Me quede todo el día tomando su mano, hasta que de pronto empiezo a sentir que mi mano es movida. Con cansancio abro los ojos, para darme cuenta que era William él que estaba moviendo su cuerpo. Adolorido empieza a abrir sus ojos morados.–Mierda. –Murmura el joven con dolor. –¡William! –Dije impactada de verlo por fin abrir los ojos. –Soy yo, Ana. –Tenía miedo de que no me reconociera, por sus ojos golpeados. Lentamente el me miró y aunque estaba adolorido, no puede evitar dejar caer algunas lágrimas cuando me ve.–¿Acaso he muerto? –Preguntó con honestidad. Yo solo negué con mi cabeza mientras pasaba mis manos por su barbilla. –Estoy aquí. –Tome de su mano y la puse sobre la mía. Poco a poco, su cuerpo fue recuperando el calor humano que William tenía.–Pero, ¿cómo es posible? –Pregunta aún sin creerlo. –Tú ya no estabas más conmigo.–Estoy aquí porque te amo. –Dije entre lágrimas.–¿Me amas? –Pregunta sorprendido. –No volveré a dejarte nunca más. –Prometí mientras derramaba l
Tres días después.William se pudo recuperar muy bien después de lo que le pasó, claramente tenía un brazo lastimado por el golpe de una silla, pero aún se mantenía fuerte. Los moretones de los ojos y la cara, se habían deshinchado por completo sanando más rápido de lo esperado. Por mi parte, me quede al lado de él durante su estancia en el hospital, pero también sabía que tenía cosas que hacer. Así que cuando estamos a punto de salir de su habitación, yo detengo mi caminar para mirar la puerta.–¿Qué pasa? –Me pregunta el hombre atractivo, que me demuestra una pequeña herida en su labio.–En realidad, no se que haremos cuando pasemos esa puerta. –Los dos miramos la puerta de su habitación, a la cual estábamos a un metro de distancia de esta. –Realmente prometí estar a tu lado, pero no se que pasara.No pude evitar ponerme un poco pensativa, ya que le había jurado a Alicia que no tendría nada que ver con la empresa Ferguson, pero era Will el presidente. De pronto, Will me toma de la m
La oficina en donde trabajaba David, no se encontraba tan distante del hospital, pero a pesar de que llegamos en diez minutos, cada minuto fue bastante lento para mí. Aún no sabía que decirle a David, pero sabía que tenía que decir algo. De inmediato puedo sentir como la mano grande y delgada de Will, se posa sobre la mía. –No tengas miedo. –Pronuncia con su voz gruesa. –No tengo miedo. –Le respondí. –Es solo que va a ser muy difícil, ya que conozco a David y no se lo tomara muy bien. –Creo pensar que, si David te ama, tanto como para hacerte un berrinche, puede dejarte ir con la persona que amas. –Pero sabía que Will no conocía a David como yo, sabía que él no era el mejor sobrellevando las cosas o las perdidas. Era un niño rico que no soportaba perder o compartir sus juguetes, así que yo lo veía desde otra perspectiva. Cuando llegamos a la enorme fortaleza, trato de respirar profundamente. –Iré. –Trague saliva respirando con fuerza, pero antes de salir del auto, Will posa su
–¿No sé dónde demonios estamos? –Le dije con un poco de miedo al ver que no había nada en la carretera. Tomé mi celular y vi que estábamos cerca de un pueblo en Cuernavaca. –Estamos en Cuernavaca, creo que debemos de regresar a casa. –Le comenté mientras había posibilidad de regresar a la ciudad.–No. –Me responde el joven de inmediato. –Tengo una casa cerca, nos quedaremos ahí. –Dijo el muy testarudo prendiendo el auto y conduciendo a ese lugar que no conocía.La noche se hacía cada vez más presente, hasta que llegamos a una casa, que estaba algo escondida en un pequeño pueblo que a esa hora estaba vacío.Supe que estábamos en su casa, cuando vimos una clase de reja hecha con palos de bambú. William toco el claxon del auto y en unos minutos, las puertas de bambú se abrieron ante nosotros.Cuando el auto entra al lugar las luces se prende, dejándome ver una enorme piscina que estaba caliente, mientras que el lugar está lleno de pasto y árboles. La casa estaba hecha de madera, por fuer
Despierto por la mañana, ya que huele a café de olla con canela. Sonrío sin abrir los ojos, acordándome de los besos y las caricias que recibí de mi querido Will. Aún puedo ver su cara, mientras disfrutaba como me sostenía con fuerza entre sus enormes brazos. Pero a pesar de que pensé, que cuando despertara el sueño iba a acabar, ocurrió todo lo contrario. William estaba entrando a la habitación con una charola de plata, mientras una toalla cubría la parte baja de su cuerpo, mientras que su pecho, abdomen y brazos se pueden ver.–Buenos días, dormilona.Yo solo sonreí como nunca.–Tus mejillas están rojas. –Me dice cuando se sienta en la cama, dándome una taza con café caliente.–Es porque estas aquí. –Le confesé que sentía como miles de mariposas, bailaban en mi estómago. –Me haces sentir como una colegiala.–Y a mi como un estúpido sirviente. –Se mofa. –Ahora soy yo el que hace de desayunar. ¿Qué me has hecho pequeña? –Pregunta con un poco de humor. Después puedo ver que hay fruta
La sala permaneció en silencio, todos miraban a Will con toda su atención. Supuse que todos estaban esperando algo grande, ya que nunca antes, se había hecho una reunión en donde se les pidiera venir a todas las importantes piezas de la empresa.Will se mantiene con una sonrisa mientras aclara su voz, para decir:–Buen día, muchas gracias por venir aquí.–No entiendo que hacemos aquí todos. –Pronuncio un hombre sin cabello, que no conocía.–Estoy a punto de decirles las razones de esta reunión. –Aclara su garganta. –Primero quiero agradecerles una vez más su tiempo, ya que se que es oro. –Enfrente de él había una carpeta color negra. Él la abre y toma las hojas que estaban ahí.–Mi padre murió hace algunos meses y yo tome esta empresa en mis manos, como la herencia que mi padre me dejo. Pero hoy vengo a darle mi renuncia. –Todos en la sala mostraron su asombro, al murmurar muchas cosas al mismo tiempo, pero es Will, el que pide que todos se calmen. –Les pido que guarden silencio hasta
Siete meses después.Todo había cambiado, Will había dejado de ser el presidente de la empresa Ferguson. Mi hermana se había ido a Londres a estudiar, mientras que mis padres se fueron a vivir con Susana a la mansión Fernández. Susana encontró unos verdaderos amigos en mis padres, mientras que Tom abrió su propia empresa de ropa elegante, dejando de malgastar su dinero en malos negocios y mandando dinero, para que a mi pequeña hermana no le faltara nada en Londres.David había vuelto a participar para ser elegido como presidente de la empresa de su padre, pero había fallado una vez más. Mientras que Alicia se había convertido en una de las mejores presidentas que había tenido la empresa Ferguson, ¿pero que había pasado con nosotros? Los personajes principales de toda esta historia, en donde una mujer por presión se convirtió en la novia falsa de un hombre, que quería la empresa de su padre por venganza por la muerte de su madre.¿En realidad lo quieren sabe? Bueno, termino así.–¡Ana,
Nunca busqué el amor, ni tampoco comprometerme con alguien de esta forma. No sé porque me escogió a mí en vez de millones de mujeres, que podían ser su prometida. Que fueran de su misma clase social, o que fueran el tipo ideal de él. Pero él termino eligiéndome a mí. Era como si toda mi vida fue una lucha campante, hasta que llegue a sus brazos. A los brazos de mi jefe. Tenía una vida muy simple y algo caótica, mi única meta era poder trabajar en una buena empresa, ya que mi familia era realmente pobre. Mis padres habían perdido sus trabajos, en una fábrica de zapatos muy conocida en México. Mientras que también tenía una hermana, que tan solo tenía quince años y aún necesitaba de mí ayuda económicamente.–Ana, ¿estas nerviosa? —Me pregunta mi hermosa hermanita Rosali. Mi hermana era tan hermosa con su cabellera de color oro y sus ojos de color verde, que te quitaban el aliento con tan solo verla. Era una de las jóvenes más atractivas que había en nuestro barrio. –No te preocu