–¿Qué? –Respondió su padre atónito.
–¿Qué? –Pregunté atónita al igual que su padre.
–Sí, ella es Ana Guevara. –Toma mi mano entrelazando nuestros dedos.
Al sentir sus dedos alrededor de mi mano, puedo sentir como un espasmo de energía pasa por mi cuerpo. Miles de preguntas se pasaba por mi mente, mientras que la sorpresa de mi cara es realmente evidente.
–Señorita Guevara. –Se presenta su padre con educación, regalándome una mirada bastante alegre. –Es un honor conocer a la prometida de mi hijo, yo pensé que Alicia…–Pero su hijo lo detiene, antes de que pueda revelar una de mis grandes dudas.
–Alicia esta en el pasado, ahora ella es mi presente. –Siento pasas sus delicados dedos por los míos. No podía negar que sentir su toque era agradable, sus manos eran suaves tal terciopelo, pero sus decisiones me hicieron temblar.
Realmente no se porque no dije nada ante tal mentira, si lo que me sobraba era boca, cuando se trataba de pelear o de exigir algo, pero me quedé sin palabras al estar con un hombre como él. No era como si no me hubiera topado con hombres con tal porte o belleza, pero nunca había sentido una conexión con alguien. Había una sensación que se paseaba por mi cuerpo, era un sentimiento de agobio y placer. Me estaba matando. Me robaba todo el oxigeno que tenía. Me robaba todas las fuerzas que tenía. Me robaba mi energía y sin más, me dejaba sin aliento.
–Pero pronto tendrá más tiempo para charlar. Me la llevare. –Me jala con fuerza para llevarme por los corredores de la mansión, hasta llevarme de regreso a su habitación.
Y cuando nuestras miradas se encuentran, los dos empezamos una conversación algo distinta, ya que estábamos sorprendidos por lo que había pasado.
–¿Qué demonios fue eso?
–No lo se. –Me responde confundido.
–¿Cómo que no lo sabe? ¿Acaso hablo de compromiso?
–Sí. –Se dijo a sí mismo.
–Debe de estar loco.
–Sí, lo estoy. –El hombre paso sus dedos por su cabellera castaña, para tomar el control de algo que se le había pasado por las manos. Estaba segura que ni siquiera se había dado cuenta de lo que había hecho, hasta que llegamos a su habitación. –Lamento mucho lo que hice, pero …–No encontraba palabras, el joven hombre estaba muy confundido.
–No puedo creer que haya dicho tal cosa. –Murmuré. –Este día es el más loco que he tenido. –Suspire para sentarme en su cama. –Primero mis padres y después esto.
–¿Qué hay con sus padres? –De pronto me mira con preocupación. –¿Están enfermos?
Yo me quede callada mirándolo fijamente. No sabía si contarle lo que estaba pasando en mi familia, no teníamos una relación estrecha para poder contarle mis problemas, ya que era una persona muy orgullosa y no me gustaba hablar de mis problemas.
–No, no es nada. –Negue mirando hacia el suelo, pero él sabia que mentía.
Así que me miró con una ceja alzada, no me creía nada de lo que estaba diciendo.
–Y puedo preguntar, ¿qué hacía en la oficina de una persona cómo David? –Eso si llamo mi atención. Él estaba hablando de uno de mis mejores amigos, yo también quería saber que estaba haciendo en la empresa de los padres de David.
–¿De que esta hablado? ¿Cómo que una persona cómo David?
–¿Usted es su…? –Esa pregunta no parecía ir a un buen camino.
–¿Acaso esta sacando conjeturas sobre mí? –Me levante de la cama para hacerle frente.
–David es un joven de mundo, pero si no lo sabe le diré que clase de hombres es él. –Yo solo cruce los brazos, para escuchar lo que quería decirme. –Ese hombre a dejado el nombre de su padre en vergüenza. Se ha metido en tales problemas que su propio padre no lo quiere reconocer como su igual. Es un hombre que siempre a salidos con las peores personas de este negocio, no es una persona con la que quiera ser relacionada.
Realmente le había perdido mucho la pista a la vida de David, sabía que era una persona muy inestable y que siempre tomaba las daciones incorrectas, pero no sabía que incluso el hombre más importante de esta ciudad, sabía quién era él y en que problemas estaba metido. Debió de ser tal escándalo, para que este hombre este hablando con tanta confianza, sobre su vida personal y laboral.
–Se equivoca conmigo. –Aclare mi voz relajando mis brazos. –Y creo que también se equivoca con David. –Pero por más que quisiera salvar a mi amigo, el hombre opulento y fino, no me creía. –Se que no es un hombre que tomes las decisiones más inteligentes del mundo, pero él es una buena persona.
–Debe conocerlo muy bien, para tratar de meter las manos por él.
–No estoy metiendo las manos por él, solo le estoy diciendo lo que se. –Suspire. –David y yo acudimos a la misma universidad, estuvimos en la misma carrera y fuimos muy buenos amigos, yo estaba hablando con él porque…–Pero luego me di cuenta que le estaba dando mucha información. ¿Por qué? ¿Quién era él para meterse en mis asuntos?
–Prosiga. –Me pide con educación.
Pase mis manos sobre mi cara, consternada por los problemas que había en mi casa. Pero cuando me detuve, mi celular empezó a sonar, se me había olvidado por completo que mi celular estaba guardado en uno de mis bolsillos mojados. Así que saque el celular, para darme cuenta que era Rosali.
–¿Hola? –Contesté de inmediato, dirigiéndome hacía la ventana de la gran habitación.
–¡Hermana! –Se encontraba sollozando. –Papá esta tratándole de vender el auto al vecino. –Me avisa. –El vecino quiere verle la cara y quiere darle solo un poco de dinero, se esta aprovechando de que mi pobre padre este desesperado por vender algo.
–Rosali, no le permitas vendes el auto. –El auto valía bastante dinero, como para que alguien se lo quisiera vender por tan poco. –Dile que tendré el dinero pronto.
–¿En serio? –Y de pronto mire a mi jefe, quién me estaba observando con deteniendo. De pronto él pudo saber que estaba en un aprieto, y aunque tratara y tratara de ocultarlo, el problema seguiría ahí si no encontraba una manera de detenerlo.
–Rosali, habla con mamá y dile que ya tengo el dinero. –Trague saliva porque había dicho una mentira. –Ella tranquilizara a papá y yo me sentiré más segura de lo que voy a hacer.
–¿Qué planeas hacer? –Me pregunta la joven inocente, pero sabía que Rosali era muy joven, para meterla en problemas de adultos.
–Has lo que te pido. –Colgué el teléfono después de un suspiro ahogado, para mirar a ese hombre con mi orgullo destrozado. –¿Quiere saber por qué estaba en la oficina de David? –El hombre asiente con la cabeza mientras endurece la mandíbula. –David era la única salvación que tenía para que no me embargaran mi casa, y para que los cobradores no vinieran mañana a tocar la puerta de mi casa, para amenazar a mi padre.
–¿Cuánto es lo que sus padres necesitan?–Más de un millón de peso calculo. –Murmuré apenada. –Mi padre no me ha dicho con certeza lo que debe, pero supongo que el valor de la casa y todo los prestamos que a pedido, alrededor de su vida y que no ha pagado, dan esa sumatoria.Mi jefe se me queda viendo pensativo, era como si hubiera encontrado mi debilidad. Me sentía apenada, pero al mismo tiempo responsable de hacerle saber a este hombre, que estaba en apuro y que quizás, era mi ultima esperanza para poder ayudar a mis padres.–Sabe señorita Guevara, soy el hombre más poderoso de esta ciudad. –Se acerca lentamente a mí, pero con una gran letalidad que me hacía sudar. –Pareciera que mi vida es perfecta y que puedo tener todo lo que quiero, con tan solo chasquear los dedos. –Yo solo asentí con la cabeza, porque realmente creía que era así. –Pero no, soy un hombre que tiene una diferente percepción de lo que es el dinero y su valor. –Y cuando se posa enfrente de mí, puedo ver la perfecci
Pero claramente no todo dura para siempre y a pesar, de que quería atesorar este beso dentro de mi corazón y mente, sabía que no me podía enamorar de una persona como mi jefe. Era un hombre inteligente y podía sacar provecho de cualquier sentimiento que le muestre, es por eso que lo alejo con fuerza. Incluso el joven castaño lastimo mis labios que se rasparon.–Eso va a sangrar. –Dijo con gracia mientras mira sus dedos, supongo que ya había un poco de sangre en ellos.–Hemos hecho tantas estupideces este día, así que no me bese. –Le dije un poco cortante, mirando el suelo. –¿Acaso cree que con un beso puede hacer que un hombre se enamore de usted? –Preguntó mientras alzaba una de sus cejas pobladas de color castaño.–No me crea una idiota, se que un beso no significa nada para usted. –Mire el suelo con tristeza.–Tiene que entender que, en este momento, estaremos tomando un paso muy grande. –Aclara su garganta. –Usted tendrá que luchar por la estabilidad económica de sus padres, y y
Ni siquiera en mis más locos sueño, pensé que estaría frente a un abogado, que estuviera haciendo un contrato para un compromiso. William estaba sentando a un lado mío, mientras que compartíamos el calor de la chimenea, que estaba cubriéndonos del frio de la mansión. Yo me sentía extraña, las manos me estaban sudando mientras que no dejaba de mover mis piernas. Llego un momento en donde mi jefe poso una mano sobre mi rodilla, para hacerme parar.–Tranquila. –Murmura con su voz gruesa.Yo solo asentí con la cabeza mientras los dos mirábamos al abogado, parecía que estaba bastante entretenido escribiendo en su portátil, hasta que por fin nos miró a los dos.–Bien. –Respondió el joven moreno. –Empezaremos a poner algunas cláusulas, que quieran que no se rompan. –Yo no sabía que decir, así que solo mire a mi jefe.–La señorita Ana deberá acatar algunas reglas, como… –Suspira. –Tendrá que mantener nuestro trato en secreto, no podrá decirle a nadie sobre esto. –El abogado empieza a escribi
Tuve que pasar la noche en la mansión Fernández. Rick me llevo hacia una de las habitaciones de huéspedes. La habitación era incluso más grande que mi propia casa, las paredes estaban tapizadas con un tapiz beige, mientras que todo el lugar era bastantes lujos. Cuando me acosté en esa cama tan cómoda y fina, no pude evitar extrañar mi casa y a mis padres.Sabía que hoy estaba cambiando mi vida entera, así que no dude en sollozar con miedo a lo que vendría. Estaba preocupada por mis padres y el como tomarían este compromiso, pero estaba más triste al saber que pronto, me alejaría de ellos para cumplir como una falsa prometida.Pero a pesar de que una enorme tristeza se estaba apoderando de mi cuerpo, el sueño y el cansancio le gano totalmente a la tristeza, haciéndome dormir con plenitud, soñando con cosas que me hacían feliz. En el sueño pude ver a toda mi familia, habíamos dejado de lado la pobreza y no debíamos, pero de pronto enfrente de mí, se aparece un hombre de gran altura, cab
Cuando la camioneta llego a mi vecindario, no pudimos evitar ver las miradas de la gente alrededor, todos estaban sorprendidos de ver un auto tan caro, en una colonia bastante pobre. La cara de William fue interesante, no miro el lugar con desprecio o con pena, sino que miro el lugar con atención. Incluso pude ver la reacción de sus guardaespaldas, que estaban preocupados por estar en un lugar así.–¿Está seguro que quiere entrar a este lugar? –Preguntó uno de sus guardaespaldas, que era moreno y alto, sonando como una gallina asustada. Creí que ellos eran los guardaespaldas, no Will.–No digas estupideces y prosigue. –Contesto William rodando los ojos, al oír el comentario de ese hombre. De pronto mi cuerpo se lleno de una felicidad, fue interesante ver la reacción de William, fue bastante respetuoso al no juzgar el lugar en donde yo vivía.El GPS hizo que la camioneta se detuviera enfrente de una casa muy deteriorada y algo vieja. Esa era mi casa, en donde fui criada por mis padres
Estaba nerviosa, las manos me sudaban, las piernas me temblaban y mi quijada estaba apretada. Me miraba en el espejo mientras dos sirvientas me ponían un hermoso vestido de encaje, de color carne mientras otras dos sirvientas me ponían zapatos de tacones del mismo color y fabrica que el vestido.–Luce muy tensa. –Me comenta Rick de la nada, mientras observa como me retocan cada cosa.–Esta familia es de locura, ¿cómo estarías si estuvieras en mi lugar?–Si me permite darle mi humilde opinión. –Me miro desde el reflejo del espejo, que estaba en frente de mí. –¡Estaría asustado!–Se empieza reír con gracia.–Que bien que te divierta. –Murmuré sin nada de gracia.De pronto las puertas de la habitación de huéspedes se abren, la persona que estaba pasando por esas hermosas puertas de madera era William, quién estaba usando una camisa blanca y un saco color arena, con unos jeans azul claro. Para ser sincera, nunca había visto a William vistiendo ropa casual, así que no pude evitar que me qui
Pero sabía que tenía que afrontar más que solo los comentarios de Tom, sino que ahora tenía que ver a los ojos a una mujer que estaba enamorada. De pronto miró a la joven que rogaba por estar en mi lugar. Alicia parece no reconocerme, pero estaba molesta de verme al lado de su amado.–¿Quién es ella? –Le pregunta a William.–Antes de todo, quiero presentarte a toda la familia. –William intenta hacer a un lado a Alicia, quién esta realmente furiosa. –Ya que reconociste al asqueroso de mi hermano, te puedo presentar a mi madrastra. –Yo lo mire sin saber que esa dama era su madrastra.–¿Por qué siempre me presenta así? –Preguntó la mujer rubia. –Hola, soy Susana. –Yo solo tome su mano con delicadeza, ya que ella también era delicada.–Un gusto, me llamo Ana. –Sonreí con todos los dientes.–Y bueno, ahora te presentare a mi otra familia. –Él me lleva directamente con Roberto Ferguson, un hombre rubio y de ojos cafés con una gran altura. –Roberto, ella es Ana.Roberto parecía más amable qu
Estaba lista para escuchar la historia de William. Mis manos me sudaban y no podía dejar de tragar saliva, pero estaba preparada para poder escucharlo.Por otra parte, William lucia desolado, como si no encontrara placer en nada.–Esa mujer fue la mejor amiga de mi madre por años. –Empieza a hablar con esa voz gruesa que lo caracteriza. –Recuerdo que esa mujer era muy cercana a mi madre, hasta que se mostro como una total enemiga. –Los ojos de William se enfocan en las teclas del piano. –Como una basura, se metió en el camino de mi familia, anunciando que estaba esperando un hijo de mi padre. –Mi mirada mostro sorpresa, ya que esa historia no era conocida por nadie. –Vi a mi madre sufrir como nunca antes, al darse cuenta que su mejor amiga y el amor de su vida, le habían jugado muy mal. –Lentamente sus dedos empezaron a acariciar las teclas. –Y como si fuera un cuento de horror, mi madre al poco tiempo de saber de la infidelidad de mi padre, se enfermo de cáncer de pulmón. –Suspira pr