Incredulidad, eso había en la mirada de los recién llegados, ¿Cómo era que ese tonto podía estar sonriendo y regocijándose de que los demás habían salido corriendo por saber que tenían las de perder? Tanok consideró en si arrancarle la cabeza o no. ―¿Les gustó el inicio de una noche inolvidable? ―L
―Eh… eh… eh… ―Aluhe sostuvo a su cuñado y Tahiel a Duke. ―No hagan esto. ―Continuó Aluhe. ―Ya se dieron su puñetazo de gracia, ahora dejen esos resentimientos. ―Duke se tragó todo lo que tenía para decir y Nahil simplemente gruñó antes de soltarse de su cuñado. Las chicas ya estaban iniciando a per
―Yo, Huilén Nukak, hija de los alfas Tanok Nukak y Enola Voinescu. ―Miró a su hermana y sonrió por la presentación parecida. ―Prometo ser un dolor de cabeza para ti, Nahil Wilding. ―Bromeó haciéndolos reír a todos. ―Me aseguraré de que vayas por buen camino, te iluminaré cuando la oscuridad amenace
―Ya dejen de hacerme tía… ―Tanik le quitó a la bebé a su madre. ―Voy a morir de tanto amor… Dioses, es hermosísima. ―Se derritió mirando a su nueva sobrina. Por otro lado, Tanok, Kunak, Tahiel, Aluhe, y Kato veían juntos a otros invitados como Nahil estaba que se lo llevaban los mil demonios mientr
El insoportable y desgarrador dolor le arrancó un grito a Enola, tan fuerte que su garganta dolió. Está perdiendo a su hijo, ella está sufriendo un aborto espontáneo y su mundo parece haberse detenido. Sangre, dolor y lágrimas, es lo único que procesa su cerebro. No importa su prometido que la tie
La llegada a Kingfield fue tranquila, Enola pasó todo el viaje durmiendo para así poder controlar todos sus sentimientos y no romper en llanto en pleno vuelo, todo hubiera sido más fácil si no sintiera como si alguien la mirara todo el tiempo, pero aun así logró llegar a su destino sin derrumbarse.
Como Tanok lo supuso, su luna ha estado dormida durante dos días, las intensas sesiones de sexo y la marca fueron demasiado para ella, no tuvo más opción que emprender su viaje y llevársela mientras está inconsciente. Va contra el tiempo, está a punto de perder su puesto como Alfa y no se lo puede
Enola dejó de respirar al verse frente al enorme hombre de cabello largo y ojos brillantes, hay otros detalles, pero es que la impresión se apoderó de ella y más su desconcierto al recordar algunas coas. Las imágenes azotando su cabeza la hizo retroceder dos pasos, ¿Acaso él la había sacado del agu