si podrá hablar, la logopeda, estará con él hasta que despierte, de esa forma podremos registrar sus primer contacto. —Nos tranquilizó el médico vocero del equipo que estaba completamente enfocado en Callum, luego de varias horas de tensa espera. Nos habían reunido en uno de los consultorios, cerca de la suite, mientras instalaban a papá nuevamente luego de un estudio, para que no nos cruzáramos en el camino de quienes realizaban su trabajo. —Como bien saben, luego de los estudios preliminares, nos encontramos que en el caso del señor Callum, no estaban presentes los factores de riesgo comunes como diabetes, presión sanguínea alta, un trastorno del metabolismo
TessaAntes de que pudiese pensar en lo que estaba haciendo con claridad, antes de que contemplase los pros y contras, mi cuerpo se arqueó, como si hubiese cobrado vida propia, contra el de Alex cuando trazo círculos acompasados sobre la piel de mi espalda. Y lancé un gemido ahogado, al sentir que la yema de su pulgar, dibujo la curva de mi espalda con delicadeza.Alex me había propuesto ir a dormir un rato a su departamento, y pensé que estaría bien, porque no era la primera vez que lo hacíamos, ni tampoco era la primera vez que me colocaba una de sus camisetas y bóxer dormir con él cuando no iba preparada. Solo que esta vez, se sentía diferente. No solo porque el deseo y la excitación se arremolinaban en mi estómago, sino porque él también me miraba de una forma lujuriosa, me tocaba como con tanto ardor que me costaba poner las ideas en claro.Por un lado, no podía apartar a Cameron de mi mente, apretándose contra mí, acariciándome con su cálido aliento, logrando que mi sexo se ten
Tessa —Siento haberla llamado a esta hora, señorita. —Se excusó chofer de Cameron. —Es que no tenía idea de que otra cosa hacer. El señor, bebio todo el licor del bar del coche y luego me amenazó con golpearme si no lo traía a un bar. —Se veía visiblemente alterado.Retorcía compulsivamente la gorra que llevaba entre las manos.—No te preocupes, luego de salir de la clínica, dormí prácticamente todo el día, de todas formas en cualquier momento iba a despertar. —Intenté tranquilizarlo. —Aunque, no sé qué pueda hacer yo, realmente. —Metí las llaves del coche al bolso. —Si no te ha hecho ningún caso a ti, dudo que me lo haga a mí. —Me encogí de hombros.Carraspeo, mirando el suelo.—Es que hay algo que no le dije al señor Alex, porque creí que quizás era inapropiado. —Miró hacia la calle antes de volver su mirada hacia mí. —El señor, la llamaba a gritos, antes de entrar al bar. No paraba de decir su nombre, una y otra vez. Nunca antes lo había visto tan alterado. —Trago saliva
TessaPuesto que no podía dejarlo tirado como a un vagabundo, no tenía otra opción que llevarlo a casa.—Vamos. —Le dije rodeándole la cintura con la mano, para conducirlo en línea recta a través el pasillo, luego de bajarnos del elevador.Ya. La corta, pero educativa incursión que habíamos tenido por la recepción, me enseñó que no podía dejarlo solo, ni por un solo segundo. Porque era una enorme masa de dimensiones extraordinarias, dando tumbos de un lado al otro sin ningún cuidado. Mientras destrozaba todo a su paso.Él, rodeo con sus brazos mi cuello y enterró su rostro en mi cabello.—¿Te han dicho que hueles muy bien? —Respiró profundamente. —Hueles a Tessa, a mi corderito Tessa… —Rio, sacudiendo sus enormes hombros. —Mío, no de Alex, ni de ningún otro, ¿lo has oído? —Como no podía controlar la risa, se apoyó en la pared, abriendo las piernas para mantener el equilibrio. De pronto y en un ataque de bipolaridad, tenaz, me miró a la cara muy serio. —Voy a desafiar a duelo a cualqui
TessaNo era un beso tierno o suave, era todo lo contrario. Era hambriento, ardiente e imprudente. Cameron me estrechó con rudeza contra su cuerpo, al mismo tiempo que me apretó las nalgas, invitándome a que rodease sus caderas con mis piernas.Nuestros pechos se movían al unísono, agitados por el deseo que se había cocinado a fuego lento con el correr de las horas. Y en ese momento, estalló en vibrantes suspiros entrecortados, caricias bruscas, necesidad desbordante que desembocaba en una furiosa batalla que era librada por nuestras bocas. Su lengua arrasaba implacablemente con todo, hasta con mi conciencia. La ardiente y prohibida sensación de su piel contra la mía detenía mis latidos. Y en el fondo, muy en el fondo, como un recuerdo apagado de un sueño… Alex.Era una persona horrible por disfrutar de la boca de Cameron devorando la mía, por no querer que aquello acabase, por desear sentirlo en mi interior una y otra vez.Deliciosamente prohibido, mortalmente incorrecto, maliciosa