Enola sintió su corazón fortalecerse y supo de inmediato quién estaba cerca, no hacía falta que estuviera frente de ella, simplemente podía sentir su presencia. Poniéndose en pie, se pegó a los barrotes y esperó desesperada por ver esos hermosos ojos celestes y brillantes de los que es dueño.Tanok
Resentida, así se siente Enola después de ser envenenada y por poco perder a su hijo, la han lastimado, humillado y escupido a la cara con todos los actos crueles que hacen en su contra. No comprende nada, se supone que Tanok no podría vivir lejos de ella y ahí está, en una celda fría, haciendo su e
―Yo… yo no quise hacerlo. ―Inició a llorar. ―Yo me resistí, pero él me obligó… ―Los miró con su gesto contraído por el llanto. ―Ikal me obligó a ir con el alfa… me castigó por quedarme callada con lo de la humana y… y… ―No pudo seguir, los hipidos se lo impidieron. ―¿Qué estás tratando de decir? ―P
Enola miró a Tanok, ¿Acaso no piensa decir nada para salvarle la vida? Se supone que él la ama aun cuando no lo desea, ¿Por qué permanece en silencio? Comprendiendo que nadie la defenderá y que solo se tiene a ella, miró al consejo con el corazón latiéndole con fuera. ―Yo no he cometido traición. ―
―Vakira. ―Susurró al no sentir a su loba. ―Maldit4 puta. ―Ikal logró llegar a la que era su cabaña matrimonial. ―Me traicionaste y lo pagarás con tu miserable vida. ―La tomó por el cuello y apretó con fuerza, sabe que ella se va a defender. ―¿Acaso creías que te saldrías con la tuya? ―Katriona a pe
―¡Esto es una locura! ―Chilló montando el lomo del gigantesco animal, los pasos de los guerreros se escuchan demasiado cerca. ―¡Oh, por Dios! ―Se sostuvo del pelaje con fuerza al sentirse empujada por el aire, corre demasiado rápido. ―¡Ikal! ―Gritó al ver a los guerreros frente a ellos armados con e
Tres meses habían pasado desde que Kato salvó a Ikal y Enola de las garras de Tanok, por supuesto le tomó la palabra y los tiene a ambos como prisioneros. Él trabajando en su castillo preparando las armas para sus guerreros, entrenándolos y ayudándolos en combate y ella cautiva en la misma habitació
―Cálmate. ―Le pidió tranquilo. ―Me llegó la invitación hace un mes, al parecer todo el reino sobrenatural estará presente. ―Suspiró. ―No pensaba ir, pero creo que es una buena oportunidad. —La miró a los ojos. ―Tu corazón se ha endurecido lo suficiente y sé que podrás estar cerca de él sin que demue