Marco Quería que Sara lo pasara bien; lo hacía, al parecer, sus risas, sus sonrojos, como torcía los ojos, eran detalles que guardaba en mi memoria y mi corazón. La casa que mi madre nos consiguió era de gran tamaño, Sara me confesó que al verla le dio miedo, ella hubiera preferido algo más pequeño, se imaginó la ardua tarea que implicaba limpiar aquel lugar. Pensándolo desde esa perspectiva la entendía, bromee con ella diciéndole que la llenaríamos de niños. Pasé unas horas en el estudio, con una videollamada con Alin y Daniel, ambos estaban felices de ver que estaba entero, les conté de mis planes para desenmascarar al actual administrador del puerto de San Pedro, para mí era el principal obstáculo para poder llevar acabó una licitación justa y transparente. Sara vino a buscarme para decirme que tendríamos que ajustarnos a algunos de sus horarios, ella planeaba seguir asistiendo a su trabajo y pasar a ver la cafetería, mi cara de desilusión la capto, yo sabía que son cosas que le
Fernando Me dejé llevar tontamente por mis impulsos y las palabras de esa idiota, ahora estoy encerrado, pero de ningún modo me han vencido, Marco debe terminar reducido a m****a igual que yo, solo espero que este maldito cuerpo soporte hasta que logre mi cometido. “Hola, por qué sorpresa, te gustaría venir a Los Ángeles, claro yo pago tus gastos, ¿o tu nueva billetera no te da permiso? Quiero que me hagas un favor y apuesto que te divertirás.” Marco La escuché cuando se levantó y se empezó alistar para irse al trabajo, al encontrarme despierto me llevo al baño y me lavo la cara, me dijo que no quería que anduviera lagañoso hasta que ella regresara, la seguí por la casa como si fuera su mascota. La acompañé hasta la puerta, me detuvo antes de que saliera con ella de la casa, me indico que quería que bajara y así lo hice, tomo mi rostro, deposito un beso rápido en mis labios, me soltó y se fue. Ese beso me basto para dejarme de buen humor y sonriente, tanto que la señora Laura me d
Sara Un día al llegar luego del trabajo, Laura me recibió, comento que el señor me tenía algo preparado, yo sabía que su sorpresa era que había trasladado mi taller a este lugar, al parecer me quería tener en la casa, lo que él no contemplo que mi estancia en la casa sería tortuosa. ¿Qué haría yo cuando él se recuperará y regresara a trabajar? A la entrada de la recién remodelada habitación estaba Marco con una mega sonrisa, no quise ser aguafiestas y le seguí la corriente, me mostró el lugar, había comprado todo nuevo, ósea que mi espacio en la cafetería seguía existiendo, eso me dio un gran respiro. Le agradecí que hubiera armado este espacio para mí. —Marco, esto fue demasiado, pensé que solo trasladarías el taller, por eso no me opuse, pero ahora dime ¿cuánto te debo? —Nada, digamos que es el pago por la asistencia que me has prestado estos días y lo que falta hasta mi total recuperación. Me abrazo —Sara ve haciéndote a la idea que lo mío es tuyo. Esa idea sigue sin terminar
Marco No cabe duda que todo se paga en esta vida, engañe a Sara y ella me engaño a mí, en otras circunstancias esto pudo causar una ruptura definitiva. Su actuar me haría pensar que lo hacía con segundas intenciones, para manipularme o algo por el estilo. Mis pensamientos me llevaron a deducir que estoy pagando todo lo que hice con anterioridad. Nada de eso me importa, necesitaba meditarlo porque debía sacarlo de mi ser y desecharlo. Poco significa lo que hicimos. Era como sentirme iluminado porque gracias a casi tener un pie en la tumba muchas cosas pierden sentido y es en dónde me di cuenta lo que realmente importa para mí. Le conté a mi madre, no podía creerlo; aun así, alabo mi capacidad de discernir que de ningún modo ella era de esa clase de personas que usaría a su bebé para obtener algo. Yo soy el que vino a ella para rogar por una oportunidad, de no ser por cómo se ha desarrollado esto, ella seguiría tan feliz como la encontré. Si desaparezco de su vida es tan capaz y auto
Sara En el lugar aún en la celebración hice una videollamada a mis padres para contarles lo que sucedía, vieron la fiesta en curso y luego Marco me quito el celular. —¡Buenas noches, suegros! —enfoco mi mano con el anillo —le pedí matrimonio, estamos comprometidos. ¿Tenemos su bendición? Mis padres parecían muy emocionados. —Solo si la cuidas como lo más preciado en tu vida, somos viejos; aun así, soy capaz de llevármela de tu lado si me la haces sufrir. —No se preocupen, sé que me están confiando el mayor de sus tesoros y como tal la valoraré y cuidaré. —Siendo así, tienen nuestra bendición. Marco saco su teléfono y dijo era el turno de su madre de escuchar la noticia. Esta vez yo le quité el celular. —¡Buenas noches!, espero que no seamos inoportunos. Estamos celebrando —le mostré el anillo en mi dedo anular. Nora dio un grito y Alin apareció de inmediato. —¿Cuándo?, quiero los detalles. Más importante, ya me pongo a organizar la boda. —Su entusiasmo era desbordante, Alin po
Sara No tenía mucho que hacer en la oficina, así que me mandaron como representante del grupo logístico para conocer al nuevo administrador, Marco había comentado conmigo sobre que él tendría que acudir a dicho evento. Lo busqué tan solo llegar, lo vi unas filas por delante de mí, así que al verlo sentado le mande un mensaje, tendría transporte de regreso, así no me sentiría sola aquí esperando por un taxi. No prestaba mucha atención a lo que habla el hombre del micrófono, pues se nos entregó un tríptico con la información relevante del sujeto, por lo que nada de lo que decía mis oídos le veían importancia, me distraje más aún al ver que una rubia bastante tentadora se fue a sentar a lado de Marco, no sé cómo desplazo al sujeto que se encontraba a su lado. Ella se veía sonriente mientras que no podía ver a Marco, en ningún momento la volteo a ver, tal vez era mi imaginación. Al término la gente emprendió la huida, yo preferí esperar que se desalojara, Marco siguió al grupo del Admi
Sara De regreso a casa al ser largo el trayecto me quedé dormida, recargada en Marco, al percatarme que no se movía la camioneta desperté, efectivamente estábamos llegando, él amablemente me ayudo a bajar. Hoy a diferencia de otros días no había armado mi fuerte de almohadas para dormir, nada más salir del baño, vi a Marco con papeles por la cama y a él leyendo muy concentrado, fui recogiendo hoja por hoja ya él podría ordenarlos luego. Me senté en la cama y me fui gateando hasta donde estaba sentado, le quité las hojas que traía en la mano y las puse en el mueble junto a la cama. Me acomodé entre sus piernas y recargue mi espalda en su pecho, tome su mano. —Déjame admirarlo —me refería al anillo que hacía horas le di. —¿Te gusto? Podemos cambiarlo si no es tu estilo. —Me encanto, al igual que el lugar, la comida, el baile, que me hicieras recordar buenos momentos. Fue perfecto. Ahora yo debo esforzarme porque comparado contigo mi propuesta fue muy lamentable. —Un poco si, no lo
Marco La alta estaba lista tan solo al hacer la petición de ella, lo que más nos costó fue reunir las cosas, por suerte el chófer vino a darnos una mano, todos nos esperaban en casa, no tenía caso que vinieran. Sara salió caminando con la niña en brazos, me adelante y me le puse enfrente antes de que ni siquiera se le acercara. Por alguna razón Elena estaba en el hospital. —Vaya, ¡felicidades! —el tono fingido de Elena lo decía todo, me puse a su costado y la sujeté por el brazo. —¡Escucha bien!, está es la última vez que apareces enfrente de nosotros o cerca —se lo manifeste casi en susurró. —Pero si yo solo vine a conocer a su bebé. —Ahórratelo, no quiero tener que tomar medidas drásticas. Date por advertida, si aprecias tu vida desaparece para siempre o yo me encargo de ello. Ve al hotel donde te estas quedando reúne tus cosas y sal en el primer vuelo que encuentres, no te quiero en esta ciudad. —¿Quién te crees para darme ordenes? —Alguien que con tan solo desearlo te pued