–¿No sé dónde demonios estamos? –Le dije con un poco de miedo al ver que no había nada en la carretera. Tomé mi celular y vi que estábamos cerca de un pueblo en Cuernavaca. –Estamos en Cuernavaca, creo que debemos de regresar a casa. –Le comenté mientras había posibilidad de regresar a la ciudad.–No. –Me responde el joven de inmediato. –Tengo una casa cerca, nos quedaremos ahí. –Dijo el muy testarudo prendiendo el auto y conduciendo a ese lugar que no conocía.La noche se hacía cada vez más presente, hasta que llegamos a una casa, que estaba algo escondida en un pequeño pueblo que a esa hora estaba vacío.Supe que estábamos en su casa, cuando vimos una clase de reja hecha con palos de bambú. William toco el claxon del auto y en unos minutos, las puertas de bambú se abrieron ante nosotros.Cuando el auto entra al lugar las luces se prende, dejándome ver una enorme piscina que estaba caliente, mientras que el lugar está lleno de pasto y árboles. La casa estaba hecha de madera, por fuer
Despierto por la mañana, ya que huele a café de olla con canela. Sonrío sin abrir los ojos, acordándome de los besos y las caricias que recibí de mi querido Will. Aún puedo ver su cara, mientras disfrutaba como me sostenía con fuerza entre sus enormes brazos. Pero a pesar de que pensé, que cuando despertara el sueño iba a acabar, ocurrió todo lo contrario. William estaba entrando a la habitación con una charola de plata, mientras una toalla cubría la parte baja de su cuerpo, mientras que su pecho, abdomen y brazos se pueden ver.–Buenos días, dormilona.Yo solo sonreí como nunca.–Tus mejillas están rojas. –Me dice cuando se sienta en la cama, dándome una taza con café caliente.–Es porque estas aquí. –Le confesé que sentía como miles de mariposas, bailaban en mi estómago. –Me haces sentir como una colegiala.–Y a mi como un estúpido sirviente. –Se mofa. –Ahora soy yo el que hace de desayunar. ¿Qué me has hecho pequeña? –Pregunta con un poco de humor. Después puedo ver que hay fruta
La sala permaneció en silencio, todos miraban a Will con toda su atención. Supuse que todos estaban esperando algo grande, ya que nunca antes, se había hecho una reunión en donde se les pidiera venir a todas las importantes piezas de la empresa.Will se mantiene con una sonrisa mientras aclara su voz, para decir:–Buen día, muchas gracias por venir aquí.–No entiendo que hacemos aquí todos. –Pronuncio un hombre sin cabello, que no conocía.–Estoy a punto de decirles las razones de esta reunión. –Aclara su garganta. –Primero quiero agradecerles una vez más su tiempo, ya que se que es oro. –Enfrente de él había una carpeta color negra. Él la abre y toma las hojas que estaban ahí.–Mi padre murió hace algunos meses y yo tome esta empresa en mis manos, como la herencia que mi padre me dejo. Pero hoy vengo a darle mi renuncia. –Todos en la sala mostraron su asombro, al murmurar muchas cosas al mismo tiempo, pero es Will, el que pide que todos se calmen. –Les pido que guarden silencio hasta
Siete meses después.Todo había cambiado, Will había dejado de ser el presidente de la empresa Ferguson. Mi hermana se había ido a Londres a estudiar, mientras que mis padres se fueron a vivir con Susana a la mansión Fernández. Susana encontró unos verdaderos amigos en mis padres, mientras que Tom abrió su propia empresa de ropa elegante, dejando de malgastar su dinero en malos negocios y mandando dinero, para que a mi pequeña hermana no le faltara nada en Londres.David había vuelto a participar para ser elegido como presidente de la empresa de su padre, pero había fallado una vez más. Mientras que Alicia se había convertido en una de las mejores presidentas que había tenido la empresa Ferguson, ¿pero que había pasado con nosotros? Los personajes principales de toda esta historia, en donde una mujer por presión se convirtió en la novia falsa de un hombre, que quería la empresa de su padre por venganza por la muerte de su madre.¿En realidad lo quieren sabe? Bueno, termino así.–¡Ana,
Nunca busqué el amor, ni tampoco comprometerme con alguien de esta forma. No sé porque me escogió a mí en vez de millones de mujeres, que podían ser su prometida. Que fueran de su misma clase social, o que fueran el tipo ideal de él. Pero él termino eligiéndome a mí. Era como si toda mi vida fue una lucha campante, hasta que llegue a sus brazos. A los brazos de mi jefe. Tenía una vida muy simple y algo caótica, mi única meta era poder trabajar en una buena empresa, ya que mi familia era realmente pobre. Mis padres habían perdido sus trabajos, en una fábrica de zapatos muy conocida en México. Mientras que también tenía una hermana, que tan solo tenía quince años y aún necesitaba de mí ayuda económicamente.–Ana, ¿estas nerviosa? —Me pregunta mi hermosa hermanita Rosali. Mi hermana era tan hermosa con su cabellera de color oro y sus ojos de color verde, que te quitaban el aliento con tan solo verla. Era una de las jóvenes más atractivas que había en nuestro barrio. –No te preocu
–Muy bien. –El joven Fernández se levanta con rapidez de su silla, para mirar hacia la pared de vidrio, que daba a una hermosa vista a la ciudad. –La señorita Gonzales, le estará dando mi agenda y todo lo que necesito para hoy.Yo aún seguía sorprendida por el nuevo puesto que tenía, así que solo me le quede viendo como una tonta, mientras pasaba una de mis plumas por mis labios rojos. El joven Fernández al darse cuenta, que no respondía, voltea a verme. Pero cuando lo hace, él se encuentra con mis ojos verdes, que le miran impresionados.El joven William se da cuenta de mi mirada, la respuesta inmediata de su cuerpo fue tragar saliva, nervioso al mirarme.–¿Entendió? -Preguntó aclarando la voz. –Sí, lo lamento. –Le respondí levantándome de mi asiento con rapidez, dándome cuenta que lo había mirado de más. ¡Qué vergüenza!Al salir de la habitación, no puedo evitar recargarme en la puerta de madera suiza, para recuperar un poco el aliento. Mi corazón estaba latiendo con fuerza, nunca
Pasarón varias semanas, en donde estuve muy atareada de trabajo, pero de alguna manera, llegué a conocer un poco más a mi nuevo jefe. Era una persona estricta y con un carácter bastante fuerte, pero al mismo tiempo era un hombre con una increíble capacidad para poder hacer negocios. Era como si su sola presencia pudiera hacer que cualquier acuerdo, con empresas vecinas o internacionales, fuera algo predestinado. Su personalidad abierta para los negocios, le hacían justicia a su sobrenombre: “el empresario de los millones de contratos”. La empresa Ferguson estaba aliada con demasiadas empresas mexicanas y extranjeras, elevando el valor de esta empresa con facilidad.Y mientras la empresa Ferguson iba subiendo de categoría, dentro de mi familia y vida personal, estábamos teniendo cada vez más y más problemas. El despido de mis padres de la fábrica de zapatos, se convirtió en un increíble problema, ya no podíamos pagar los estudios de mi querida hermana Rosali, que estaba en primer año d
–Señorita Guevara. ¿Qué hace aquí? -Pregunta curioso mientras que detrás de él, están sus dos guardaespaldas, que siempre están con él.–Lo mismo estoy pensando yo. –Murmuré sin tan siquiera haberlo pensando. –Lo lamento. –Me disculpe al ser tan atrevida.De proto salió David, para poder ver la cara de mi jefe. Al mirarlos, pude darme cuenta que había unas miradas algo tensas, era como si ellos ya se conocieran.–David. –Dijo mi jefe con algo de amargura, mientras su cara demuestra algo de diversión. –Fernández. –Contestos el moreno con altanería.–Me entere sobre el nombramiento de tu hermano. –Yo estaba en medio de estos dos hombres gigantes para mi altura, mientras los miraba con mucha confusión. Había tensión entre este par. Realmente nunca hubiera imaginado, que uno de mis mejores amigos, conociera al hombre más poderoso y rico de la ciudad. –Lamento mucho que no hayas podido heredar, ni siquiera una pizca de lo que tus padres sembraron. –Mi jefe sonaba bastante burlón.–Tal ve