Saco la grabadora de mi bolsillo y reproduzco la grabación editada donde Chiara declara en contra de ella. —Esta grabación lo confirma todo —digo, deteniéndola en el momento justo—. ¿Aún pretendes culparme? Lo que te hizo esa gente no es mi responsabilidad. —¡Estás mintiendo, maldito! —Margaret es
Los agentes se acercan a Margaret para esposarla. Sus gritos se vuelven más histéricos, mientras Mónica llora y el señor Adams intenta interponerse una vez más. —¡Margaret es una víctima! —vocifera él, aferrándose a la esperanza—. ¡No pueden hacer esto sin hablar con sus abogados!. —Los abogados p
—Lo sé, abuela, lo sé —me paso ambas manos por la cara, luego apoyo los codos en las rodillas—. Sé lo que prometí en su tumba, pero no pude controlar mis sentimientos. Fue imposible. —Ella es una jovencita... —También lo sé —replico con frustración—. Las cosas simplemente sucedieron. Sé lo que pie
|Aisling Renn| "La ex prometida del magnate Alaric Kaiser, Margaret Adams, condenada a prisión por una serie de crímenes graves: Margaret Adams, la ex prometida del magnate Alaric Kaiser, ha sido condenada hoy a una extensa pena de prisión tras ser hallada culpable de varios delitos graves, entre
Permanezco en silencio. Alaric, sin esperar respuesta, toma el collar y lo coloca alrededor de mi cuello, como si volviera a marcarme con un símbolo invisible. Soy suya. Le pertenezco. —No te lo quites —su voz es baja, casi una súplica—. Significa mucho para mí, y sé que para ti también, Liebling.
Le entrego el bolso a Kate, quien, eficiente como siempre, lo sube de inmediato a la habitación de Aisling. El ambiente en la mansión se siente diferente, quizás porque la molesta presencia de Margaret ya no está aquí para provocar y fastidiar. Hay caras nuevas entre los sirvientes. Han cambiado al
Nos sentamos en la cama. Él evita mirarme, apoya los codos en sus rodillas y entrelaza las manos, fijando la vista en el suelo. —Sobre nosotros... —comienzo, y noto cómo su cuerpo se tensa—. No estoy segura de esto. —Podemos arreglarlo —dice, con la voz cargada de desesperación. No se atreve a mir
*** Alaric ha retomado su vida rutinaria: su trabajo y yo. Cree que estamos bien, pero sé que no lo estamos. La conversación de aquel día dejó sus sentimientos al descubierto, pero no trajo claridad, solo silencio. Desde entonces, evita el tema a toda costa porque le duele, y yo he elegido callar.