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Amistad en Llamas
Amistad en Llamas
Por: S. Dal Santo
1. Quisiera Detener El Tiempo

Hace dos días que he regresado a Marbella después de haber terminado mi ultima gira de forma definitiva y es que por una cosa u otra se extendió más de la cuenta haciendo que prácticamente estuviera casi dos años fuera de casa de manera intermitente. No me quejo, soñé toda mi vida con ser cantante y me prepare para ser el mejor músico que pueda, pero siempre es difícil estar lejos de casa, de la familia y de todo lo que de alguna manera te amarra a tu tierra, aunque, a decir verdad, también extrañare los escenarios y es que todo esto muy contradictorio y difícil de explicar. La gente dirá que estoy loco, pero estar con el público y la adrenalina que se siente al subir cada noche al escenario de una ciudad diferente es una especie de droga, por llamarlo de alguna manera.

Ahora estoy aquí junto a mi novia Sara, en una discoteca esperando a que todos nuestros amigos lleguen y si soy sincero, no tengo muchos ánimos de estar en este lugar, pero con tal de complacerla he venido. Lo bueno de todo esto es que volveré a ver a Ximena, mi confidente, mi amiga, mi consejera... Me atrevería a decir que ella es la persona que más me conoce además de mi familia, diría que me conoce más que mi propia novia. Internamente sé que mis sentimientos por ella van mucho más allá, pero nunca he tenido el valor de confesarle lo que siento. Soy un cobarde por engañarlas a ambas... a Sara por hacerle creer que la amo y a Ximena por pretender que lo único que siento por ella es una simple amistad, pero no puedo confesarle mi amor por el simple hecho de que ella jamás tendría nada con un hombre como yo que se la pasa viajando y saliendo en tapas de revista, programas de televisión y radio. Ella quiere un hombre normal y en realidad debo agradecer que haya querido seguir manteniendo nuestra amistad cuando mi vida cambio tan e repente y eso es debido a que nos conocemos hace muchísimos años, los mismos que me han llevado a mi darme cuenta de que estaba enamorado de ella. Tuve que verla con Marco, su exnovio para entender lo que me sucedía. Hace más de un año que estoy metido en este problema, más de un año que vivo fingiendo... esto realmente no es vida, eso lo tengo clarísimo.

Así como si la estuviera llamando con la mente, la veo llegar del brazo de un hombre y todas mis alarmas se enciende «¿Quién es él?» Me pregunto internamente mientras siento que me hierve la sangre por verla con otro «Contrólate Liam...» Me digo a mi mismo. Entran al reservado donde estamos sentados con Sara, y al verla más cerca me doy cuenta que luce sencillamente deslumbrante con esa forma de ser tan relajada que tiene y para mi propio mal se la ve muy feliz junto a él.

—¡Liam!— Exclama mientras va soltándose del brazo de ese hombre y camina hacia mí con sus brazos extendidos.

Me levanto del sofá y la abrazo fuertemente levantándola por el aire — ¡Xime! ¡Cómo te he extrañado!— Le digo sin soltarla.

«Sin tan solo supiera que no la he dejado de pensar ni un solo instante...» 

— ¡Yo a ti! Casi que no regresas ¿eh?— Me dice riéndose mientras hago que sus pies toquen el suelo nuevamente.

— ¿Cómo no iba a regresar?— Le respondo entre risas. —Sabes que no puedo estar lejos de ti y Sara.— Explico, aunque debería ser más honesto con mi mejor amiga y confesarle que llevo tiempo enamorado de ella.

— Déjame y te presento a Ismael, mi novio.— Dice mientras extiende su mano para que él se acerque. 

«¿Novio?» Ahora sí que mi mundo se ha derrumbado... «Pero, vamos Liam que esta es tu culpa por no ser claro con ella.» Me regaño y es que en verdad soy el idiota más grande del mundo.

— Hola, mucho gusto.— Lo saludo amablemente por obligación extendiéndole mi mano.

— Lo mismo digo, no sabes lo mucho que Xime me ha hablado de ti. — Me admite sonriente.

— ¿Ah sí?—  Pregunto con entusiasmo y es que es inevitable no sentirme asi cuando ella le habla de mi a alguien.

— Si, me ha dicho que son amigos desde hace muchísimo tiempo... vamos que casi se han criado juntos.— Explica relajado y es claro que para él no significo ninguna preocupación.

— Si, así es...— Me limito a responder y es que en verdad cada vez que me veo en esta situación me deprimo un poco más de la cuenta.

— Si, Liam y yo somos casi como hermanos.— Intercede Xime con una enorme sonrisa.

«¿Hermanos?» No... eso sí que no... siento que se abre el piso al escuchar sus palabras y puedo sentir como caigo en un pozo sin fin... No... no quiero que ella me vea de esa forma. «Pero ¡vamos que es tu culpa por no decirle las cosas de frente!» Me grito a mí mismo internamente y es que no puedo dejar de reprocharme el ser tan imbécil.

— Ismael, te presento a Sara, mi novia.— Le digo mientras que hago que Sara se acerque a saludar, y es que necesito desviar el foco de atención para que no se note lo que me pasa.

Por alguna razón Sara y Ximena nunca se han llevado muy bien que digamos, muchas veces presiento que Sara sabe muy bien lo que siento por Ximena, pero hasta ahora nunca me ha hecho ningún reclamo y por eso pienso que son solo ideas mías, sin embargo, a veces las mujeres pueden ser un poco extrañas y por eso siempre ando con cuidado, ese es un sabio consejo que me ha dado mi padre.

Unos cuantos minutos después llegan Daniel, Santiago, Sabrina y Karla nuestros otros amigos más cercanos, esos con los que siempre salimos y diría que somos un grupo inseparable que estamos siempre en las buenas y las malas. De apoco todos se van saludando y haciendo las presentaciones necesarias para conocerse con Ismael quien se ofrece a ir por tragos para todos. El ambiente se va animando con el correr del tiempo y así voy bailando con Sara en la pista de baile mientras Ximena hace lo mismo con Ismael y Karla, Sabrina, Santiago y Daniel van intercambiando de parejas de baile según la canción, en conclusión, todos la estamos pasando de maravilla.

De pronto escuchamos esa famosa canción que tanto nos encanta a Ximena y a mí, esa que hemos bailado miles de veces ya que es un clásico de los clásicos de cualquier fiesta ¿Acaso quién no ha bailado una canción de Elvis Crespo? 

— ¡Liam! ¡Nuestra canción!— Exclama emocionada y me gusta saber que a pesar de su novio esto no ha cambiado.

— Ismael, ¿Me permites? — Le pregunto y él asiente.

— ¡Claro! Mientras bailo con Sara si no te molesta.— Me deja saber y sonrió.

— Claro que no— Contesto sin dudarlo y es así como intercambiamos de pareja y Ximena y yo comenzamos a bailar al ritmo de esta canción.

— No podíamos no bailar nuestra canción juntos.— Comenta mientras se mueve de una manera que me vuelve loco.

— Claro que no, siempre hay que seguir con la tradición— Respondo entre risas.

Así nos vamos moviendo por la pista de baile al ritmo de la canción hasta que nos damos cuenta de que nos hemos ido alejando de donde se encuentran todos. 

— ¿Cómo es que hemos llegado hasta aquí?— Me pregunta entre risas. 

— No lo sé, pero estamos cerca de la barra...— Le respondo sonriente. — ¿Quieres un trago? — Le ofrezco aprovechando el momento.

— Liam, yo ya he bebido casi cinco tragos y sabes que el alcohol no se me da muy bien.—  Informa riéndose.

— ¡Vamos Xime! Hace tiempo que no nos vemos... debemos ponernos al día y festejar. Además, sabes que a mi tampoco se me da mucho el alcohol y también llevo varios tragos encima ¿Qué mejor que emborracharse junto a una amiga?— Explico riéndome de la situación.

— ¡Vale! Que me has convencido— Accede finalmente.

Dicha estas palabras, la tomo de la mano para no perderla entre el tumulto de gente que se encuentra en el lugar, aunque debería ser honesto conmigo mismo y admitir que lo hago por la simple necesidad de sentir su piel con la mía. Nos paramos en la barra y pedimos un Martini cada uno, así comenzamos a conversar acerca de lo sucedido en este tiempo y a brindar por diferentes motivos... Y así van uno...dos...tres...y cuatro Martini... Entre trago y trago nuestros cuerpos se han ido acercando de a poco hasta que ahora su cuerpo se roza con el mío provocando una revolución interna. De pronto mis manos en un acto instintivo sujetan su rostro y mi mirada se fija en la suya. Sus ojos, esos ojos que conozco a la perfección me miran confundidos y no sé si es por el alcohol o por las ganas acumuladas que siento por besarla que poso mis labios sobre los suyos. No sé de donde estoy tomando valor, pero comienzo a besarla de la manera más especial posible para dejarle saber lo que siento por ella. Xime no se resiste al contacto de mis labios y de a poco va respondiendo a mi beso y yo tan solo quisiera que este momento se hiciera eterno... su boca perdiéndose en la mía. Lo que he querido hacer todo este tiempo... Tengo miedo a terminar este beso y que su reacción no sea la esperada... Quisiera detener las agujas del reloj... Solo eso...

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