Sara No tenía mucho que hacer en la oficina, así que me mandaron como representante del grupo logístico para conocer al nuevo administrador, Marco había comentado conmigo sobre que él tendría que acudir a dicho evento. Lo busqué tan solo llegar, lo vi unas filas por delante de mí, así que al verlo sentado le mande un mensaje, tendría transporte de regreso, así no me sentiría sola aquí esperando por un taxi. No prestaba mucha atención a lo que habla el hombre del micrófono, pues se nos entregó un tríptico con la información relevante del sujeto, por lo que nada de lo que decía mis oídos le veían importancia, me distraje más aún al ver que una rubia bastante tentadora se fue a sentar a lado de Marco, no sé cómo desplazo al sujeto que se encontraba a su lado. Ella se veía sonriente mientras que no podía ver a Marco, en ningún momento la volteo a ver, tal vez era mi imaginación. Al término la gente emprendió la huida, yo preferí esperar que se desalojara, Marco siguió al grupo del Admi
Sara De regreso a casa al ser largo el trayecto me quedé dormida, recargada en Marco, al percatarme que no se movía la camioneta desperté, efectivamente estábamos llegando, él amablemente me ayudo a bajar. Hoy a diferencia de otros días no había armado mi fuerte de almohadas para dormir, nada más salir del baño, vi a Marco con papeles por la cama y a él leyendo muy concentrado, fui recogiendo hoja por hoja ya él podría ordenarlos luego. Me senté en la cama y me fui gateando hasta donde estaba sentado, le quité las hojas que traía en la mano y las puse en el mueble junto a la cama. Me acomodé entre sus piernas y recargue mi espalda en su pecho, tome su mano. —Déjame admirarlo —me refería al anillo que hacía horas le di. —¿Te gusto? Podemos cambiarlo si no es tu estilo. —Me encanto, al igual que el lugar, la comida, el baile, que me hicieras recordar buenos momentos. Fue perfecto. Ahora yo debo esforzarme porque comparado contigo mi propuesta fue muy lamentable. —Un poco si, no lo
Marco La alta estaba lista tan solo al hacer la petición de ella, lo que más nos costó fue reunir las cosas, por suerte el chófer vino a darnos una mano, todos nos esperaban en casa, no tenía caso que vinieran. Sara salió caminando con la niña en brazos, me adelante y me le puse enfrente antes de que ni siquiera se le acercara. Por alguna razón Elena estaba en el hospital. —Vaya, ¡felicidades! —el tono fingido de Elena lo decía todo, me puse a su costado y la sujeté por el brazo. —¡Escucha bien!, está es la última vez que apareces enfrente de nosotros o cerca —se lo manifeste casi en susurró. —Pero si yo solo vine a conocer a su bebé. —Ahórratelo, no quiero tener que tomar medidas drásticas. Date por advertida, si aprecias tu vida desaparece para siempre o yo me encargo de ello. Ve al hotel donde te estas quedando reúne tus cosas y sal en el primer vuelo que encuentres, no te quiero en esta ciudad. —¿Quién te crees para darme ordenes? —Alguien que con tan solo desearlo te pued
Titulo original: Amor de App Reservados todos los derechos. Queda prohibido copiar, reproducir, distribuir, publicar, transmitir, difundir, en cualquier modo explotar cualquier parte de esta obra literaria sin la autorización previa por escrito del autor o de los titulares correspondientes. Sin embargo, usted podrá disfrutar del material, sujeto al uso exclusivamente personal y no comercial, limitado a su lectura en las aplicaciones designadas por Buenovela. Ⓒ 2022 by Sandy Co. ❉❉❉❉❉❉❉❉❉❉❉❉❉❉❉❉ Prólogo Ser normal, está siendo difícil, solo quiero una pareja y de congeniar una familia propia, al parecer en estas épocas no todo mundo tiene responsabilidad afectiva, si efectivamente, yo también tenía esa cara cuando alguien me dijo eso, tuve que ir a mi celular para buscar a qué se referían, pues resulta que ya le han dado nombres rimbombantes a lo que nosotros a la antigüita le diríamos “amar bonito”. Por mis constantes fracasos amorosos, he tenido que recurrir a una aplicación para
Sara Todo indicaba que se avecinaba otro fracaso, tenía días intentando contactar con Alex, pero este no respondía a nada y yo necesitaba saber de una vez por todas por qué su trato para conmigo había cambiado radicalmente. Cuando por fin pude verlo, no sé si hubiera sido mejor no hacerlo. Alex se desahogó, ante lo que él afirmó era absolutamente mi responsabilidad. — No deje de estar pendiente de ti porque dejaste de importarme, el sentimiento se acabó al darme cuenta de que te negaste a mostrar esfuerzo, me dejaste de lado aun cuando sabías que te necesitaba, te quise demasiado, pero yo para ti importaba muy poco. Me echó en cara mi falta de interés y disponibilidad para con nuestra relación, al ver que derrame lágrimas este se molestó y de forma más insultante siguió. — Siempre tratando de ser perfecta, eres acartonada, y me aburres horrores en la cama. Al pronunciar aquello yo dejé de escuchar lo que continuo, me quede con un monólogo interno preguntándome si era cie
Sara Un montón de hombres se interesaron en mi perfil, esa sensación de aceptación me llevo hasta los cuernos de la luna, ni sabía ¿qué hacer?, en un principio conversé con algunos prospectos y conforme paso tiempo me di cuenta de que no todo era color de rosa. Empecé a figurarme que aquí, como en la versión de citas en la forma tradicional, había caballeros, raritos, acosadores, intensos, de todo un poco, yo ingenua, no esperaba esto. Aquí tuvo que entrar de nuevo los consejos expertos de Karen, que me ilumino con su conocimiento, volvimos a actualizar mi perfil poniendo filtros más específicos de lo que buscaba, también me dio uno que otro consejo para desenmascarar y revelar sus verdaderas intenciones. Terminé optando por una sola aplicación y era en donde las chicas teníamos el privilegio de ser las iniciadoras de un acercamiento o una conversación, tímida, no soy, pero tuve que vencer esa idea de que los hombres son los que deben dar los primeros pasos a la hora de busc
Sara Afortunadamente, mi día estuvo tan ocupado que el tiempo se me fue volando, cuando menos me di cuenta tenía a Karen fuera de mi oficina, mi chaperón venía a decirme que era hora de irnos. No tarde mucho, solo unos pequeños toques a mi maquillaje y cambiar a un vestido, nada pretencioso, sobrio y de buen gusto. En el restaurante, en la entrada, tenía una reservación a mi nombre, seguro Daniel la había hecho, Karen fue a la barra, me dijo que disfrutaría de la cena, obviamente yo invitaba, un pequeño gesto de agradecimiento por su compañía y servicio de guardaespaldas. A mí me indicaron que fuera a un cubículo apartado, era gracioso que solo lo dividieran paneles de cristal, aun así, bastante gruesos que impedirían la salida de nuestra conversación. Pasaron 15 minutos después de las 7 y él no aparecía, bebía pequeños sorbos de un té delicioso, en lo que esperaba, mi decepción se incrementaba con el paso de los minutos, la verdad si moría de ganas de verlo en persona, sobre
Marco Esa noche no hubo mensajes, tenía días que le compre un nuevo celular a Daniel para que me cediera el suyo, de ese modo era más cómodo. En la mañana, como siempre desperté al escuchar la música de la alarma, una rutina que mantiene mi cuerpo y mente en óptimo estado, programe las persianas de todo el pent-house para que se abran al sonar la alarma. Hoy no tendería la cama como de costumbre, toca cambio de blancos, por lo que se lo dejaría a Estela. Al no tener ganas de correr opté por bajar hasta la alberca y nadar por cerca de una hora, suelo ejercitarme en el parque La Mexicana, últimamente no lo encuentro placentero, pues tengo una acosadora que piensa que su horrible timbre de voz es agradable de escuchar, aún menos sus avances y coqueteos que me sacan de quicio. De regreso a mi piso, mientras me aseo escucho las noticias financieras para saber cómo amaneció el movimiento de las bolsas de valores, ya que no tengo desayunos o almuerzos agendados, Estela me tiene el d