Rumores, malas caras, humillaciones y desplantes es lo que sufre Enola a pesar de que el hombre que insiste en hacerla su esposa la protege. Quizás ordene que nadie la haga sentir mal, pero las personas no siempre hacen caso. Se siente sola, triste y fuera de lugar, ¿Cómo es posible que a cada luga
Enola lo recibió complacida, aquel hombre posesivo, celoso y sobre protector la hace pecar siempre que así lo desea y ella no se molesta, él la embarazó, ha hecho un milagro y aunque no lo ve más allá que como su secuestrador, no puede evitar la atracción y la necesidad de estar a su lado. ―Tanok…
―¿Embarazada, dices? ―Ikal se burló llenando el silencio que se había creado por tal noticia. ―¿Acaso no sabes tú que un lobo percibe a su hijo aun estando en el vientre de su madre y más considerando que tu pareja es el alfa? ―Tanok se sintió impactado, las palabras de Kato cruzaron su cabeza con t
―Tanok. ―Se puso en pie al verlo parado del otro lado de los barrotes. ―Estás aquí. ―Demostró felicidad, pero eso solo molestó más a Tanok. ―Quiero que me cuentes todo el plan. ―La miró con ojos rojos. ―Quiero que me digas a detalle cuál era la parte que debías cumplir para que ese imbécil pudiera
El día para Enola empezó de la peor manera, su corazón marcha lento, se siente triste y el frío no la dejó dormir en toda la noche y el dolor en su pecho no ayudó en nada. ¿Cuánto más la tendrían en ese lugar? Se preguntó sintiendo temor a lo que podría pasar con su bebé, ella no resistiría perder o
Enola sintió su corazón fortalecerse y supo de inmediato quién estaba cerca, no hacía falta que estuviera frente de ella, simplemente podía sentir su presencia. Poniéndose en pie, se pegó a los barrotes y esperó desesperada por ver esos hermosos ojos celestes y brillantes de los que es dueño.Tanok
Resentida, así se siente Enola después de ser envenenada y por poco perder a su hijo, la han lastimado, humillado y escupido a la cara con todos los actos crueles que hacen en su contra. No comprende nada, se supone que Tanok no podría vivir lejos de ella y ahí está, en una celda fría, haciendo su e
―Yo… yo no quise hacerlo. ―Inició a llorar. ―Yo me resistí, pero él me obligó… ―Los miró con su gesto contraído por el llanto. ―Ikal me obligó a ir con el alfa… me castigó por quedarme callada con lo de la humana y… y… ―No pudo seguir, los hipidos se lo impidieron. ―¿Qué estás tratando de decir? ―P