Capítulo 116Rodrigo De la Sierra3 años después Mi vida estaba mucho mejor, seguía trabajando con mi madre y mi amigo Ariel ya tenía tiempo también trabajando con nosotros. Hacíamos muy buen equipo, mi vida estaba siendo de lo mejor porque veía a mi hermoso hijo y afortunadamente Sandra no se opuso a que yo lo pudiera ver y a veces hasta lo dejaba venir a quedarse unos fines de semana con mis padres.Los lunes era el día que yo más disfrutaba porque lo podía llevar a la escuela y ver la felicidad de mi hijo, era lo mejor de mi vida. Mi amigo Enzo siempre me acompañaba a llevarlo a la escuela y de ahí, nos íbamos a desayunar antes de irnos cada quien a trabajar.–Rodrigo, te quiero contar que me iré a Italia por unos días. Me ha invitado un amigo de la universidad a su boda, te acuerdas de nuestro amigo Felipe – me contó Enzo – también quiere que tú vayas, pero obviamente no podrás ir.–No, Enzo, le llevas a Felipe un regalo de mi parte y de la de mis padres. Tú que puedes, ve y divi
Capítulo 117Jazmín Zabaleta Villa3 años despuésApenas si podía creer que ya habían pasado 3 años desde que llegué a Italia a vivir con mis abuelos, en ese tiempo había habido muchos cambios en mi vida. Me metí a estudiar fotografía y ahora de eso me ganaba la vida, vendiendo mis fotos y eso también me había permitido recorrer el mundo y, por si fuera poco, Virgil y yo nos habíamos asociado y habíamos montado una hermosa galería en la que sus cuadros y mis fotos eran los protagonistas principales. Eva y Julián retomaron sus estudios en la universidad y ambos estaban por terminar ya sus estudios.–Amiga, ya están a poco tiempo de recibirse Julián y tú y me siento muy feliz por ambos – le dije a Eva – verás que les lloverán propuestas de trabajo.–Eso espero Jazmín. Yo tengo a Clara y de algo tenemos que vivir. Por cierto, gracias por irla a anotar al jardín de niños, mi niña ya se nos va a la escuela el lunes.Clara ya está muy grande y es una niña hermosa, no cabe duda que los genes
Capítulo 118Jazmín Zabaleta VillaLlegó el día que Eva y Julián se recibieron de la escuela y ahora ambos eran administradores de empresas formalmente, lo mejor de todo es que mis papás, mis hermanas y la señora Francesca vinieron para celebrar ese importante momento para mi mejor amigo y para Julián. Yo estaba orgullosa de ambos y se podía decir que ahora yo he recuperado mis ganas de vivir.–Muchas felicidades, chicos – les dije a los dos – ya son todos unos profesionistas. Esto es perfecto.Me daba tanto gusto que ellos hayan logrado este sueño, ahora los tres habíamos logrado lo que nos habíamos propuesto, me siento la mujer más feliz del mundo por tener a mi gran amiga y a mi novio celebrando el cumplimiento de sus sueños, son unas excelentes personas y me alegra que no me dejaron sola cuando más los necesité.–Gracias, Jazmín – Eva estaba feliz – después del día del nacimiento de Clara, se puede decir que hoy es el día más feliz de mi vida.Por supuesto que el mejor día de su v
Capítulo 119EpílogoEva Mondragón CuevasLuego de un fin de semana lleno de celebraciones por mi graduación y por la de Julián, por el éxito de Jazmín y de Virgil también, nos tocaba ese lunes a mi hija Clara y a mí volver a la rutina. Ese día yo iba a ir a una entrevista de trabajo recomendada por la universidad y Julián iría a lo mismo, estábamos desayunando los tres juntos como ya era costumbre y después llegó Jazmín.–Hola, amiga, pasa por favor. Llegas justo a tiempo para que nos acompañes a desayunar – La dejé entrar – Sirve que le das su beso de buena suerte a Julián para su entrevista laboral.Me encanta la linda pareja que hacen, ellos se merecen su final feliz, han pasado muchas cosas juntos y sé que se aman, me alegra que Jazmín haya superado su pasado tormentoso y le haya abierto su corazón a Julián dejándolo entrar. Mi amigo no se había desanimado y le había dado su tiempo, ahora son novios y hacen una hermosa pareja, solo espero que no se demoren y se casen pronto.–Hol
Rodrigo De la SierraSentí como un dolor en el pecho me atravesaba por completo, era una sensación desconocida e incómoda que me avisaba que algo demasiado malo había pasado. Estaba solo en mi casa, mi matrimonio se había acabado por ese trabajo mal habido que acepté y yo sabía en el fondo que había sido lo mejor, aceptar ese trabajo sucio que me ofreció Dora Zabaleta Fernández porque ese trabajo me llevó a conocer lo que es el amor.–Rodrigo, tienes que abrirme – Mi amigo Enzo tocaba la puerta de mi casa – Por favor, tengo que decirte algo, es urgente.–Voy, no es para que hagas tanto escándalo.Abrí la puerta y dejé pasar a mi amigo Enzo y él apenas entró en mi casa, se sentó en la sala y se cubrió su cara con ambas manos, como cuando estaba desesperado o que no sabía cómo decirme algo.–Dime ¿Qué te pasa amigo? Vienes y montas un escándalo y solo llegas a sentarte a la sala sin decirme nada.Si esa era su prisa, no le veía la razón de venir a hacer ese escándalo, para quedarse call
Rodrigo De la Sierra2 años atrásRecibí una llamada de un número desconocido, estando dando mis clases de literatura en la Universidad de Guanajuato, ignoré esa llamada y seguí con mis clases con el grupo de alumnos con el que me tocaba enseñar, pero sentía sonar y sonar en repetidas ocasiones el teléfono dentro de mi chamarra que en cuanto terminé de dar mis clases, esperé a que volvieran a llamarme y tomé la llamada. Tenía que saber de una vez por todas, quién me estaba llamando tan insistentemente.–Sí, diga – Dije al responder – ¿Quién habla?–La solución a todos tus problemas, bueno no solo a los tuyos, también a los de Sandra. Necesito que me ayudes, necesito que nos veamos, es algo que nos conviene a los dos – Dijo la voz de una mujer – No te vas a arrepentir.–Sea quién sea usted, señora. Yo no tengo tiempo para este tipo de juegos, tengo muchas cosas en la cabeza y problemas de los que debo ocuparme.–Lo sé, problemas de dinero y yo te estoy ofreciendo la salida de ellos – L
Jazmín Zabaleta VillaTenía poco que había entrado a la Universidad y ya había conocido a mi amor platónico, era él mi profesor de literatura Rodrigo De la Sierra, era alto de cabello negro, tenía un cuerpo muy bien trabajado y unos ojos azules y hermosos como el azul del cielo, me tenía encantada y su materia aún más, era mi asignatura favorita de todas las que llevaba en la licenciatura de letras.–Jazmín, no puedo creer que te guste el profe y no te atrevas a decirle nada – Me dijo Eva, mi mejor amiga – Se ve que a él también le gustas tú.Como había sido posible que dejara ver que me gustaba nuestro profesor Rodrigo, estaba segura de que nadie se había dado cuenta de eso, pero me había equivocado y mi amiga se había dado cuenta de mi enamoramiento.–Eva, amiga mía, estás bien loca y no puedo creer que me digas esas cosas – Me reí – No le puedo decir nada al profesor De la Sierra, no quiero que me corran de la Universidad.–No te pueden correr, además el profe es un bombón y si yo
Jazmín Zabaleta VillaSentía que todo me temblaba al acomodar el café del profesor debidamente en la mesa, él me miraba como nunca lo vi, mirarme en clases y eso me produjo una sensación extraña en el estómago, sentía volar dentro de mí millones de mariposas que amenazaban con salirse por doquier, mi mano debió temblar porque sentí la suya, sujetar la mía y desatando en mí, un estremecimiento involuntario.–Gracias, Jazmín. Eres muy amable, pero no tienes por qué ponerte nerviosa conmigo – Me descifró enseguida – Soy solo otro cliente más del lugar y aquí no soy tu profesor.Tenía razón el profesor, pero eso no quitaba que estuviera por demás nerviosa, pues lo tenía al frente mío, donde podía ser alcanzable.–Sí, bueno – Respondí muy nerviosa – No sé, si le gustaría ver la carta de los postres.–No soy mucho de postres, pero dime ¿Qué hay de postres? – Demonios, no me acuerdo, pensé – O podrías traerme, el pastel del día.Se me había borrado todo de repente, estaba como si por primera