4. Recuerdos Del Pasado

Narra Alex 

Estoy en mi oficina cuando veo entrar a mi amigo.

—¿Cómo lo pasaste ayer? —me pregunta sentándose frente a mi escritorio.

—Bien, solo eso te diré —le advierto y lo fulmino con la mirada. 

—Sí, sé que es tu vida privada, estoy de acuerdo —me contesta, con un poco de pesar ya que por lo que veo lo carcome la curiosidad. 

—¿Fuiste a la bodega? —indago.

—Sí, lo hice y déjame decirte que deben confirmar la hora y lugar de entrega.

—Está bien, y estoy seguro de que lo harán —le respondo y cuando se da cuenta de que no hablaré más, se retira y yo sigo con lo mío. Soy uno de los traficantes más temidos y no me gustan los cabos sueltos. Terminando esto me voy a la cocina y veo a mi nana, la sorprendo y la abrazo por la espalda.

— ¿Cómo está la nana más linda? —Ella sonríe. 

—¡Estoy bien! Dime, mi niño. ¿Qué quieres? 

—Prepara algo y llévamelo a mi despacho —Ella asiente y yo vuelvo al trabajo. Me siento en la silla y apoyo la cabeza en el respaldo. Recuerdo a la mujer que tuve en mis brazos la noche anterior, no sé su nombre, pero espero que tenga una vida llena de felicidad.

Ya que estar atado por una mujer no es lo mío y menos aún tener hijos, no está en mis planes todavía, quizás más adelante. Bueno, vuelvo a mis pensamientos cuando veo a mi nana entrar con un plato de bocadillos, así que con mucho gusto lo agarro ya que tengo hambre. Cuando estaba degustando los bocaditos suena mi móvil.

—¡Hola! ¿Quién es?

—Soy Nicole Germán, hablo para confirmar el tiempo de entrega —me dicen al otro lado del teléfono. 

—Bueno, pásame la hora y el lugar por mensaje —le ordeno y cuelgo.

—Después de esto, obtengo el lugar y la hora.  Envío al celular de mi amigo la información ya que él lo entregará.

Decido ir personalmente a revisar el almacén, cuando llego veo a mis empleados tensarse ya que saben que no me gustan los errores, veo cada paquete y sacó de mi bolsillo un bolígrafo, corto, lo perforo y lo desempolvo para probarlo y si el envío es perfecto, entonces ordeno: 

—¡Continúen con el embalaje para entregarlo! —Asienten y lo hacen. Regreso a mi casa y me dirijo directamente a mi dormitorio para luego darme una ducha y descansar un poco, para después estar atento a la entrega del envió.

Entro al dormitorio, saco la toalla del armario y luego voy al baño, uno de mis pasatiempos preferidos es estar bajo la ducha un tiempo determinado, ya que el agua me relaja. Después de unos minutos, ya estoy fuera. Me acuesto en la cama y me quedo dormido.

En el pasado…

Yo iba sentado en el asiento trasero mirando por las ventanillas del auto observando el paisaje, mientras mis padres hablaban de cosas que yo realmente no entendía, estaba lluvioso y con caminos resbaladizos, pero mi padre tiene experiencia manejando así. Vuelvo mi mirada a la ventana para ver el mar. 

—¡Guau! —digo asombrado. La vista era majestuosa.

Observo que mi padre toma la desviación para subir por el puente, y así acortar el camino. Y de un momento a otro, siento que el auto hace un giro brusco. Todo lo que estaba haciendo era gritar porque estaba aterrorizado. En unos segundos estábamos en el agua que recientemente admiré, tratando de desabrocharme el cinturón de seguridad, noté que mi padre yacía inconsciente mientras mi madre estaba desesperada por desabrocharse el cinturón. 

—¡Madre...! ¡Madre! —Le grito y el agua entra en mis pulmones, luego me sumerjo en una oscuridad profunda, solo sentí paz, era como si estuviera dormido.

Luego de horas en un hospital despierto, la habitación era amplia, volteo la cabeza en dirección a la puerta, veo que es de color marrón, mientras que, por la ventana, había una cortina de color beige, las paredes eran celestes. Cuando estaba a punto de levantarme, veo entrar a un hombre que supongo que es el médico. Lo observo cuando veo que toma una planilla y escribe algo en él, 

—¿Dónde están mis padres? —pregunto. Se acerca a donde estoy para luego decir:

—¡Me alegra joven Alex que este bien! Hemos llamado a su pariente para que venga a buscarlo. —Solo asiento en respuesta. 

—Quiero ver a mis padres. —Lo digo con firmeza.

—¡Será mejor que veas a tus padres más tarde! —Todavía no me convencen los dichos del doctor, me quedo con una preocupación un tanto inquietante.

Cuando oscurece, veo llegar a mi nana. Se me acerca y me abraza, detrás de ella veo entrar al guardaespaldas de mi padre.

—¡Joven Alex! — Me dice en tono triste. Vuelvo la mirada a mi nana para preguntarle por mis padres. Ella se echa a llorar, y yo comienzo a tensarme.

—¿Qué pasa nana? —pregunto, mientras que el guardaespaldas de mi padre se acerca y dice:

—¡Jovencito, lo siento! Pero no pudieron salvarlos. —Cuando escucho estas palabras hago una señal de negación y luego me levanto, trato de salir de la habitación, pero fue en vano. Sólo abrazo a mi nana para llorar. El dolor que estaba sintiendo era inexplicable.

         En la actualidad...

Me despierto emocionado cuando veo que estoy empapado en sudor. Me siento y froto mí nuca, ha pasado mucho tiempo desde que soñé con esos malos recuerdos. Fue un período de dolor y agonía, aunque no sé exactamente qué pasó, siento que hay cosas que todavía no sé.

Es una etapa que no logro superarlo, un pasado lleno de interrogantes, un accidente que nunca fue esclarecido jamás, como también es sabido que mi padre se había ganado más enemigos, que amigos. He aprendido que en este lado de la mafia nunca está segura tu vida y las que nos rodea, quizás es por eso que no he formado una familia, por miedo a perderlos, así como he perdido a mis padres.

Pero algún día llegaré a los responsables de aquel fatídico desenlace que tuve que experimentar. Cada dolor, cada lágrima derramada de mi familia y mío se los haré pagar.   

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