|Alaric Kaiser| El regreso a la mansión fue un reto. Los periodistas bloqueaban la entrada, hambrientos de más información, aunque ya había respondido lo necesario. No tengo intención de añadir nada más; lo único que deseo es dejar este asunto atrás, terminar con todo de una vez. Sin embargo, ap
Ambos fruncen el ceño. No están de acuerdo. Era obvio. —Nuestra hija no debe ir a la cárcel —declara el señor Adams—. Podemos llegar a un acuerdo, pero exigimos que Margaret no sea procesada. Hay otras maneras de reparar los daños sin arruinar su vida. —¿No ser procesada? —mi tono es frío mientra
Saco la grabadora de mi bolsillo y reproduzco la grabación editada donde Chiara declara en contra de ella. —Esta grabación lo confirma todo —digo, deteniéndola en el momento justo—. ¿Aún pretendes culparme? Lo que te hizo esa gente no es mi responsabilidad. —¡Estás mintiendo, maldito! —Margaret es
Los agentes se acercan a Margaret para esposarla. Sus gritos se vuelven más histéricos, mientras Mónica llora y el señor Adams intenta interponerse una vez más. —¡Margaret es una víctima! —vocifera él, aferrándose a la esperanza—. ¡No pueden hacer esto sin hablar con sus abogados!. —Los abogados p
—Lo sé, abuela, lo sé —me paso ambas manos por la cara, luego apoyo los codos en las rodillas—. Sé lo que prometí en su tumba, pero no pude controlar mis sentimientos. Fue imposible. —Ella es una jovencita... —También lo sé —replico con frustración—. Las cosas simplemente sucedieron. Sé lo que pie
|Aisling Renn| "La ex prometida del magnate Alaric Kaiser, Margaret Adams, condenada a prisión por una serie de crímenes graves: Margaret Adams, la ex prometida del magnate Alaric Kaiser, ha sido condenada hoy a una extensa pena de prisión tras ser hallada culpable de varios delitos graves, entre
Permanezco en silencio. Alaric, sin esperar respuesta, toma el collar y lo coloca alrededor de mi cuello, como si volviera a marcarme con un símbolo invisible. Soy suya. Le pertenezco. —No te lo quites —su voz es baja, casi una súplica—. Significa mucho para mí, y sé que para ti también, Liebling.
Le entrego el bolso a Kate, quien, eficiente como siempre, lo sube de inmediato a la habitación de Aisling. El ambiente en la mansión se siente diferente, quizás porque la molesta presencia de Margaret ya no está aquí para provocar y fastidiar. Hay caras nuevas entre los sirvientes. Han cambiado al