Capítulo 249
Después de dormitar una hora, Lucía se despertó y vio que ya eran las ocho. Se apresuró a arreglarse y salió directo al laboratorio.

Daniel, al ver que llegaba media hora tarde y con mala cara, preguntó sorprendido: —¿No dormiste bien anoche?

Lucía negó con la cabeza: —No es que no durmiera bien, es que me desvelé.

Daniel arqueó una ceja, pero no indagó más.

Lucía se dio palmaditas en las mejillas, forzándose a animarse... ¡A trabajar!

Al mediodía, después de comer, Lucía empezó a bostezar sin parar.

Daniel, al verla así: —No te exijas tanto, ve a la sala de descanso un rato.

Lucía estaba realmente cansada, así que no se resistió.

Daniel siguió trabajando y dos horas después, al pasar por la sala de descanso, recordó que Lucía seguía dentro. Tocó la puerta pero no hubo respuesta: —¿Lucía? ¿Estás bien? ¿Puedo pasar?

Preocupado, abrió suavemente la puerta y la encontró acurrucada en un rincón, hecha un ovillo, respirando tranquilamente. Al parecer solo dormía profundamente.

Suspiró alivi
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