Leonardo entró al apartamento después de un largo día, con la mente aún ocupada por todo lo que había hablado con Andrés. Al abrir la puerta, una cálida fragancia de comida casera lo envolvió. Se detuvo por un momento, sorprendido al ver a Isabella de pie en la cocina, sonriendo mientras charlaba con su nana. Llevaba un delantal puesto, algo que nunca hubiera imaginado verla usar.Ella se giró y lo vio parado allí, observándola en silencio.—No te escuché llegar —dijo con una sonrisa ligera, mientras se limpiaba las manos en el delantal—. Estamos preparando la cena. Ya casi terminamos. ¿Por qué no te sientas?Leonardo, aún un poco desconcertado por la escena, asintió lentamente y se dirigió a la mesa. Mientras tomaba asiento, no pudo evitar notar lo cómoda que parecía Isabella en ese momento. No era la mujer que había imaginado al principio, fría y distante. Había algo más cálido y real en ella que lo hacía sentirse incómodo de alguna manera.—No esperaba esto —dijo él finalmente, rom
La oficina de Isabella era moderna y luminosa, con una gran ventana que ofrecía una vista impresionante del parque cercano. Desde su puesto, podía ver la oficina de Leonardo, donde él trabajaba intensamente en su computadora, sumido en gráficos y números. Isabella sonrió al notar que él la miraba de vez en cuando, intentando concentrarse en sus tareas mientras ambos compartían esa conexión silenciosa.Después de un par de horas revisando las finanzas de ambas empresas, Leonardo decidió que era hora de un respiro. Se levantó y caminó hacia la oficina de Isabella, tocando suavemente la puerta antes de entrar.—¿Cómo vas con las finanzas? —preguntó, apoyándose en el marco de la puerta y sonriendo.Isabella levantó la vista de su computadora, aliviada de ver a Leonardo.—Ya casi termino —respondió, girando en su silla para enfrentarlo—. Estoy ajustando algunos números finales.—Bueno, yo ya terminé —dijo él, cruzando los brazos—. Vine a buscarte para ir a almorzar juntos. Todos deben vern
"Alianza Prohibida"Leonardo MontielEdad: 28 añosOcupación: Trabaja en la empresa familiar Montiel Corporation, una de las más influyentes en el sector de la construcción y bienes raíces.Personalidad: inteligente, reservado y analítico. Siempre busca soluciones prácticas, aunque su carácter puede ser frío y distante debido a la presión que ha cargado desde joven para ser el heredero de la empresa. Leonardo está acostumbrado a la competencia feroz y tiene un sentido del deber muy marcado hacia su familia.Apariencia física: alto, de complexión atlética, cabello oscuro y ojos penetrantes, que siempre parecen analizarlo todo.Relación con su padre: Aunque respeta profundamente a Don Mario, la relación con él es tensa. Su padre ha sido duro y exigente, y Leonardo siempre ha sentido que tiene que demostrarle su valía.Conversación entre Leonardo y Don Mario en la oficina:(La oficina está silenciosa, solo se escucha el ligero zumbido de la computadora de Leonardo, quien revisa con det
En la oficina de don Mario Montiel, los asesores financieros están terminando de exponer los graves problemas que enfrenta su empresa. Don Mario escucha en silencio, su mirada fija en los papeles que muestran la inminente quiebra. Sabe que tiene pocas opciones, y aunque detesta la idea, decide llamar a su rival, don Samuel Colmenares, para una reunión.Don Mario (marcando el número en su teléfono):—Colmenares... necesito hablar contigo. Es urgente, sobre nuestras empresas. Nos vemos en mi oficina mañana.En la oficina de Don Mario, al día siguienteDon Samuel entra en la sala de juntas, con una mirada de desconfianza. Ambos hombres tienen años de rivalidad, y cada uno ha luchado por dominar el mercado. Pero esta vez, Don Mario sabe que deben poner sus diferencias a un lado.Don Samuel (mientras toma asiento):—Nunca pensé que vería el día en que me llamaras para hablar de negocios. ¿Qué tan grave es la situación, Montiel?Don Mario (serio):—Grave. Ambas empresas están al borde de la
Don Samuel llega a su casa después de la tensa reunión con Don Mario. Su mente está llena de pensamientos, sabiendo que la conversación con su esposa y su hija será difícil. Aunque Isabella aún no conoce a Leonardo, el matrimonio arreglado parece ser la única solución para salvar la empresa. Don Samuel entra al salón y encuentra a su esposa, Doña Rosa, y a su hija, Isabella, sentadas en el sofá. Ambas levantan la vista cuando lo ven entrar con una expresión preocupada. Doña Rosa(preocupada): —Samuel, ¿qué sucede? Te ves alterado. Don Samuel (tomando asiento, suspirando): —La situación es más grave de lo que pensábamos, Carmen. Si no hacemos algo pronto, perderemos todo lo que hemos construido. La empresa está al borde de la quiebra. Isabella (frunciendo el ceño): —¿Qué quieres decir, papá? ¿Qué está pasando con la empresa? Don Samuel (mirando a su hija con gravedad): —Hoy me reuní con Don Mario Montiel... nuestro principal rival. La situación de su empresa es igual de mala.
Don Mario, tras la tensa conversación con Don Samuel Colmenares, vuelve a su hogar con una preocupación evidente. Tiene que hablar con su familia sobre lo que acaba de acordar con su rival. Al entrar a la sala de su casa, ve a su esposa, Doña Victoria, y a su hijo Leonardo, que lo esperan para cenar. El ambiente familiar está cargado, aunque aún nadie sabe lo que Mario está por decirles.Doña Victoria (notando la preocupación en su esposo):—Mario, ¿qué ocurre? Te veo más preocupado de lo normal.Don Mario (con un suspiro profundo, mientras toma asiento en la cabecera de la mesa):—Hoy tuve una reunión con Don Samuel Colmenares.Leonardo (sorprendido, frunciendo el ceño):—¿Con Samuel? Creí que no querías volver a hablar con él... ¿De qué hablaron?Don Mario (mirando a su hijo con seriedad):—De nuestras empresas. Estamos al borde de la quiebra, Leo. Tanto la nuestra como la de Samuel. Si no actuamos rápido, lo perderemos todo.Doña Victoria (sorprendida):—¿Qué dices, Mario? ¿Cómo es
Leonardo (en la puerta de la casa de Valeria, respirando hondo antes de tocar el timbre):—Valeria… esto va a ser más difícil de lo que imaginé.Valeria (abriendo la puerta, sonriendo al verlo):—¡Leonardo! Qué sorpresa, no esperaba verte hoy. Pasa, ¿todo bien?Leonardo (entrando, intentando ocultar su incomodidad):—Sí, todo bien… bueno, en realidad, hay algo que tenemos que hablar. Algo importante.Valeria (con preocupación en el rostro):—¿Qué pasa, Leo? Pareces nervioso. ¿Ha sucedido algo en la empresa? ¿Con tu familia?Leonardo (mirando al suelo, buscando las palabras):—Es... es complicado. No sé cómo empezar esto. No quiero herirte, Valeria, pero tengo que ser sincero contigo.Valeria (poniéndose seria, sentándose en el sofá):—Me estás asustando, Leonardo. ¿Qué es tan grave que no puedas decirlo?Leonardo (con voz baja, evitando su mirada):—Mi familia... hemos estado pasando por muchas dificultades en la empresa. Y para resolverlas, han tomado una decisión que afecta a los do
Mansión Colmenares, el gran salón está preparado para la reunión. El ambiente es elegante, pero hay una tensión palpable en el aire. Don Mario Montiel llega con Leonardo, mientras que Don Samuel Colmenares y su esposa, Doña Rosa, esperan en la entrada. Isabella está en su habitación, sin saber aún que conocerá a su futuro esposo esa noche. Don Samuel (recibiendo a Don Mario con una sonrisa forzada): —Mario, me alegra que hayas llegado puntualmente. Es un día importante para ambos. Don Mario (con una expresión seria, extendiendo la mano): —Samuel, aquí estamos. Sabemos lo que está en juego. Don Samuel (mirando a Leonardo): —Ah, y este debe ser tu hijo, Leonardo. He escuchado mucho sobre ti. Leonardo (asintiendo, con una sonrisa cortés): —Es un placer, señor Colmenares. Espero que esta reunión sea beneficiosa para ambas familias. Doña Rosa (interviniendo suavemente, con una sonrisa amable): —Leonardo, Isabella está arriba preparándose. Pronto bajará a conocerte. Estamos segur