La llegada a Kingfield fue tranquila, Enola pasó todo el viaje durmiendo para así poder controlar todos sus sentimientos y no romper en llanto en pleno vuelo, todo hubiera sido más fácil si no sintiera como si alguien la mirara todo el tiempo, pero aun así logró llegar a su destino sin derrumbarse.
―Oh, lo siento. ―Miró al hombre alto, corpulento, de cabello largo y ojos celestes brillante. ¿Cómo puede ser tan guapo e intimidante a la vez? Se preguntó anonada, sin quitarle la mirada al hombre quien la mira con posesión. ―Estoy un poco perdida y he cambiado de dirección inesperadamente. ―Le sonrió y no lo extendió más, se alejó del hombre, ni siquiera le dijo ni una sola palabra.
―¿Señorita, Enola? ―El encargado de llevarla al retiro se acercó a ella. ―Soy Eddy, yo la transportaré a Joyful Yoga. ―Enola respiró con tranquilidad, finalmente encontró al hombre.
―Muchas gracias, Eddy. ―Le sonrió con amabilidad al hombre. ―Podemos irnos.
―Señorita. ―El hombre la detuvo. ―Todavía debo esperar a un cliente más, ¿Le molestaría darme unos minutos? ―Enola negó de inmediato, ella jamás puede ser egoísta. ―¿Señor Tanok? ―El imponente hombre de altura abismal, lo miró de manera intimidante, está demasiado cerca de su luna.
―Sí. ―El mero tono de su voz estremeció por completo a Enola y de manera inexplicable toda ella inició a arder, no comprendía la reacción de su cuerpo, pero sí estaba avergonzada. ―Podemos irnos. ―El resto del viaje fue demasiado tenso para ambos, Enola tratando de ignorar el magnetismo del hombre y él conteniéndose para no marcarla y reclamarla como suya de una buena vez.
―Bienvenidos al retiro espiritual más cotizado de Kingfield. ―El hombre le mostró el hermoso lugar. ―Señorita, usted reservó las cabañas retiradas al norte. ―Tomó las maletas de Enola. ―Una vez se registre la estarán transportando a su destino. ―Dio la orden a un botones para que la ayudara. ―Mi señor, usted tiene reservación aquí en el hotel, si gusta yo personalmente lo registro y lo acompaño a su habitación.
―No me toques. ―Gruñó al ver las intenciones del hombre en tomar su maleta. ―Quiero una cabaña en el norte. ―El hombre retrocedió un paso, ¿No eran sus ojos celestes? ¿Por qué están rojos ahora? Se preguntó realmente extrañado y desconcertado.
―E… está bien. ―Reaccionó a duras penas. ―Por favor, acompáñeme. ―Intentó tomar nuevamente la maleta, pero el gruñido lo frenó en el acto. ―Po… por aquí. ―Le mostró el camino y permitió que el gigantesco hombre se adelantara, pareciera que con solo un paso podría aplastarlo con facilidad.
Enola miró el hermoso lago frente a su cabaña y la paz que sintió en el primer segundo pareció volverse una pesadilla al recordar lo que pasó horas atrás en la iglesia. Las palabras hirientes de Ikal resuenan en su cabeza una y otra vez, la humillación que vivió la agobió y el saber que la abandonó por su mejor amiga por el simple hecho de no poder concebir la destruyó por completo.
Las lágrimas brotaron sin contención, ella se dejó llevar y trató de sacar todo lo que la lastima, pero no importaba cuantas lágrimas derramara, ella parecía no poder limpiar su alma. Su corazón parece sentenciado a sufrir por la eternidad, ¿Acaso no merece ella un poco de felicidad? Preguntó al viento, en medio de un grito que estremeció al hombre que la mira desde la distancia.
Su luna está sufriendo, lo puede sentir bien, su débil corazón sangra de manera dolorosa y su alma está demasiada rota, ¿Quién pudo dañarla de esa manera? Se preguntó impotente por no haberla encontrado antes.
―Oh, cachorra, ¿Qué harás? ―Se preguntó al verla caminar como alma en pena en dirección al lago de aguas heladas. ―No es seguro en tu estado. ―Caminó en su dirección.
Enola con la percepción de la realidad nublada por su dolor, caminó sin más al agua, sin importarle lo peligroso que era meterse en un clima así, ella simplemente caminó más y más hasta verse con el agua en el cuello, pero ni entonces se detuvo.
Sus vaqueros iniciaron a pesar, su abrigo le dificultó nadar y ni aun así se detuvo. Cada advertencia de la recepcionista en cuanto al lago se escapó de su mente, el frío que cala en sus huesos solo fue una punzada más a su dolor emocional y el agua metiéndose por su garganta fue como tomar una bocanada de aire y finalmente respirar con libertad.
Ella no pensaba vivir, sola, destruida y sin la posibilidad de ser madre, ella simplemente deseaba acabar con ese dolor que por años había ocultado en lo más profundo de su ser, ella ya quería terminar con su desdicha de una buena vez.
―Aaahhh. ―El tirón en su pie la hizo reaccionar. ―¿Qué está pasando? ―Se preguntó mirando a su alrededor, ella se encuentra sola, ¿Por qué sintió un tirón tan fuerte en su pie? ―¡Dios! ―Chilló antes de que la hundieran y la arrastraran cada vez más al fondo, es lo que ella quería, morir en las profundidades del lago, pero que la arrastren de esa manera tan rápida y no pueda ver de quien se trata, la llenó de pánico.
El aire abandonó por completo sus pulmones, su cuerpo perdió fuerza y no pudo dar más batalla, sus sentidos se adormecieron y su vista se nubló al punto de no poder ver más nada. Quizás era la oscuridad que la privó de todos los sentidos, quizás es la presión del agua que la aplasta hasta el punto de sentir que la destrozan, pero aquel nuevo tirón lo sintió diferente; es cálido, posesivo y fuerte.
―Oh, cachorra. ―Tanok salió del agua con su luna en brazos. ―No podría vivir sin ti, no ahora que te encontré. ―Verla desmayada oprimió su corazón. Es tan delicada y frágil que su sobreprotección se activó de manera inmediata. ―Yo cuidaré de ti a partir de ahora, te reclamaré como mi luna y nadie podrá lastimarte. ―Enola abrió los ojos al sentir aquel apacible calor, le agradó tanto que dejó de luchar y se rindió a los brazos del hombre que la sostiene protectoramente.
Tenerla desnuda frente a él, temblando por el frío y balbuceando cosas inentendibles lo excitó, ¿Cómo puede sentir algo tan energético sin ni siquiera tocarla? ¿Cómo se puede desear carnal y emocionalmente a una persona? ¿Es así como se siente estar cerca de tu destinada? ¿Qué sucederá cuando la reclame como suya? ¿Acaso todo será más profundo? Las miles de preguntas se interrumpieron por la petición de su pequeña cachorra.
―Abrázame. ―Susurró Enola inconsciente, deseando sentir ese calor que la calmó de todas las maneras. ―No me sueltes. ―Abrió los ojos y su vista borrosa solo le permitió ver esa cabellera larga y esos ojos celestes que parecen brillar como dos estrellas. ―¿Quién eres? ―Preguntó sin aumentar el tono de su voz, está demasiado débil, ni siquiera sabe como está viva.
―Soy tu alfa, tu rey y tu pareja. ―Respondió Tanok perdido por todo lo que está sintiendo en ese momento. ―Y hoy te reclamo como mía. ―Enola con las ideas confusas por el aturdimiento, tiró de él y lo abrazó, pero ese simple acto sedujo ambos cuerpos y ninguno fue capaz de notar las chispas que brincaron al rozarse.
Tanok vibró por completo, más de nueve siglos acostándose con diferentes mujeres, más de nueve siglos experimentando lo que es el placer y ahora con su luna está sintiendo algo que jamás había experimentado.
―Mmmm. ―Enola gimió por los miles de colores que explotaron a su alrededor, ¿Qué es lo que estaba sintiendo? Se preguntó llena de ese calor que ahora parecía querer incinerarla, ¿Acaso estaba muriendo y no lo sabía? ¿Cómo puede ella sentir cosas tan intensas al unir su cuerpo con ese hombre de ojos brillantes? ¿Cómo puede el placer cambiar todo lo que ella pensaba al respecto? “Sexo sin amor no se puede disfrutar”, es lo que ella siempre decía, pero ahí está, entregándose a un desconocido y disfrutando como nunca antes en su vida.
Es un sueño, llegó a la conclusión, no hay manera de que ella pueda sentirse tan plena y apasionada, pero… ¿Cómo es posible que toda ella esté en la cima del mejor orgasmo que ha tenido en su vida, ¿Cómo es que el grito que salió de su pecho anunció el mejor momento que ha vivido en la historia?
―Yo el alfa de la manada BloodMoon, te reclamo a ti, Enola Voinescu como mía. ―Tanok a pesar de estar temblando por el fascinante y ardiente orgasmo, sacó sus colmillos y mordió el cuello de su luna para tomarla como suya.
―Aaahhh. ―Enola gritó desesperada por el fuerte dolor, aquello parecía que le arrancaría por completo el cuello, su cuerpo tembló debido a la violencia de la mordida y algo en ella se rompió para volver a resurgir esta vez con fuerza. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué sentía su alma retorcerse dentro de ella como si buscara algo? ¿Por qué su corazón cambió su ritmo? Ya no es una duda, ella está muriendo y está siendo muy doloroso. Paz antes del dolor, pensó mirando esos ojos antes de caer desmayada.
―Eres mía, pequeña cachorra, estamos conectados y nadie más que tú podrás romper esta conexión. ―Lamió la sangre de sus labios. ―Pero debes saber que nunca permitiré que te alejes de mí. ―Acarició su cabellera blanca.
{Mía} Aulló el lobo con frenesí. {Mía} Repitió sintiendo los intensos sentimientos de su humano.
―Nuestra. ―Susurró Tanok experimentando por primera vez lo que es conectarse con su luna, sintiendo como su corazón ahora late a la par que el de su amada, percibiendo como sus almas ahora son una sola, siendo testigo de como su mundo ahora depende de ella.