―Yo, Huilén Nukak, hija de los alfas Tanok Nukak y Enola Voinescu. ―Miró a su hermana y sonrió por la presentación parecida. ―Prometo ser un dolor de cabeza para ti, Nahil Wilding. ―Bromeó haciéndolos reír a todos. ―Me aseguraré de que vayas por buen camino, te iluminaré cuando la oscuridad amenace
―Ya dejen de hacerme tía… ―Tanik le quitó a la bebé a su madre. ―Voy a morir de tanto amor… Dioses, es hermosísima. ―Se derritió mirando a su nueva sobrina. Por otro lado, Tanok, Kunak, Tahiel, Aluhe, y Kato veían juntos a otros invitados como Nahil estaba que se lo llevaban los mil demonios mientr
El insoportable y desgarrador dolor le arrancó un grito a Enola, tan fuerte que su garganta dolió. Está perdiendo a su hijo, ella está sufriendo un aborto espontáneo y su mundo parece haberse detenido. Sangre, dolor y lágrimas, es lo único que procesa su cerebro. No importa su prometido que la tie
La llegada a Kingfield fue tranquila, Enola pasó todo el viaje durmiendo para así poder controlar todos sus sentimientos y no romper en llanto en pleno vuelo, todo hubiera sido más fácil si no sintiera como si alguien la mirara todo el tiempo, pero aun así logró llegar a su destino sin derrumbarse.
Como Tanok lo supuso, su luna ha estado dormida durante dos días, las intensas sesiones de sexo y la marca fueron demasiado para ella, no tuvo más opción que emprender su viaje y llevársela mientras está inconsciente. Va contra el tiempo, está a punto de perder su puesto como Alfa y no se lo puede
Enola dejó de respirar al verse frente al enorme hombre de cabello largo y ojos brillantes, hay otros detalles, pero es que la impresión se apoderó de ella y más su desconcierto al recordar algunas coas. Las imágenes azotando su cabeza la hizo retroceder dos pasos, ¿Acaso él la había sacado del agu
Escapó de uno para caer en las garras de otro, el hombre, desagradablemente sexy y arrogante, no deja de denigrarla por ser una humana. No ha tenido tiempo de digerir que en el mundo hay criaturas enormes que pasan por humanos hasta que deciden lo contrario. ¿Cómo es posible que aquel hombre al que
Tanok se movió inquieto, el brebaje que le dan a beber lo duerme profundamente, pero aquel dulce y fuerte olor lo sacó de ese sueño. Abriendo los ojos se sentó en la cama, su corazón marcha rápido y su lobo rasguña con esa vitalidad que había perdido en los últimos días. Siempre creer percibir su ol