|Aisling Renn| No respondo. Lo que acaba de confesar no hace más que exponer lo egoísta y mezquino que puede llegar a ser. Sabía que tenía un deber, un compromiso inquebrantable, y aun así, eligió arrastrarme con él. Ignoró mis sentimientos, ignoró a su prometida, ignoró todo. ¿De verdad cree que
Sus ojos se iluminan de satisfacción. Una sonrisa lenta se extiende por su rostro antes de que tome mi cara entre sus manos y me bese, como si mi aceptación fuera su victoria. —Gracias, pequeña. —Su aliento roza mis labios mientras habla—. No te vas a arrepentir, te haré feliz. —Me besa con más fer
Le sonrío, conmovida y llena de gratitud. No digo nada más, pero ella lo entiende. Salgo de la habitación mientras Thea se encarga de empacar mis cosas. Me conoce tan bien que sé que va a elegir justo lo que más necesito. Bajo al segundo piso y comienzo a buscar a Zelda, pero no la encuentro. Le pr
Yo asiento, sintiendo cómo las lágrimas comienzan a resbalar por mis mejillas. —No quiero que te vayas, Aisling. En serio, no quiero. Pero tampoco puedo obligarte a quedarte. —Sus ojos reflejan el mismo dolor que siento yo—. Solo quiero que sepas que siempre podrás contar conmigo, para lo que sea.
|Margaret Adams| Estoy sentada en la mesa de una cafetería, escondida tras unos grandes lentes de sol y un sombrero que vela mi rostro. Frente a mí, está otra mujer con un atuendo tan impecable como el mío. Aunque intentamos pasar desapercibidas, nuestras ropas, propias de la alta sociedad, nos con
—Ese mismo día lo hice, señora. Nadie sospechará. Me deshice de todo —responde con una sonrisa torcida. —Excelente —digo, complacida mientras una sonrisa satisfecha se dibuja en mis labios—. Eres más eficiente de lo que esperaba. Tendrás tu recompensa por esto. Sigue así. —Gracias, señora —contest
|Alaric Kaiser| —Hoy parece estar de excelente humor, señor —dice Gerd al cruzar la puerta de mi oficina—. ¿Le ha sucedido algo bueno?. —Algo muy bueno —respondo sin apartar la vista de los documentos sobre mi escritorio. Llevo días sin poder enfocarme—. Necesito que hagas algo por mí, Gerd. —Dí
Sin embargo, Margaret debe entender su lugar. Por enésima vez, le dejaré claro que Aisling está fuera de su alcance. Hablaré con Kate para reorganizar al personal y asegurarme de que ningún insolente vuelva a atreverse a insultarla. —Señor —la voz de Kate interrumpe mis pasos en el pasillo. Me dete